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Manejo de la reproducción en los caballos

PorRobert O. Gilbert, BVSc, MMedVet, DACT, MRCVS
Revisado/Modificado sept 2019

El análisis detallado de la biología reproductiva y el manejo de la reproducción en los caballos va más allá del alcance de esta sección. Sin embargo, se proporciona una descripción general de los aspectos clave del ciclo reproductivo del caballo, la gestación y el parto.

Ciclo reproductivo y manejo de la monta

La mayoría de las yeguas solo tienen ciclos estrales durante las estaciones del año cuando la duración del día es larga. Durante el invierno, los ovarios están inactivos y las hormonas reproductivas están en niveles basales en el torrente sanguíneo. A medida que los días se alargan en la primavera, las yeguas pasan por una etapa de transición cuando el tracto reproductivo comienza a prepararse para la época de cría. Durante esta transición, las yeguas tendrán de tres a cuatro episodios de receptividad sexual debido al desarrollo de ondas de folículos grandes en los ovarios. Las yeguas no son fértiles en esta época del año porque los ovarios no liberan ovocitos. Después de 8 a 10 semanas, el nivel de hormona luteinizante será lo suficientemente alto como para provocar la ovulación de uno de los folículos. Una vez que esto ocurre, la yegua establecerá un ciclo estral normal con una ovulación regular. Las yeguas ovulan cada 21 días durante la época de cría, con periodos de celo (receptividad a la reproducción con un semental) que duran de 2 a 8 días. Durante el celo, los folículos del ovario se agrandan. Uno de estos se volverá dominante y liberará un ovocito maduro. El folículo se convierte en un cuerpo lúteo y produce la hormona progesterona, que prepara al útero para la implantación del ovocito. Si la yegua se reproduce y el ovocito es fecundado, este pasa al útero y comienza la gestación. De lo contrario, el cuerpo lúteo se destruye y comienza otro ciclo estral.

Después del periodo de inactividad y transición invernal, las yeguas comienzan naturalmente los ciclos estrales en abril en el hemisferio norte. Dado que los cambios en el ciclo son estimulados por cantidades crecientes de luz diurna, es posible acelerar el inicio de los ciclos exponiendo a la yegua a mayores cantidades de luz artificial durante el invierno. La sincronización de los ciclos ováricos también puede manipularse administrando inyecciones de varias hormonas reproductivas. Esto se suele hacer para facilitar las citas de monta y para permitir que las yeguas y los sementales permanezcan en competición durante gran parte de la temporada de cría. Su veterinario puede aconsejarle sobre cómo hacerlo.

Detección del celo

El éxito de un programa de cubriciones gira en torno a un buen sistema de detección de celos. La yegua debe presentarse al semental (recela) todos los días o un día sí y otro durante la época de monta, y se debe hacer una interpretación y un registro precisos de su respuesta. Una yegua en celo (la fase receptiva del ciclo) levanta la cola, se agacha, orina y presenta su parte trasera al semental. También permitirá que el semental monte y copule. Una yegua en diestro (la fase no receptiva del ciclo) por lo general chilla, patea, muerde y rechaza los intentos del semental de olfatear o montar a la yegua. La exposición adecuada al semental recela es necesaria para determinar la receptividad de la yegua. Los periodos de celo prolongados e irregulares son comunes al principio y al final de la temporada de cría.

Una yegua en celo puede en principio no mostrarse receptiva debido al nerviosismo o a su inexperiencia. Algunas yeguas con un potro a su lado parecerán menos receptivas porque son protectoras hacia el potro. El comportamiento de la yegua debe ser compatible con el estado de su aparato reproductor determinado por una exploración física. La respuesta al recela puede determinar si el celo se ha iniciado e indica cuándo una yegua se debe cubrir. La falta de retorno al celo 2 o 3 semanas después de la monta puede sugerir que la yegua está gestante. La gestación se puede confirmar por varios métodos. La ecografía del útero (a través del recto) permite la detección más precoz. El examen por palpación rectal (sensación de un bulto en el útero) puede detectar la gestación desde el día 28 en algunas yeguas. Las pruebas hormonales son más precisas después del día 60 de gestación.

