Los trastornos de la columna vertebral y la médula espinal incluyen defectos de nacimiento (comentados anteriormente en este capítulo), enfermedades degenerativas, enfermedades inflamatorias e infecciosas, tumores, enfermedades nutricionales, lesiones y traumatismos, trastornos tóxicos y enfermedades vasculares.
Enfermedades degenerativas
La espondilomielopatía cervical (también conocida como mielopatía estenótica cervical o síndrome de Wobbler) es la enfermedad no infecciosa más común de la médula espinal y se produce en muchas razas, con algunas razas posiblemente predispuestas. La mayoría de los caballos muestran signos antes de los 3 años de edad, aunque los signos pueden aparecer más tarde, a veces en asociación con cambios en el entrenamiento y la actividad. En los caballos jóvenes, la modificación de la dieta para reducir la tasa de crecimiento puede ser útil. La región media del cuello es la más frecuentemente afectada y puede producirse incoordinación y debilidad en todas las patas. La malformación o inestabilidad de las vértebras cervicales ejercen presión sobre la médula espinal, dando lugar a signos clínicos. Si no se corrige quirúrgicamente, la presión a largo plazo causará áreas focales de degeneración de la médula espinal. El diagnóstico requiere imágenes con radiografías, a menudo junto con la inyección de un material de contraste en el líquido que rodea la columna vertebral.
La mieloencefalopatía degenerativa equina es un trastorno neurológico de los caballos y las cebras. Se ha observado en muchas razas equinas en América del Norte, Australia e Inglaterra, y se cree que está relacionada con una deficiencia de vitamina E y que implica factores genéticos. Varias partes del sistema nervioso central degeneran, y los signos, que aparecen durante el primer año de vida, pueden estabilizarse o continuar empeorando lentamente. Las cuatro patas se vuelven débiles y descoordinadas, con las patas traseras afectadas más gravemente. No existe una forma definitiva de diagnosticar la mieloencefalopatía degenerativa equina, aunque el hallazgo de niveles bajos de vitamina E en sangre es una prueba de apoyo. Los suplementos de vitamina E pueden ayudar a los caballos a mejorar y pueden ser preventivos en algunos casos.
La enfermedad de la neurona motora equina es una degeneración progresiva no inflamatoria de las neuronas motoras en la médula espinal y el tronco encefálico de los caballos. Los caballos adultos de cualquier edad y raza pueden estar afectados, aunque los caballos Cuarto de Milla lo están con más frecuencia. Esta enfermedad es más común en el nordeste de EE. UU., pero también se ha descrito en varias zonas del norte y el sur de América, Europa y Japón. La enfermedad se ha reproducido mediante la alimentación a largo plazo de dietas bajas en vitamina E.
Los signos comprenden debilidad, temblores y pérdida de masa muscular en todo el cuerpo. Los caballos suelen estar de pie con la cabeza baja y los pies acampados bajo el cuerpo, cambiando frecuentemente el peso de una pata a otra. No se suele observar pérdida de coordinación en esta enfermedad. Muchos caballos desarrollan un patrón de pigmentación distinto en sus retinas u otras anomalías en sus ojos. No hay un tratamiento específico, pero algunos caballos mejoran parcialmente después de 2-3 meses.
Enfermedades inflamatorias e infecciosas
Las enfermedades inflamatorias e infecciosas de la columna vertebral y de la médula espinal incluyen infecciones bacterianas, rickettsiales, víricas, fúngicas, protozoarias y parasitarias. Muchas de estas enfermedades, como la meningitis y la encefalitis, también pueden afectar al cerebro. A continuación se comentan algunas de las enfermedades infecciosas e inflamatorias más comunes que afectan a la columna vertebral o a la médula espinal.
Enfermedades bacterianas
La osteomielitis vertebral es la inflamación de la vértebra sin infección concomitante del disco, y la discoespondilitis es la inflamación del disco intervertebral y los cuerpos vertebrales adyacentes. Ambas enfermedades suelen estar causadas por una infección que se disemina a través de la sangre hasta la columna vertebral. En los caballos, los animales recién nacidos tienen mayor riesgo de padecer estas afecciones.
