La anemia se produce cuando hay una disminución en el número de glóbulos rojos, que puede medirse mediante el recuento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Puede desarrollarse por pérdida, destrucción o falta de producción de glóbulos rojos. La anemia se clasifica como regenerativa o no regenerativa. En una anemia regenerativa, la médula ósea responde adecuadamente a la disminución del número de glóbulos rojos aumentando su producción. Las anemias debidas a hemorragia o hemólisis suelen ser regenerativas. En una anemia no regenerativa, la médula ósea responde inadecuadamente a la mayor necesidad de glóbulos rojos. Las anemias causadas por una disminución de la eritropoyetina (la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos) o por una anomalía en la médula ósea son no regenerativas.
Algunas infecciones, como la anemia infecciosa equina, la babesiosis y la tripanosomiasis, pueden causar anemia en los caballos.
Signos y diagnóstico de la anemia
Los signos de anemia en los animales dependen de la gravedad, la duración (a corto o largo plazo) y la causa subyacente. La anemia súbita puede provocar un shock e incluso la muerte si se pierde rápidamente más de un tercio del volumen sanguíneo y no se repone. Después de una rápida pérdida de sangre, el animal suele presentar un aumento de la frecuencia cardiaca, encías pálidas y presión arterial baja. Si se están destruyendo los glóbulos rojos, el animal puede presentar ictericia (un color amarillento en el blanco de los ojos, la piel o las encías). Los animales con anemia prolongada han tenido tiempo de adaptarse y sus signos suelen desarrollarse más lentamente. Estos incluyen pérdida de energía, debilidad y pérdida de apetito. Los animales afectados presentarán hallazgos similares en la exploración física, como encías pálidas, aumento de la frecuencia cardiaca y, posiblemente, un soplo cardiaco.
Una parte importante del diagnóstico de la anemia es una historia clínica completa. Las preguntas que un veterinario puede hacer incluyen:
¿Cuánto tiempo han estado presentes los signos?
¿El caballo tiene antecedentes de exposición a tóxicos (como plantas venenosas, sustancias químicas o metales pesados)?
¿Qué tratamientos farmacológicos y vacunas ha recibido el caballo?
¿A dónde ha viajado el caballo?
¿Ha tenido el caballo alguna enfermedad previa?
Un hemograma completo es un análisis de sangre que su veterinario utilizará para proporcionar información sobre la gravedad de la anemia, el grado de respuesta de la médula ósea y el estado de otros tipos de células sanguíneas. Se debe realizar una prueba para evaluar el tamaño y la forma de los glóbulos rojos y para comprobar si hay parásitos de los glóbulos rojos.
Se pueden realizar otros análisis de sangre y orina para evaluar el funcionamiento de los órganos internos. Si se sospecha una pérdida de sangre en el estómago o los intestinos, puede ser útil examinar las heces del animal al microscopio para detectar rastros de sangre y parásitos. Los hematomas o las hemorragias pueden ser signos de una enfermedad o trastorno que afectan a la capacidad de coagulación de la sangre y pueden indicar la necesidad de una prueba llamada perfil de coagulación. Si se sospecha enfermedad hemolítica (una afección en la que hay destrucción de glóbulos rojos), se pueden realizar otras pruebas. Un análisis de sangre para detectar infecciones también puede ayudar a definir la causa de la anemia. La evaluación de la médula ósea puede ser necesaria para cualquier animal con una anemia inexplicable y no regenerativa.
Anemias regenerativas
Las anemias regenerativas incluyen anemia por pérdida de sangre y anemia hemolítica.
La pérdida de sangre repentina y grave puede causar shock e incluso la muerte si se pierde más del 30-40 % del volumen sanguíneo total y la afección no se trata rápidamente con fluidos intravenosos o transfusiones de sangre, o ambos. Las causas obvias de pérdida grave de sangre incluyen una lesión importante o una cirugía. Si el motivo de la pérdida de sangre no es aparente, el veterinario buscará una fuente de hemorragia interna u oculta, como trastornos que afectan a la capacidad de coagulación de la sangre o úlceras gástricas o intestinales. La pérdida de sangre de bajo grado y a largo plazo acaba provocando una anemia por deficiencia de hierro, que es no regenerativa.
Las anemias hemolíticas se producen cuando se destruyen los glóbulos rojos. Suelen ser regenerativas. Las anemias hemolíticas pueden deberse a una disfunción del sistema inmunitario (incluida la isoeritrólisis neonatal, véase más adelante), a enfermedades de los vasos sanguíneos pequeños, a trastornos metabólicos, a tóxicos, a infecciones (anemia infecciosa equina y parásitos sanguíneos) y a enfermedades genéticas.
La isoeritrólisis neonatal es un trastorno inmunitario en el que los glóbulos rojos se destruyen en los potros recién nacidos. Se produce cuando los potros maman de una madre cuyo calostro (el líquido amarillento rico en anticuerpos y minerales que se produce después del parto y antes de producir leche verdadera) contiene anticuerpos contra los glóbulos rojos de los recién nacidos. Puede estar causada por la exposición de la madre a otro grupo sanguíneo durante una gestación anterior o por una transfusión de sangre no compatible. En los caballos, los antígenos que suelen estar implicados son el A, el C y el Q. La isoeritrólisis neonatal se observa con mayor frecuencia en Pura Sangre Ingleses y mulas. Los potros adquieren los anticuerpos cuando comienzan a mamar. Una vez absorbidos, los anticuerpos entran en el torrente sanguíneo, donde se adhieren a los glóbulos rojos y provocan su rotura. Los recién nacidos con isoeritrólisis neonatal son normales al nacer, pero desarrollan anemia hemolítica grave en 2-3 días. Los potros anémicos se debilitan y presentan ictericia. Un veterinario puede realizar pruebas para confirmar el diagnóstico. El tratamiento consiste en suspender la ingestión de calostro mientras se brindan terapias de apoyo con transfusiones. Un veterinario puede realizar una prueba para comprobar este posible trastorno antes de que el recién nacido pueda recibir el calostro materno. Si es probable que se produzca una reacción, se puede evitar la isoeritrólisis neonatal retirando el calostro de la propia madre del potro y dándole calostro libre de anticuerpos.