Programas de salud durante la gestación

El cuidado adecuado de la salud de las yeguas gestantes es importante para garantizar el nacimiento de un potro sano. Consulte a su veterinario para asegurarse de que los programas de vacunación y desparasitación de su caballo estén actualizados.

Control de parásitos

La mayoría de los antiparasitarios para caballos son seguros durante la gestación, pero hay que seguir las recomendaciones del veterinario. En general, las yeguas no deben recibir antiparasitarios durante los dos primeros meses de gestación ni durante las últimas semanas antes del parto. Por lo demás, las yeguas se deben desparasitar cada 4-8 semanas. Se recomienda cambiar periódicamente la medicación específica utilizada para evitar el desarrollo de resistencias en los parásitos. Las yeguas también pueden desparasitarse 1 o 2 días después del parto para reducir el número de gusanos estróngilos pequeños que pasan al potro. Los potros se deben desparasitar a las 6-8 semanas de edad, el mismo día que la yegua, y de nuevo al destete.

Vacunaciones

Las vacunas deben seguir un calendario anual basado en las preocupaciones sanitarias locales. Las vacunas que requieren revacunaciones anuales deben administrarse de 4 a 6 semanas antes de la fecha estimada de parto de la yegua ( ver la Tabla: Ejemplo de programa de vacunación para yeguas reproductoras*). Esto permitirá que la yegua produzca anticuerpos protectores que se transmiten al potro en el calostro. Los programas de vacunación para yeguas no vacunadas previamente serán diferentes. Véase Vacunaciones en Cuidados de rutina para un análisis más detallado.

Tabla
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Parto

Los preparativos generales para el manejo del parto y el cuidado del potro recién nacido se describen a continuación ( ver también Cuidados del potro).

Preparación

La yegua se debe llevar a una zona de parto al menos 4 semanas antes de la fecha prevista de parto para que pueda producir anticuerpos frente a cualquier microorganismo causante de enfermedades presente en ese entorno. Estos anticuerpos se transmitirán al potro a través del calostro (la primera leche producida por la yegua después del parto).

Los box de parto deben ser grandes (al menos 4 por 5 m). La zona de parto debe tener buena ventilación y una buena cama con paja limpia y seca. Las paredes deben estar sólidamente construidas y carecer de bordes cortantes. La observación de la yegua debe ser posible sin molestarla.

Aunque ciertos signos se producen antes del parto, no permiten una predicción precisa del momento en que se producirá el parto. Las glándulas mamarias (ubres) comienzan a desarrollarse de 2 a 4 semanas antes del parto y se distienden con calostro en la mayoría de las yeguas de 1 a 3 días antes del parto. El calostro gotea de los pezones y se seca formando un material ceroso en cada abertura del pezón. Esta "cera" se desarrolla en casi todas las yeguas entre 6 y 48 horas antes del parto, pero en algunos casos se produce mucho antes o no se produce.

Fases del parto

Es fundamental comprender la progresión normal de los acontecimientos durante el parto de un potro. Esto le permite saber si algo va mal y si es necesario intervenir. El parto se divide en tres fases.

La fase I se caracteriza por signos de dolor abdominal e inquietud debido a las contracciones del útero y suele durar entre 1 y 2 horas. Suelen aparecer manchas de sudor en el cuello y el flanco y detrás de los codos unas horas antes del parto. Las contracciones uterinas aumentan en frecuencia e intensidad, haciendo que el feto se desplace hacia el canal pélvico. Esto hace que el cuello uterino se abra. El feto pasa de la posición de pelvis arriba a la de pelvis abajo antes del parto. Las yeguas pueden rodar durante esta fase, lo cual se piensa que ayuda a la rotación del feto. El aumento de la presión en el útero hace que las membranas del feto sobresalgan del cuello uterino abierto. La rotura de las membranas fetales y la liberación de los líquidos fetales (a veces denominada "rotura de aguas") marca el final de la primera fase del parto.

