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Trastornos pulmonares y de las vías respiratorias de las aves de compañía

PorTeresa L. Lightfoot, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación ene 2020

En las aves de compañía, las enfermedades de las vías respiratorias son muy frecuentes. Pueden estar causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. Es fundamental reconocer y tratar estas enfermedades en las primeras etapas, cuando es mucho más probable que el tratamiento sea eficaz.

Aspergilosis

La aspergilosis es la infección fúngica más común en las aves. Se presenta en dos formas. La primera forma se produce principalmente en aves jóvenes y aves recién importadas y es el resultado de la exposición a un gran número de esporas del hongo Aspergillus. La segunda forma, más crónica, es más probable que se dé en aves mayores que han estado en cautividad. Los alimentos, el agua y el material de anidación contaminados con poca ventilación son fuentes de esporas concentradas. Las esporas de Aspergillus también están muy extendidas en el medio ambiente. Las aves que inhalan las esporas pueden llevarlas a sus pulmones y sacos aéreos. Cuando el ave está debilitada o estresada y su función inmunitaria está disminuida, se desencadena la enfermedad. La aspergilosis se ha diagnosticado en muchas especies de aves. La malnutrición a largo plazo, especialmente la deficiencia de vitamina A, es la causa más común de un aparato respiratorio debilitado que predispone a las aves a la forma crónica de aspergilosis.

La aspergilosis suele afectar a las vías respiratorias bajas. Aunque los pulmones y los sacos aéreos suelen estar afectados, la tráquea, la siringe (órgano de la voz) y los bronquios también pueden estarlo. La infección puede diseminarse desde el tracto respiratorio a otros órganos (hueso, hígado, riñones o cerebro). También pueden producirse infecciones oculares y cutáneas.

Los signos de infección en la forma grave, a corto plazo, que afecta a las aves jóvenes y recién importadas, incluyen pérdida de apetito y dificultad para respirar. Puede producirse la muerte súbita. Durante la exploración del ave puede observarse una congestión mucosa blanca de los pulmones y sacos aéreos y nódulos en los pulmones. Los sacos aéreos pueden inflamarse, dando lugar a una afección a veces llamada aerosaculitis.

En la forma crónica puede aparecer dificultad para respirar, cambios en la voz, falta de energía, depresión y emaciación. La infección de las vías respiratorias puede ser grave antes de que se aprecien los signos. Una infección fúngica extensa o crónica puede provocar cambios óseos y una malformación permanente de la arquitectura respiratoria superior. Si el sistema nervioso central está afectado, el ave puede presentar falta de coordinación y parálisis.

Los signos causados por la aspergilosis son similares a los observados en otras infecciones respiratorias. El tratamiento con fármacos antimicóticos suele tener éxito si la infección se detecta en sus primeras etapas. Es importante consultar con su veterinario siempre que su ave tenga signos de una enfermedad respiratoria.

Para ayudar a prevenir la aspergilosis, se debe mantener en todo momento una buena higiene, incluyendo una ventilación adecuada de la jaula o área del aviario y una nutrición adecuada.

Influenza aviar (gripe aviar)

La influenza aviar está causada por un virus que se originó en las aves silvestres, pero que recientemente se ha convertido en una preocupación importante tanto por su capacidad para infectar a las aves de producción y otras aves como por su potencial para infectar a las personas. Con el reciente descubrimiento de nuevas mutaciones, este virus puede convertirse en una amenaza más significativa para la salud de las aves y los humanos.

Debido al riesgo de infección, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de los EE. UU. han prohibido la importación de aves de compañía de ciertos países de África, Europa y Asia donde se ha declarado la influenza aviar. Antes de comprar un ave nueva, siempre debe averiguar de dónde proviene, así como hacer que un veterinario la revise para determinar si tiene alguna enfermedad infecciosa.

El virus de la influenza aviar se transmite por contacto directo con las secreciones respiratorias y las heces de un ave infectada silvestre, domesticada o de compañía. Los signos de la infección y la gravedad de la enfermedad varían según la cepa del virus y la especie infectada. Hay cepas que causan enfermedad leve y otras que causan enfermedad grave con una mortalidad de hasta el 100 %. Algunas aves infectadas pueden no presentar signos y recuperarse, mientras que otras pueden morir súbitamente, sin ningún signo de enfermedad. Las aves que muestran signos de enfermedad respiratoria se deben separar rápidamente de otras aves y ser examinadas por un veterinario, que puede diagnosticar la influenza aviar enviando muestras para el aislamiento e identificación del virus.

Aunque se han desarrollado vacunas para algunos tipos de influenza aviar en aves domésticas, no se sabe si protegerían a otras especies de aves de la infección. Una forma importante de prevenir la exposición al virus es evitar el contacto entre aves domésticas y aves silvestres que pueden ser portadoras del virus.

Neumonitis por hipersensibilidad (asma de los guacamayos)

Una afección respiratoria similar a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que afecta a los guacamayos (principalmente guacamayos azules y dorados) ha sido reconocida durante varias décadas. Estas aves a menudo tienen un historial de estar alojadas en ambientes mal ventilados con aves que producen grandes cantidades de polvo (como las cacatúas y los loros grises africanos). Esto no significa que todos los guacamayos deban mantenerse en áreas separadas de las cacatúas o los loros grises africanos, pero se necesita una buena circulación de aire e higiene ambiental.

