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Introducción a los trastornos digestivos de los caballos

PorJack Easley, DVM, MS, DAVDC (Equine), DABVP (EQ)
Revisado/Modificado may 2019

El aparato digestivo incluye todos los órganos implicados en la ingestión y el procesamiento de los alimentos. Comienza con la boca e incluye el esófago, el estómago, el hígado, el páncreas, los intestinos, el recto y el ano.

Las personas, los perros y los gatos tienen estómagos simples que son buenos descomponiendo la carne, las frutas y las verduras. La mayoría de los animales que comen hierba (como las vacas y las ovejas) tienen un sistema más complejo que consiste en varios estómagos, incluyendo una gran cuba de fermentación llamada rumen. Los pastos (como el heno) se digieren en el rumen por miles de millones de bacterias que descomponen el forraje en ácidos grasos volátiles. Estos ácidos grasos se absorben para obtener energía más adelante en el tracto digestivo. El aparato digestivo equino combina características tanto del estómago simple como del aparato digestivo múltiple.

El comienzo del tracto digestivo (llamado tracto anterior) incluye un estómago simple y el intestino delgado. El estómago es relativamente pequeño considerando el tamaño del caballo y solo puede contener alrededor de 8 a 10 litros de comida y agua. La comida pasa rápidamente a través de este pequeño estómago, lo que permite a los caballos pastar continuamente durante todo el día. El intestino delgado está formado por el duodeno, el yeyuno y el íleon. El yeyuno mide aproximadamente 19,5 m de longitud. Las enzimas descomponen los alimentos dentro del tracto anterior.

El tracto posterior, que se localiza después del tracto anterior, es lo que hace posible que los caballos coman hierbas para obtener energía. Incluye el ciego, el colon mayor (colon ventral derecho, colon ventral izquierdo, colon dorsal izquierdo y colon dorsal derecho) y el colon menor (colon transverso y colon descendente). Es en el tracto posterior donde la digestión bacteriana descompone el material vegetal fibroso en ácidos grasos volátiles que pueden usarse para producir energía. El ciego es una gran cuba de fermentación que puede contener de 27 a 30 litros de alimento y agua. El tracto digestivo equino se dobla y se estrecha en múltiples lugares, lo que aumenta el riesgo de impactaciones y bloqueos por material vegetal denso y fibroso.

Principales órganos digestivos del caballo

Las principales funciones del aparato digestivo son agarrar y masticar los alimentos, crear saliva, beber agua, deglutir los alimentos y el agua, digerir los alimentos, absorber los nutrientes, mantener el equilibrio adecuado de líquidos y electrolitos (sales) en el organismo y eliminar los productos de desecho. La disfunción del tracto digestivo puede dividirse en cuatro categorías principales: digestión, absorción de nutrientes, motilidad (movimiento a través del tracto digestivo) y eliminación de heces.

Cuando se trata un problema del aparato digestivo, el objetivo del veterinario es primero identificar la parte del sistema donde se encuentra el problema y luego determinar la causa específica y el tratamiento apropiado.

Signos generales de trastornos del aparato digestivo

Los signos de una enfermedad del aparato digestivo pueden incluir:

  • Babeo excesivo.

  • Diarrea.

  • Estreñimiento o reducción de las heces.

  • Pérdida de apetito.

  • Sangrado.

  • Dolor y distensión abdominal.

  • Shock.

  • Deshidratación.

  • Esfuerzo para defecar.

  • Bajo rendimiento.

  • Incapacidad para vomitar o regurgitar.

La diarrea a menudo es un signo de trastornos del aparato digestivo, pero puede tener muchas causas. La diarrea líquida de gran volumen suele estar asociada con hipersecreción, un trastorno en el que se secreta exceso de líquido en los intestinos. Esto puede estar causado por una infección bacteriana.

La diarrea también puede estar causada por malabsorción, la incapacidad para absorber adecuadamente los nutrientes. La malabsorción puede deberse a un defecto en las células intestinales responsables de la absorción. Puede estar causada por una infección vírica o bacteriana o por un defecto que limita la capacidad de los intestinos para absorber líquidos (como una inflamación grave o un cáncer dentro de la pared intestinal). Otras causas de malabsorción son las afecciones hereditarias, las infestaciones parasitarias o los defectos en las secreciones pancreáticas necesarias para una digestión eficaz. La deshidratación y el desequilibrio electrolítico (sales), que pueden provocar un shock, se observan cuando se pierden grandes cantidades de líquido (p. ej., por una diarrea).

Los problemas digestivos también pueden manifestarse como cambios en el número o la naturaleza de las deposiciones. Las heces normales de caballo son bultos del tamaño de una manzana que están bien formados pero algo húmedos. Los problemas digestivos pueden dar lugar a heces demasiado blandas o demasiado duras. Las heces duras y secas pueden predisponer a los caballos a padecer cólicos. El número de evacuaciones intestinales por día, el color de las heces y cualquier signo revelador de sangre deben comunicarse a su veterinario.