La fase II comienza cuando se rompen las membranas fetales y termina cuando nace el potro. Este es un proceso bastante rápido, y si no se logra un progreso significativo en 10-15 min, llame a su veterinario. Un parto sin complicaciones no suele tardar más de 30 min. Si el parto dura más de 30 min, llame a su veterinario inmediatamente.

Durante esta fase, la presión del feto sobre el cuello uterino estimula las contracciones abdominales en la yegua. La membrana fetal que suele aparecer entre los labios de la vulva es una estructura blanca y llena de líquido. Los esfuerzos de la yegua consisten en tres o cuatro fuertes contracciones, seguidas por un corto periodo de descanso. La yegua suele tumbarse de lado con las patas extendidas durante el parto. El potro se suele expulsar con la cabeza por delante, con la cabeza, el cuello y las patas delanteras extendidas. Uno de los cascos delanteros suele preceder al otro, lo que permite que los codos y los hombros pasen más fácilmente por el canal pélvico. El potro suele nacer con el cordón umbilical intacto. El amnios blanco suele estar intacto, pero se desgarra fácilmente con los movimientos de la yegua o del potro. Si las membranas permanecen cubriendo la nariz, deben ser retiradas por un ayudante para evitar la asfixia. Si no se la molesta, la yegua puede permanecer unos minutos con las patas traseras del potro en su vagina. Si el potro no se expulsa en los 30 min siguientes a la rotura de las membranas fetales y a la liberación del líquido amniótico de color té, se justifica la asistencia veterinaria.

Si las membranas fetales se separan del útero demasiado pronto, las membranas fetales que se observan por primera vez en la vulva en la fase II del parto aparecerán de color rojo brillante y aterciopelado en lugar de pálidas y blancas. Esto significa que la separación se ha producido antes de que el potro pueda respirar aire por sí mismo. Las membranas fetales deben romperse inmediatamente y el potro debe nacer manualmente, o no recibirá suficiente oxígeno. Según el nivel y la duración de la privación de oxígeno, el potro puede no sobrevivir o puede tener una lesión cerebral permanente.

Parto del potro

La fase III consiste en la expulsión de la placenta (membranas fetales). Por lo general, la placenta se expulsa en las 3 horas siguientes al nacimiento del potro. El peso de las membranas ayuda a que se separen de la superficie interna del útero. Las fuertes contracciones del útero completan la separación de las membranas del útero. La yegua permanecerá de pie con las membranas fetales colgando de la vulva. Las membranas pueden extenderse más allá del nivel del corvejón. Si la yegua cocea, lo cual puede poner en peligro al potro, las membranas deben atarse por encima del corvejón. Nunca debe tirar manualmente de las membranas, ya que esto puede romper las membranas o causar daños en el útero. Si las membranas fetales no se han expulsado a las 3 horas después del parto, su veterinario puede decidir administrar inyecciones de la hormona oxitocina a intervalos de 15 a 30 minutos hasta que hayan sido completamente expulsadas. (Más información sobre retención de placenta.)

El periodo posparto temprano

El útero se contrae y vuelve a su tamaño no gestante poco después de la expulsión del potro y las membranas fetales. Los caballos tienen una duración media de gestación de unos 340 días (unos 11 meses). Es posible cruzar una yegua durante el "celo del potro" que se produce de 5 a 11 días después del parto. Sin embargo, las yeguas que han tenido un parto difícil, retención de membranas fetales o metritis no se deben cruzar en el celo del potro. Las tasas de gestación en el celo del potro son más altas en las yeguas cruzadas al menos 10 días después del parto.

Para más información

Véanse las AAEP vaccination guidelines.

Consulte también el contenido para veterinarios sobre el manejo de la reproducción de los caballos.