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Dermatofilosis en los caballos

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado oct 2019

Esta infección de la epidermis (capa superior de la piel) se observa en todo el mundo, pero es más frecuente en entornos tropicales donde la lluvia es frecuente y la humedad es alta. Pueden producirse cojeras y pérdida de rendimiento en caballos gravemente afectados alrededor de las cuartillas.

La infección está causada por una especie de actinomiceto, Dermatophilus congolensis, un microorganismo que se asemeja a bacterias y hongos. Los factores como mojarse de forma prolongada por la lluvia, la alta humedad y la alta temperatura, aumentan la aparición de la dermatofilosis. El microorganismo puede vivir en la piel inadvertidamente hasta que la infección es estimulada por las condiciones climáticas. La humedad elevada y la humedad aumentan la liberación de esporas y propagan la infección. Las epizootias suelen producirse durante las temporadas de lluvias.

La dermatofilosis es más frecuente en los animales jóvenes, expuestos continuamente a la humedad y en los que tienen el sistema inmunitario debilitado. La mayoría de las infecciones remiten en 2-3 semanas y las heridas se curan sin dejar cicatrices. Por lo general, el inicio del tiempo seco acelera la curación. En las infecciones crónicas, las costras pueden extenderse por una gran parte del cuerpo, sobre todo en el dorso. El picor es variable. Algunas heridas pueden ser dolorosas. Las heridas en los caballos con pelo largo de invierno se desarrollan con el pelo enredado y con heridas que dan lugar a la formación de costras o de pus amarillo-verdoso. Con el pelo corto de verano, la formación de nudos y costras es poco común.

Los animales con infecciones generalizadas graves suelen perder el buen estado, y el movimiento es difícil si los cascos, los labios y el hocico están muy afectados. La afección es dolorosa. Los animales gravemente infectados pueden tener que eutanasiarse.

El diagnóstico depende del aspecto de las heridas en los animales enfermos y del hallazgo del actinomiceto en los frotis cutáneos. La prueba diagnóstica más práctica es el examen microscópico de las costras o frotis de impresión de la parte inferior de las heridas recientes. Por lo tanto, su veterinario probablemente tomará muestras de costras o frotis para su examen de laboratorio.

El tratamiento implica antibióticos apropiados. Las lesiones se deben remojar suavemente y eliminar las costras. Su veterinario puede proporcionar instrucciones para ello. El tratamiento con un champú antibacteriano tópico suele ser eficaz y puede recetarse junto con otros medicamentos. Puede ser necesario rasurar la capa de pelo. El éxito del tratamiento requiere retirar al caballo del ambiente húmedo o mojado que desencadenó la infección.

Los caballos infectados deben aislarse de otros animales para reducir la diseminación de la enfermedad. Es necesario prestar una cuidadosa atención a la limpieza de las zonas de alojamiento, los aparejos, las mantas, los utensilios de aseo y otros accesorios, lo que puede ayudar a controlar la diseminación de la enfermedad. A menudo se recomiendan los controles de insectos por la misma razón porque los insectos pueden transmitir la enfermedad de un caballo infectado a uno sano. El microorganismo infectante puede transmitirse a las personas por contacto directo, por lo que los animales afectados deben manipularse con guantes y se recomienda lavarse bien las manos.

Para más información

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