El cólico es uno de los problemas digestivos más comunes en caballos. Suele implicar un dolor abdominal intenso, que su caballo puede mostrar coceando repetidamente el suelo, dando patadas en el abdomen, tumbándose y rodando y mirándose el flanco. Otros signos de cólico son sudoración intensa, abdomen distendido o hinchado, curvar el labio superior y arquear el cuello, estirarse como para orinar, pérdida de apetito, depresión, disminución de la cantidad de heces y esfuerzo para defecar. El cólico es una afección grave que puede tener varias causas; si sospecha que su caballo tiene cólico, es necesaria una atención veterinaria inmediata.

Exploración del aparato digestivo

El diagnóstico solo se puede establecer después de que se haya examinado a fondo al caballo. Su descripción completa y precisa de la historia de su caballo (edad, signos de enfermedad, dieta actual, programa de desparasitación, cuándo se limaron los dientes por última vez, problemas pasados, historial de viajes, etc.) combinada con el examen físico de un veterinario a menudo puede determinar la causa de un problema del aparato digestivo. Cuando se sospecha un trastorno del aparato digestivo, el examen inicial de su veterinario puede incluir lo siguiente: una inspección visual de la boca para detectar anomalías o cambios en el color y la humedad de las membranas mucosas, una determinación de la frecuencia cardiaca, un examen "manual" del abdomen y el recto para evaluar la forma, tamaño y posición de los órganos abdominales, palpar el abdomen o usar un estetoscopio para escuchar sonidos que indiquen gas u otros sonidos anormales, como salpicaduras y un examen visual de las heces.

Según lo que revele el examen inicial, las pruebas adicionales pueden incluir la realización de un cultivo bacteriano, un examen de parásitos y el aislamiento de virus de las heces, pasar una sonda gástrica, utilizar una aguja larga para recoger líquido de los órganos abdominales distendidos o de la cavidad abdominal para su análisis, sacar radiografías, que pueden incluir el uso de tinciones especiales para detectar obstrucciones y otros problemas, pasar un endoscopio (una cámara especializada para examinar el interior del tracto digestivo), realizar una ecografía abdominal, obtener una biopsia (muestreo y análisis microscópico) de tejido hepático o intestinal o realizar análisis de sangre adicionales para detectar una posible malabsorción o mala digestión.

Enfermedades infecciosas

Dado que es fácil para los cuerpos extraños y otros "invasores" entrar en el tracto digestivo a través de la boca, este sistema orgánico es propenso a la infección por bacterias, virus, parásitos y otros organismos ( ver la Tabla: Infecciones del aparato digestivo en los caballos, más adelante). Estas infecciones se diseminan de varias formas, pero las más comunes son por contacto directo o por contaminación de los alimentos o el agua con heces.

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Las personas y los animales tienen un pequeño número de ciertos microorganismos intestinales que se encuentran dentro del tracto digestivo, más comúnmente en los intestinos, que se establecen pocas horas después del nacimiento. Esta llamada flora intestinal es en realidad beneficiosa, en algunos casos ayuda a la digestión y en otros ayuda a evitar infecciones. Sin embargo, a veces se producen infecciones cuando estos microorganismos, que se suelen encontrar en pequeñas cantidades, se multiplican repentinamente. Esto puede ocurrir después de un periodo de estrés, bajo condiciones antihigiénicas o en un animal cuyo sistema inmunitario está debilitado. Por ejemplo, la salmonelosis en caballos puede desarrollarse después del transporte, la anestesia prolongada o la cirugía.

El diagnóstico de una enfermedad infecciosa específica depende del hallazgo e identificación del microorganismo sospechoso de causar la enfermedad. Esto puede requerir una o más muestras fecales, que se enviarán a un laboratorio de diagnóstico.

Los parásitos son una causa frecuente de trastornos del tracto digestivo en caballos. Muchas especies de parásitos pueden infestar el tracto digestivo y causar enfermedades. Los ciclos biológicos de algunos parásitos son directos, lo que significa que solo hay un hospedador. Los huevos y las larvas se excretan en las heces de un caballo infestado, se desarrollan a una fase infestante y son ingeridas por otro caballo. No se necesitan otros animales u organismos para completar el ciclo biológico. Otros parásitos tienen ciclos biológicos complejos que implican a un hospedador intermediario, como un insecto. En esta situación, la infestación se adquiere cuando el hospedador intermediario (o el parásito excretado por ese hospedador) es ingerido por el caballo. El grado en que un parásito afecta a un animal depende del parásito mismo, del número de parásitos implicados, así como de la propia resistencia del animal, la edad, la nutrición y la salud general.

Los parásitos pueden causar una enfermedad grave o simplemente disminuir la salud general de su caballo. Algunos de estos parásitos también pueden infestar a los humanos. Dado que la infestación parasitaria se confunde fácilmente con otras enfermedades, el diagnóstico depende del conocimiento del veterinario de los ciclos estacionales de la infestación parasitaria, así como del examen de las heces en busca de huevos o larvas de parásitos. En algunos casos, los análisis de sangre también pueden usarse para detectar la presencia de parásitos.

