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Cómo proporcionar un hogar a un caballo

PorJohn A. Bukowski, DVM, MPH, PhD;Susan Aiello, DVM, ELS
Revisado/Modificado jul 2011

Los caballos son animales grandes que necesitan mucho espacio. Algunos propietarios de caballos optan por tutelar a sus caballos porque no tienen las instalaciones adecuadas para mantenerlos y ejercitarlos en casa.

Caballo en establo

Alojamiento

Los aspectos básicos del manejo básico en invierno son el alojamiento, la alimentación y el agua adecuadas y la atención sanitaria rutinaria. A los caballos por lo general les va bien en climas fríos, siempre que se mantengan secos y limpios. Los animales mojados se enfrían fácilmente, y las condiciones de humedad favorecen los problemas respiratorios y de los cascos. Si se mantienen en el interior, los caballos deben estar en establos que proporcionen una ventilación y luz óptimas, una regulación de la temperatura y una exposición mínima al polvo y al moho. Además, el establo debe ser fácil de limpiar y desinfectar y debe proporcionar una gran cantidad de espacio para cada caballo. Los establos deben tener suelos antideslizantes y paredes o divisiones que eviten el contacto directo entre caballos de establos contiguos. Mantener los box de su caballo limpios y bien ventilados ayuda a reducir el amoníaco, el polvo y el aire viciado que pueden irritar el tracto respiratorio durante periodos prolongados en el interior.

Asegúrese de haber identificado una fuente fiable de heno de calidad para mantener la alimentación durante el invierno. Los caballos tienen mayores necesidades energéticas en invierno porque deben quemar más calorías para mantenerse calientes. Por lo tanto, durante el invierno se debe añadir forraje, grasa o grano a la ración normal. Los caballos siempre deben tener acceso a agua fresca en el invierno, porque incluso una deshidratación leve puede aumentar el riesgo de cólico. Puede ser necesario calentar el agua para evitar que se congele durante el invierno.

El cepillado diario y el cuidado de los cascos también son importantes durante el invierno. Esté atento a los signos de enfermedad respiratoria durante su inspección diaria, ya que esto es más común durante largos periodos de confinamiento en interiores. Las revisiones veterinarias durante el invierno pueden ayudar a identificar problemas respiratorios o de los cascos antes de que se conviertan en afecciones graves.

Siempre que sea posible, los caballos deben tener acceso a pastos de buena calidad. Esto proporciona una ventilación óptima, una fuente de buen forraje y la oportunidad de que su caballo paste y haga ejercicio. En los pastos y parcelas deben usarse cercados seguros y duraderos para reducir el riesgo de autolesiones traumáticas. El hacinamiento debe evitarse, ya que puede producir pastoreo excesivo, que a su vez puede dar lugar a pastos polvorientos o fangosos que pueden contribuir a la enfermedad.

En verano, el mayor peligro es el estrés por calor. Los caballos deben tener lugares con sombra para descansar durante el calor del día y mucha agua fresca en todo momento. Los caballos que sudan profusamente también pueden necesitar una mayor suplementación con sal y minerales. En el establo se pueden utilizar ventiladores de techo o de pared para aumentar la circulación del aire en los días calurosos y húmedos. Las puertas de establo que se abren por la parte de arriba o que están fabricadas con una pantalla de tela metálica proporcionan una mejor ventilación.

El ejercicio debe limitarse durante los periodos de alta temperatura y/o humedad. Una guía sencilla de las condiciones peligrosas es el índice de confort, que es la suma de la temperatura en grados Fahrenheit y el porcentaje de humedad relativa ( ver la Tabla: Uso del índice de confort para evitar el estrés por calor en verano). Por ejemplo, una temperatura de 80 °F y una humedad relativa del 70 % dan como resultado un índice de confort de 150.

Tabla
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Dieta

Una nutrición adecuada es una parte importante del manejo de los caballos. La mayor parte de la energía en la dieta de su caballo debe provenir del forraje (pastos o heno de buena calidad). De hecho, a los caballos que realizan solo trabajos o ejercicios ligeros les suele ir bien con una dieta de forraje total suplementada con vitaminas y minerales. A medida que aumentan las necesidades de energía, como durante el entrenamiento o el tiempo frío, se puede añadir grano para proporcionar calorías adicionales. Sin embargo, se debe limitar el grano, ya que contiene almidón que puede alterar la digestión en el intestino posterior (ciego y colon grande), provocando cólicos.

No todos los granos son iguales. La avena se encuentra entre los mejores granos para alimentar, porque contiene almidones muy digestibles que no afectan al intestino grueso. Los alimentos dulces pueden hacer que los caballos coman demasiado rápido y alterar la digestión en el intestino posterior, lo cual puede causar cólicos. Los caballos también pueden obtener energía de las grasas, que a menudo son preferibles a los granos.

Las raciones granuladas pueden ser una fuente excelente de energía, proteína, grasa, fibra, vitaminas y minerales. Las raciones de alta calidad de un fabricante de marca tienen ingredientes apropiados y control de calidad. Su veterinario puede aconsejarle sobre cómo establecer un programa de alimentación adecuado para su caballo.

Siempre debe proporcionarse agua limpia y fresca a todos los caballos, durante todo el año. Nunca restrinja el acceso al agua a menos que se lo indique su veterinario.

Ejercicio

Los caballos son deportistas natos y necesitan un nivel de ejercicio apropiado para su edad y salud. Sin embargo, el ejercicio debe limitarse durante el tiempo cálido y húmedo ( ver Alojamiento) o después de periodos de inactividad. A menudo se desarrollan problemas cuando un caballo se ejercita demasiado, especialmente después de un largo periodo de reposo. En esta situación, los músculos que están fuera de forma se lesionan, lo que produce cojera y acumulación de productos de degradación de proteínas en la sangre. Esto se conoce comúnmente como la enfermedad del "lunes por la mañana", en la que a los caballos que no se han ejercitado durante toda la semana los montan intensamente sus propietarios el fin de semana.