Enfermedades víricas
La anemia infecciosa equina suele afectar a la médula espinal, pero ocasionalmente infecta el cerebro de los caballos. Los signos neurológicos incluyen falta de coordinación y debilidad en las patas traseras. Se necesita el análisis del líquido cefalorraquídeo para el diagnóstico. No hay tratamiento, y los caballos afectados se suelen eutanasiar para evitar la propagación de la enfermedad.
La mieloencefalopatía por el herpesvirus equino 1 (HVE-1) puede afectar a caballos de cualquier edad; sin embargo, los caballos mayores de 4 años son los más sensibles. Aunque existe una vacuna para el virus que protege contra la enfermedad respiratoria que causa, la vacuna no protege frente a la enfermedad neurológica. El HVE-1 infecta los vasos sanguíneos del sistema nervioso central y causa muerte celular y hemorragia en todo el cerebro y la médula espinal. Los signos neurológicos pueden ser el primer signo de la enfermedad o pueden aparecer después de una infección respiratoria o de un aborto. Los signos comienzan bruscamente, pero no suelen progresar después de 48 horas. Incluyen goteo de orina, retención de heces, déficits sensoriales en el perineo y la cola, una leve falta de coordinación en las patas traseras y, posiblemente, parálisis e incapacidad para levantarse después de estar tumbado. No existe un tratamiento específico, pero los caballos con una afectación leve se suelen recuperar con un tratamiento de apoyo. Algunos caballos que no pueden levantarse también acaban recuperándose. El fármaco antivírico aciclovir se ha recomendado para el tratamiento y la prevención de la mieloencefalopatía por el HVE-1; sin embargo, la eficacia es incierta y todavía controvertida.
La rabia está causada por un virus que viaja a través del sistema nervioso, causando inflamación en la médula espinal y el cerebro. Produce múltiples áreas de inflamación, causando incoordinación y parálisis progresiva. Siempre es mortal, y suele causar la muerte 2-7 días después de los signos de la enfermedad.
Enfermedades fúngicas
Cryptococcus neoformans es el hongo más común que causa una infección del sistema nervioso central en perros y gatos, y se observa ocasionalmente en caballos. Otros microorganismos fúngicos también pueden invadir el sistema nervioso central. Las infecciones suelen afectar a otros órganos, como los pulmones, los ojos, la piel o los huesos. Los signos de infección de la médula espinal incluyen parálisis parcial o total y dolor en la columna. Las pruebas de sangre o líquido cefalorraquídeo son necesarias para diagnosticar una infección e identificar el microorganismo.
El tratamiento y el pronóstico de recuperación dependen del hongo específico implicado. El fármaco fluconazol suele ser eficaz para las infecciones por Cryptococcus. Las infecciones por los hongos Blastomyces o Histoplasma son difíciles de tratar, y el pronóstico de recuperación en caballos infectados con estos hongos es incierto.
Enfermedades protozoarias
La mieloencefalitis protozoaria equina causa signos de enfermedad de la médula espinal y encefalitis (inflamación del cerebro) en caballos. Es el resultado de una infección por Sarcocystis neurona, que es portado por zarigüeyas. En unos pocos casos está causada por la infección con otros protozoos. Los caballos de cualquier edad pueden estar afectados, aunque los signos son muy raros en caballos de menos de 12 meses. Los signos varían según la localización de la infección. Es frecuente la pérdida de control motor y la parálisis parcial de las patas. Otros signos potenciales comprenden debilidad y atrofia de los músculos de las patas y disfunción de los pares craneales. El diagnóstico se basa en los signos, el análisis del líquido cefalorraquídeo y la respuesta al tratamiento farmacológico. Muchos caballos se recuperan con el tratamiento, pero es posible que se produzcan daños neurológicos permanentes. La prevención es difícil pero implica mantener a las zarigüeyas alejadas del caballo y de su comida y su agua.