Anemias no regenerativas
Las anemias no regenerativas incluyen anemias causadas por deficiencias nutricionales en vitaminas o minerales (como el hierro), enfermedad a largo plazo, enfermedad renal y enfermedades primarias de la médula ósea.
Las anemias debidas a trastornos nutricionales se desarrollan cuando los nutrientes necesarios para la formación de glóbulos rojos no están presentes en cantidades adecuadas. La anemia se desarrolla gradualmente y al inicio puede ser regenerativa, pero acaba volviéndose no regenerativa. La inanición causa anemia por una combinación de deficiencias de vitaminas y minerales y una ingesta inadecuada de energía y proteínas. La anemia por deficiencia de hierro no es frecuente en caballos. Cuando se produce, no suele deberse a una ingestión insuficiente de hierro en la dieta. En cambio, se produce debido a una pérdida de sangre de bajo grado y a largo plazo. Su veterinario tratará este trastorno con suplementos de hierro e identificando y tratando la causa de la pérdida de sangre.
La anemia causada por una enfermedad a largo plazo (crónica) suele producir reducciones de leves a moderadas en los glóbulos rojos. Es la forma de anemia más frecuente observada en animales. La anemia puede producirse tras una inflamación o infección de larga duración, un tumor, una enfermedad hepática o trastornos hormonales (como la enfermedad de Cushing). Las proteínas llamadas citocinas, producidas por las células inflamatorias, provocan una disminución de la disponibilidad de hierro, de la supervivencia de los glóbulos rojos y de la capacidad de regeneración de la médula ósea. El tratamiento de la enfermedad subyacente lleva a la corrección de la anemia.
La enfermedad renal de larga duración es una causa común de anemia no regenerativa en animales. El riñón detecta la cantidad de oxígeno que reciben los tejidos del organismo y también produce eritropoyetina, la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. El deterioro de estas funciones produce anemia en caballos con enfermedad renal a largo plazo (crónica).
Enfermedades de la médula ósea
La enfermedad o el fallo de la médula ósea por cualquier causa puede provocar una anemia no regenerativa y una reducción del número de todos los tipos de células sanguíneas: rojas, blancas y plaquetas. Cuando la médula está afectada de forma generalizada, se ven afectados primero los glóbulos blancos, seguidos de las plaquetas y, por último, los glóbulos rojos.
La anemia aplásica es un trastorno grave de la médula ósea en el que se reduce la capacidad de la médula ósea para generar células sanguíneas. Se ha descrito en caballos con pancitopenia (una afección en la que se produce una reducción anormal del número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre) y con médula subdesarrollada y reemplazada por grasa. La mayoría de los casos no tienen una causa conocida, pero las causas conocidas incluyen infecciones, fármacos, tóxicos, radioterapia y enfermedad inmunomediada. La afección se diagnostica tomando muestras de la médula ósea. Para tratar la afección, se debe determinar y eliminar la causa subyacente, si es posible. También pueden ser necesarios cuidados de apoyo, como antibióticos y transfusiones. Pueden usarse además otros tipos de fármacos hasta que la médula se recupere. Si la enfermedad no tiene una causa conocida o si la recuperación de la médula es poco probable, el trasplante de médula ósea es útil pero no se realiza de forma rutinaria.
En la aplasia pura de glóbulos rojos, el número de glóbulos rojos maduros e inmaduros está disminuido. Otros tipos de células sanguíneas no se ven afectados. En esta anemia no regenerativa, hay una reducción grave de los elementos que producen los glóbulos rojos en la médula ósea. Los casos que están relacionados con el sistema inmunitario a menudo responden al tratamiento que suprime el sistema inmunitario. Los tratamientos de apoyo, como las transfusiones de sangre, pueden estar indicados para los casos graves. La eritropoyetina humana recombinante, utilizada para tratar la anemia causada por insuficiencia renal o utilizada ilegalmente para aumentar el rendimiento en caballos de carreras, puede causar esta afección. La interrupción del fármaco puede dar lugar a la recuperación en algunos animales.
Las leucemias primarias son un tipo de cáncer en el que los glóbulos blancos anormales desplazan a los glóbulos normales. Esto provoca anemia y falta de glóbulos blancos y plaquetas normales. Las leucemias primarias son de poco comunes a raras en la mayoría de las especies domésticas, pero se han descrito en caballos. Las leucemias se clasifican en agudas (súbitas y a menudo graves) o crónicas (de larga duración, con signos que suelen ser menos graves). Las leucemias agudas, en las que la médula ósea está llena de células sanguíneas inmaduras, suelen responder mal a la quimioterapia. En los animales que sí responden, los tiempos de remisión suelen ser cortos. Las leucemias crónicas, en las que hay un gran aumento de la producción de una línea de células sanguíneas, son menos propensas a causar anemia y responden mejor al tratamiento.
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