El muermo es una enfermedad contagiosa, a corto o largo plazo, por lo general mortal de la familia de los caballos causada por la bacteria Burkholderia mallei. La enfermedad se caracteriza por el desarrollo de crecimientos ulcerosos que se encuentran con mayor frecuencia en las vías respiratorias superiores, los pulmones y la piel. Los humanos y otros animales también son sensibles, y las infecciones suelen ser mortales. El muermo fue una vez frecuente en todo el mundo. En la actualidad se ha erradicado o controlado eficazmente en muchos países, incluido EE. UU. En los últimos años, se ha declarado la enfermedad en Irak, Turquía, Pakistán, India, Mongolia, China, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos.
La enfermedad se suele contraer al ingerir alimentos o agua contaminados por la secreción nasal de animales portadores. El microorganismo puede sobrevivir en un área contaminada durante más de un año, especialmente en condiciones de humedad.
Después de un periodo de incubación de hasta 2 semanas, los animales afectados suelen presentar infección sanguínea y fiebre alta (hasta 41 °C). Más tarde se observa una secreción nasal espesa y el animal tiene dificultad para respirar y otros signos respiratorios. La muerte puede producirse en pocos días. La forma de larga duración de la enfermedad es común en caballos. Es una enfermedad debilitante con úlceras y crecimientos en la piel y en la nariz. Los animales afectados pueden vivir durante años mientras diseminan ampliamente la enfermedad. El pronóstico es desfavorable. Los animales que se recuperan pueden no desarrollar inmunidad.
En la forma cutánea (también llamada farcy), aparecen crecimientos a lo largo del curso de los vasos linfáticos, especialmente en las patas. Estos crecimientos degeneran y descargan un pus muy denso y altamente infeccioso.
Los signos típicos hacen sospechar la existencia de esta enfermedad, pero es necesario el cultivo de los organismos para su confirmación. No existe vacuna. La prevención y el control dependen de la identificación y la eliminación precoces de los animales afectados, así como de una cuarentena absoluta y una desinfección rigurosa del área afectada. La eutanasia suele recomendarse para los caballos afectados.
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