Las aves que desarrollan esta hipersensibilidad también pueden tener infecciones bacterianas o fúngicas secundarias. Su veterinario puede necesitar realizar varios procedimientos para determinar si la afección respiratoria de su guacamayo se debe a esta hipersensibilidad o a otras causas. A menudo se realiza un recuento de células sanguíneas y radiografías. Puede ser necesario un lavado traqueal para determinar si existe una combinación de estas enfermedades y para seleccionar el tratamiento apropiado. Una biopsia de pulmón es la única forma de confirmar el diagnóstico.

Inicialmente, el mejor tratamiento para un ave con dificultad respiratoria por esta afección es el oxígeno. Su veterinario también puede considerar el uso de glucocorticoides u otros fármacos antiinflamatorios. El manejo a largo plazo requiere una calidad de aire y una ventilación óptimas. Un buen filtro de aire (como un filtro HEPA) ubicado cerca de la jaula es indispensable. Pueden producirse crisis repetidas que requieran rehospitalización y tratamiento, pero un cambio de ambiente y una mayor ventilación reducirán la probabilidad de recidivas graves. Suele haber algún daño pulmonar permanente y la intolerancia al ejercicio a menudo persiste debido a la fibrosis intersticial (cicatrización) de los pulmones. Las aves afectadas pueden tener una esperanza de vida más corta.

La policitemia, un aumento en el porcentaje de glóbulos rojos, es un hallazgo muy común en el análisis de sangre y puede ser el mejor método para detectar esta enfermedad antes de que se convierta en un problema notable.

Enfermedad de Newcastle

La enfermedad de Newcastle, causada por un virus paramixovirus, es una amenaza importante para la industria avícola, pero también puede infectar a las aves de compañía. La transmisión se produce mediante aerosoles respiratorios, la contaminación fecal del alimento o del agua, el contacto directo con aves infectadas y el contacto con objetos inanimados que albergan el virus. Rara vez se observa en aves de compañía en los EE. UU.

Los signos de infección incluyen depresión, pérdida de apetito y de peso, estornudos, secreción de los ojos o de las fosas nasales, dificultad para respirar, diarrea de color amarillo-verdoso brillante, falta de coordinación, balanceo de la cabeza y espasmos. En fases posteriores también puede observarse una parálisis de las alas o las patas, movimientos involuntarios o espasmódicos, torsión del cuello y posición antinatural de la cabeza, y dilatación de las pupilas. Las aves pueden morir repentinamente sin ningún signo.

No hay cura y no se recomienda el tratamiento. Si se sospecha la enfermedad de Newcastle, se debe declarar a las autoridades competentes debido a sus efectos potencialmente devastadores en las aves domésticas. Está prohibida la vacunación en las aves que entran en EE. UU. dado que esta no elimina el estado de portador e impide la detección vírica durante la cuarentena.

Parásitos respiratorios

Los ácaros de los sacos aéreos son parásitos que pueden encontrarse en todo el tracto respiratorio de las aves afectadas, más frecuentemente en canarios y diamantes de Gould. Todas las fases del ácaro se encuentran dentro de los tejidos respiratorios. En las infestaciones leves, las aves no suelen presentar ningún signo; en las infecciones graves, se observa una respiración difícil con ruidos agudos y chasquidos, estornudos, balanceo de la cola y respiración con la boca abierta. También puede haber salivación excesiva. Los signos empeoran con la manipulación, el ejercicio y otras tensiones. La mortalidad puede ser alta en las infestaciones altas. El veterinario probablemente prescribirá un medicamento antiparasitario que se administrará por la boca o por inyección.

Los gusanos bifurcados son parásitos que viven en la pared de la tráquea, por lo general en pinzones y canarios. Las aves infestadas a menudo tienen dificultad para respirar y "boquearán" en busca de aire, de ahí el nombre. Los gusanos bifurcados son raros en aves enjauladas, pero cuando están presentes, pueden causar la muerte por falta de oxígeno o neumonía. El tratamiento eficaz es posible cuando se inicia pronto.

La sarcocistosis está causada por un parásito protozoario que invade los tejidos blandos del organismo y forma quistes en las vías respiratorias, los riñones, los tejidos nerviosos y, finalmente, en los músculos. Es una de las principales causas de muerte en loros alojados al aire libre en el sur de EE. UU. En áreas muy afectadas, incluso las aves de interior pueden infectarse por alimentos contaminados. La infección se produce cuando las aves se exponen a heces de zarigüeya infectadas, por lo general transportadas por insectos como las cucarachas, o por ratas que se introducen en el alimento de las aves. Las heces de estos hospedadores de transporte son luego ingeridas por las aves y puede desarrollarse una enfermedad rápidamente mortal. Se observa una alta tasa de mortalidad en aves no tratadas como cacatúas, loros grises africanos, loros Eclectus y otras especies del Viejo Mundo que no han sido expuestas a este parásito. Los signos de infección pueden ser falta de energía, regurgitación pasiva de agua y anemia. El tratamiento incluye cuidados de apoyo con fluidos inyectables, alimentación suplementaria si es necesario, tratamiento para la anemia y medicamentos antiprotozoarios a largo plazo.