La alopecia es la ausencia parcial o completa de pelos en áreas donde están normalmente presentes. La pérdida de pelo es un signo, no una enfermedad. Su causa subyacente debe determinarse para que la afección se trate con éxito. Si un animal tiene pérdida de pelo y también se rasca excesivamente el área, primero se debe investigar el problema del picor.
Hay muchas causas de pérdida de pelo, que pueden ser congénitas (el animal nace con la afección) o adquiridas. Cualquier enfermedad que afecte a los folículos pilosos puede causar pérdida del pelo. Ciertas enfermedades pueden destruir el folículo o el tallo piloso o interferir en el crecimiento del pelo. Algunas enfermedades pueden causar al animal molestias que le lleven al autotraumatismo y a perder el pelo. La pérdida de pelo adquirida puede ser inflamatoria o no inflamatoria.
Las enfermedades que pueden causar directamente la destrucción o el daño del tallo o del folículo piloso son las infecciones bacterianas, fúngicas o infestaciones parasitarias, los traumatismos cutáneos como las quemaduras y (raramente) las intoxicaciones. Entre las enfermedades que pueden inhibir o ralentizar directamente el crecimiento del folículo piloso se encuentran las deficiencias nutricionales (sobre todo las proteicas) o los desequilibrios hormonales, como los niveles bajos de la hormona tiroidea o la producción excesiva de estrógenos. La pérdida temporal de pelo puede producirse durante la gestación, la lactación o varias semanas después de una enfermedad grave o fiebre. Pueden aparecer zonas de alopecia durante el proceso normal de muda. Estos tipos de pérdida de pelo tienden a ser no inflamatorios, a menos que se desarrolle una infección secundaria de la piel.
El picor o el dolor es una causa común de alopecia inflamatoria adquirida. Las enfermedades que suelen causar picor o dolor incluyen infecciones, infestaciones parasitarias, alergias y, con menor frecuencia, cáncer de piel. El roce puede causar una pérdida local del pelo, como por ejemplo en el caso de las cabezadas o sillas de montar mal ajustadas.
Un diagnóstico preciso de la causa de la pérdida de pelo requiere una anamnesis y una exploración física detalladas. En la exploración física, su veterinario observará el patrón y la distribución de la pérdida de pelo. Examinará los pelos para determinar si se están desprendiendo del folículo piloso o si están rotos y también buscará signos de infecciones cutáneas secundarias o parásitos. A menudo, esto implica la toma de raspados de piel y el peinado del pelo para recoger muestras para su examen microscópico. Los cultivos fúngicos se suelen realizar en caballos con pérdida de pelo, ya que la tiña (que está causada por un hongo) es una de las causas más comunes de esta afección.
Su veterinario puede solicitar pruebas diagnósticas de laboratorio. Suelen incluir frotis y cultivos de la piel para detectar infecciones bacterianas, fúngicas o por levaduras. Si estas pruebas no identifican o sugieren una causa subyacente, se puede realizar una biopsia de piel. Las biopsias de piel suelen ser necesarias para confirmar las causas bacterianas y parasitarias de la pérdida de pelo o para identificar las causas cancerosas de la pérdida de pelo. En el raro caso de que su veterinario sospeche un problema endocrino, se pueden analizar muestras de sangre y orina.
El éxito del tratamiento depende de la causa subyacente y del diagnóstico específico. Dado que la identificación de la causa de una afección cutánea puede llevar algún tiempo, muchos veterinarios proporcionarán o recetarán medicamentos para aliviar cualquier molestia o picor que su caballo pueda estar experimentando en relación con la pérdida de pelo.