Enfermedades parasitarias
Las mielitis y encefalitis verminosas son afecciones inflamatorias de la médula espinal y el cerebro, respectivamente, causadas por un parásito. Los parásitos más comunes en caballos son las especies de Setaria, Halicephalobus deletrix y Strongylus vulgaris. Los signos de inflamación del sistema nervioso central aparecen súbitamente, a menudo afectando a un lado del cuerpo más que al otro, y pueden empeorar con el tiempo. Esta afección es difícil de diagnosticar, pero puede sospecharse sobre la base del análisis del líquido cefalorraquídeo. El tratamiento farmacológico puede ser beneficioso, pero la recuperación completa es incierta.
Lesiones y traumatismos
Las lesiones medulares agudas pueden provocar una fractura o luxación de la columna vertebral. En los caballos, las caídas son una causa común de estas lesiones. La lesión de la médula espinal no solo está causada por la caída, sino también como resultado de cambios secundarios como la acumulación de líquido o el sangrado en el espacio que rodea la médula espinal, lo que causa un aumento de la presión. El diagnóstico puede requerir estudios de imagen. Los antiinflamatorios se usan a menudo para reducir las complicaciones debidas a la inflamación. Los animales con déficit neurológicos leves pueden recuperarse con 4-6 semanas de reposo en el establo y medicación para el dolor, pero el pronóstico es reservado para los caballos que no pueden estar de pie.
Envenenamientos e intoxicaciones
La intoxicación retardada por organofosforados puede observarse tras la ingestión o el contacto con la piel de insecticidas o pesticidas que contienen organofosforados. Además de los signos de una exposición grave a los organofosforados, puede desarrollarse una parálisis retardada entre 1 y 4 semanas después de la exposición. La parálisis parcial de las patas traseras empeora progresivamente y en ocasiones se paralizan las cuatro patas. Un veterinario necesitará una anamnesis de la posible exposición química del caballo para hacer un diagnóstico correcto. El pronóstico de recuperación es malo para los animales con signos graves.
Las subespecies de Sorghum, como el sorgo, el pasto de Sudán y el sorgo de Alepo, pueden causar la degeneración de la médula espinal en los caballos. Esto puede deberse a los altos niveles de hidrocianuro en estos pastos. Los signos incluyen falta de coordinación, debilidad de las patas traseras e incontinencia o retención de orina. El diagnóstico se basa en los signos y una anamnesis sobre la exposición. Los signos pueden mejorar una vez que se retira el alimento.
El tétanos está causado por toxinas producidas por las bacterias Clostridium tetani que se suelen producir en el lugar de una herida. Los signos se suelen desarrollar dentro de los 5-10 días de la infección e incluyen rigidez muscular y extensión rígida de las patas, incapacidad para tragar, párpados protuberantes y bloqueo de la mandíbula y los músculos faciales. En los casos graves, el animal puede ser incapaz de mantenerse en pie como consecuencia de los espasmos musculares. El tratamiento consiste en el cuidado de la herida y la administración de antibióticos para eliminar cualquier organismo restante y de antitoxina tetánica. En los casos leves, un caballo puede recuperarse completamente con un tratamiento precoz. En los casos graves puede producirse la muerte debido a una parálisis respiratoria.
Enfermedades vasculares
La mielopatía hemorrágica posanestésica es una complicación poco frecuente que se observa en caballos colocados sobre su dorso bajo anestesia general. La causa puede ser la alteración del drenaje de la sangre fuera de la médula espinal debido a la compresión de las grandes venas abdominales bajo el peso de los intestinos y otros órganos abdominales. Los caballos con este daño se paralizarán inmediatamente después de la recuperación de la anestesia y el pronóstico es malo. Cambiar la posición del caballo durante la cirugía puede ayudar a evitar esta complicación.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre enfermedades de la médula espinal.