Otras enfermedades no infecciosas

Muchas enfermedades del aparato digestivo no están causadas por microorganismos infecciosos. Sus causas incluyen comer en exceso, ingerir alimentos de mala calidad, productos químicos, obstrucción causada por la ingestión de cuerpos extraños o desplazamiento del tracto digestivo, o lesión del aparato digestivo. Las enfermedades del aparato digestivo también pueden estar causadas por deficiencias de enzimas digestivas, anomalías del revestimiento del tracto digestivo (como las úlceras gástricas, inflamación o cáncer) o defectos congénitos. Los signos del aparato digestivo, como la diarrea, también pueden producirse debido a una enfermedad renal, hepática o de las glándulas adrenales. Las causas son inciertas en varias enfermedades, incluidas las úlceras de estómago en potros. Algunas afecciones, como el cólico, pueden tener causas tanto infecciosas (como el daño por parásitos internos) como no infecciosas (como el exceso de gases o la obstrucción simple).

En las enfermedades no infecciosas del tracto digestivo, solo se suele ver afectado un animal a la vez; las excepciones son las enfermedades asociadas con la ingestión excesiva de alimentos o venenos, en los que pueden verse afectados varios animales que viven juntos.

Descripción general del tratamiento de los trastornos del aparato digestivo

Los trastornos específicos y sus tratamientos se describen más adelante en este capítulo; sin embargo, en esta sección se enumeran algunos principios generales. Eliminar la causa de la enfermedad es el objetivo principal del tratamiento veterinario; sin embargo, una parte importante del tratamiento suele dirigirse a los signos de la enfermedad y tiene por objeto aliviar el dolor, corregir las anomalías y permitir la curación.

La eliminación de la causa de la enfermedad puede consistir en fármacos que maten las bacterias, los hongos o los parásitos, antídotos para los venenos o cirugía para corregir defectos o desplazamientos.

El uso de fármacos para corregir la diarrea o el estreñimiento se establece según el caso específico. Aunque estos fármacos pueden parecer una elección lógica, no son beneficiosos en todas las situaciones. Por ejemplo, la diarrea puede ser en realidad un mecanismo de defensa del animal, que le ayuda a eliminar organismos nocivos y sus toxinas. Además, los fármacos disponibles pueden no aportar siempre resultados consistentes. Para algunos trastornos, los veterinarios pueden prescribir medicamentos para mejorar la motilidad intestinal.

La reposición de líquidos y electrolitos (sales) es necesaria en los casos en los que el animal está en riesgo de deshidratación, como por una diarrea excesiva u obstrucción intestinal.

El alivio de la distensión (hinchazón) por una sonda gástrica o cirugía puede ser necesaria si el tracto digestivo se ha distendido con gas, líquido o comida.

El alivio del dolor se proporciona cuando el dolor abdominal afecta a otros sistemas orgánicos o cuando el caballo puede lesionarse a sí mismo por rodar o cocear. Sin embargo, un caballo que recibe analgésicos se debe observar cuidadosamente para asegurarse de que el alivio del dolor no esté enmascarando una afección que está empeorando.

Tratamiento y control de las enfermedades infecciosas

Las enfermedades bacterianas y parasitarias del aparato digestivo a menudo se tratan con medicamentos diseñados para matar los organismos infecciosos. Actualmente no existen medicamentos específicos para el tratamiento de las enfermedades víricas. Los antibióticos (fármacos eficaces contra las bacterias) se suelen administrar durante varios días hasta que la recuperación es aparente, aunque su eficacia en el tratamiento de la enfermedad del aparato digestivo todavía es incierta y el uso excesivo de antibióticos puede ser perjudicial. Los antibióticos pueden administrarse mediante inyección cuando la septicemia (infección de la sangre) es aparente o es probable que se produzca. Su veterinario tomará la decisión de recetar medicamentos antibacterianos basándose en la sospecha de enfermedad, la probabilidad de beneficios, los resultados previos y el coste del tratamiento.

Los avances en la comprensión de los ciclos biológicos de los parásitos, junto con el descubrimiento de fármacos antiparasitarios eficaces, han hecho posible el tratamiento y el control exitosos de los parásitos del aparato digestivo. La respuesta al tratamiento suele ser rápida, y a menudo basta con un único tratamiento, a menos que se produzca una reinfección o que los daños causados por los parásitos sean especialmente graves.

El control de las enfermedades digestivas y los parásitos depende de la práctica de buenas condiciones sanitarias e higiénicas. Esto se consigue, sobre todo, proporcionando un espacio adecuado para su caballo y limpiando regularmente sus zonas de residencia y eliminando el estiércol. Además, una nutrición adecuada y una atención médica preventiva minimizarán el estrés de su caballo y lo ayudarán a mantenerse sano.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre introducción al aparato digestivo.