Componentes del sistema musculoesquelético de los caballos

Los huesos proporcionan una estructura rígida al cuerpo y protegen los órganos internos de lesiones. También albergan la médula ósea, donde se forman las células sanguíneas, y mantienen la reserva de calcio del organismo. El tejido óseo viejo se reemplaza constantemente por tejido óseo nuevo en un proceso llamado remodelación. Esto ayuda a mantener los huesos sanos.

Los huesos se unen para formar articulaciones. El tipo de articulación formada determina el grado y la dirección del movimiento. Por ejemplo, las articulaciones esféricas permiten la rotación, mientras que las articulaciones de bisagra solo permiten el plegado y el estiramiento. Algunas articulaciones no se mueven en absoluto. En una articulación, los extremos de los huesos están cubiertos con cartílago, que es un tejido protector liso que ayuda a reducir la fricción cuando las articulaciones se mueven.

Esqueleto de caballo

Patas, caballo

Hay varios tipos diferentes de músculos en el organismo. Dos de ellos, el músculo esquelético y el músculo liso, forman parte del sistema musculoesquelético. Los músculos esqueléticos son responsables de la postura y el movimiento. Están adheridos a los huesos y dispuestos alrededor de las articulaciones. El músculo liso ayuda a facilitar muchos procesos involuntarios en el organismo, como el flujo de sangre (por las arterias circundantes) y el movimiento de los alimentos a lo largo del tracto digestivo.

Los tendones son bandas duras de tejido conectivo formadas principalmente por una proteína llamada colágeno. Se estiran muy poco. Los tendones unen cada extremo de un músculo a un hueso. En puntos seleccionados, se encuentran dentro de vainas que les permiten moverse fácilmente. Los ligamentos son también cordones duros formados por tejido conectivo. A diferencia de los tendones, pueden estirarse hasta cierto punto. Los ligamentos rodean las articulaciones y ayudan a sostenerlas y estabilizarlas. También pueden conectar un hueso a otro.