La septicemia o sepsis (infección de la sangre) es una enfermedad de todo el organismo en la que las bacterias circulan en el torrente sanguíneo. Se encuentra más comúnmente en potros muy jóvenes de menos de 4 semanas de edad. Las bacterias pueden diseminarse a través de la sangre a varios órganos, como los pulmones, los intestinos, los ojos, el sistema nervioso central, los huesos y las articulaciones, causando cojera e inflamación articular. La afección implica una infección generalizada en todo el organismo de una o varias fuentes. La bacteria más común identificada en potros sépticos es Escherichia coli (E coli). Otras que pueden estar implicadas incluyen especies de Klebsiella, Enterobacter, Actinobacillus, Salmonella, Pseudomonas y Streptococcus. Algunas de estas bacterias contienen una toxina en sus paredes celulares llamada endotoxina. Cuando la endotoxina se libera en el torrente sanguíneo, o cuando hay bacterias completas presentes en la sangre, se produce la liberación de otras sustancias químicas en el organismo llamadas citocinas. Estas citocinas causan los signos de depresión, falta de apetito y fiebre.
El principal factor de riesgo de septicemia en los potros es el fallo en recibir una cantidad adecuada de calostro de buena calidad (la primera leche producida por las yeguas, que contiene altos niveles de anticuerpos) durante las primeras horas después del nacimiento. Otros factores que aumentan el riesgo de enfermedad son un entorno sucio, el nacimiento prematuro (un potro débil), la mala salud y el mal estado de la madre, un parto difícil y la presencia de agentes causantes de enfermedades en el entorno frente a los que la yegua no tiene anticuerpos.
Un potro con septicemia puede mostrar indicios de disfunción de uno o varios órganos. El primer signo puede ser que el potro esté ligeramente deprimido o que no actúe tan animadamente como otros potros. Esto progresa a un potro que no come y se tumba con frecuencia. La ubre de la yegua a menudo está distendida por la presencia de leche, dato que nos indica que el potro no se amamanta con la frecuencia adecuada.
En la fase avanzada de la enfermedad (shock séptico), el organismo se ve desbordado. Estos potros suelen estar muy deprimidos y deshidratados, solo pueden levantarse con ayuda y tienen una frecuencia cardiaca rápida. La presión arterial baja, mostrada por signos como extremidades frías y pulso débil, es evidente. Los potros pueden tener una temperatura corporal elevada o reducida. Las encías se vuelven rojas brillantes o pálidas. En las fases finales, los potros pierden el conocimiento y entran en paro cardiaco y respiratorio.
El diagnóstico se basa en parte en una exploración física completa y en la historia clínica. Se necesitan pruebas de laboratorio para evaluar la función de los órganos e identificar el tipo de bacteria responsable de la infección.
Tratamiento y pronóstico
Los potros sospechosos de estar sépticos suelen recibir antibióticos de amplio espectro (antibióticos que son eficaces frente una amplia gama de bacterias) para matar las bacterias que causan la infección. En los casos de sepsis neonatal, los veterinarios a menudo recomiendan transfusiones de plasma para ayudar al sistema inmunitario del potro, proporcionando los anticuerpos que no se recibieron con el calostro. Además, se pueden administrar líquidos intravenosos para ayudar a contrarrestar los efectos de las toxinas bacterianas y la infección. Muchos potros sépticos tienen niveles bajos de azúcar en sangre, por lo que a menudo se añade una solución de azúcar al tratamiento con líquidos.
El apoyo nutricional también es importante. Si el potro no está mamando adecuadamente, se debe alimentar con leche de yegua o con un sustituto de la leche en una proporción del 15 al 25 % de su peso corporal durante cada periodo de 24 horas. A veces el potro no tolera un gran volumen de leche y debe alimentarse con pequeñas cantidades con mucha frecuencia. Puede ser necesario insertar una sonda de alimentación a través de la nariz en los potros con un reflejo de succión disminuido. Los potros nunca deben alimentarse con leche con una jeringa, ya que existe el riesgo de que la leche se inhale hacia los pulmones (aspiración).
Otros tratamientos que pueden ser necesarios son el lavado de las articulaciones infectadas con líquidos estériles y la administración de oxígeno o ventilación nasal a los potros con neumonía séptica. Puede ser necesaria la extirpación quirúrgica de los restos de cordón umbilical infectados. Las infecciones oculares y las úlceras en la córnea del ojo se tratan con pomadas oculares antibióticas y antiinflamatorios.
La recuperación de la sepsis neonatal depende de la gravedad y la forma de la infección. Las tasas de supervivencia actuales son del 55 al 75 % en las unidades de cuidados intensivos equinos de los grandes hospitales veterinarios. Se debe esperar una media de 1 a 4 semanas de cuidados intensivos. El reconocimiento precoz y el tratamiento intensivo de la sepsis del potro mejoran el resultado. Si el potro supera los problemas iniciales, tiene posibilidades de convertirse en un animal adulto saludable.
Para más información
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