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Diagnóstico de problemas de comportamiento en los gatos

PorGary M. Landsberg, BSc, DVM, MRCVS, DACVB, DECAWBM
Revisado/Modificado may 2018

Muchos de los problemas de "salud" a los que se enfrentan los gatos de compañía están asociados a problemas de comportamiento o a expectativas no cumplidas sobre este. Su veterinario primero necesitará descartar cualquier posible problema de salud que pueda estar causando un cambio en el comportamiento de su gato. Por ejemplo, una afección médica puede hacer que su gato se vuelva agresivo o que orine en la casa. El estrés también puede tener efectos sobre el comportamiento y puede contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades, por ejemplo, la cistitis intersticial felina.

Después de descartar causas médicas, su veterinario tomará un historial de comportamiento antes de hacer cualquier diagnóstico. Un historial de comportamiento suele incluir los siguientes elementos: 1) el sexo, la raza y la edad del gato; 2) la edad de aparición de la afección; 3) la duración de la afección; 4) una descripción del comportamiento real; 5) la frecuencia de la conducta problemática (cada hora, diariamente, semanalmente, mensualmente); 6) la duración de un episodio típico (segundos, minutos, horas); 7) cualquier cambio en el patrón, frecuencia, intensidad y duración de los episodios; 8) cualquier medida correctiva probada y la respuesta; 9) cualquier actividad que haya detenido el comportamiento (p. ej., el gato se duerme); 10) el horario de 24 horas del gato y del propietario, así como cualquier cambio diario; 11) la historia familiar del gato (en otras palabras, ¿hay signos de problemas similares en los padres o hermanos de camada del gato?); 12) las condiciones de vida y el entorno del gato; y 13) cualquier otra cosa que el propietario considere relevante.

Usted y su veterinario deben considerar el "ABC" (del inglés antecedent, behavior y consequences) del problema de comportamiento. ¿Qué sucede antes del comportamiento (el antecedente)? ¿Cuál es el comportamiento (behavior)? ¿Qué sucede inmediatamente después (las consecuencias)? Dado que los comportamientos pueden cambiar a medida que los gatos aprenden y maduran, su veterinario también considerará cómo comenzó el problema inicialmente.

La atención veterinaria moderna incluye preguntas de rutina sobre quejas de comportamiento específicas (p. ej., no usar la caja de arena, cualquier pelea con otras mascotas, cualquier comportamiento extraño) además de preguntas de rutina que alertan a su veterinario sobre posibles problemas médicos. Este examen de rutina identificará lo que es "normal" para su gato. Si su veterinario no le pregunta acerca de posibles problemas de comportamiento, asegúrese de mencionarlos usted mismo. Desafortunadamente, muchos propietarios no informan de los problemas de comportamiento a sus veterinarios, y estos problemas son una de las principales razones por las que las mascotas se regalan o eutanasian.

Dado que los diagnósticos de comportamiento no pueden hacerse sobre la base de un único suceso, puede completar un cuestionario en cada visita para aclarar el patrón de comportamiento de su gato. El veterinario puede entonces identificar si los signos (gruñidos, bufidos) crean un patrón que cumple con los criterios de diagnóstico específicos, como la agresividad por miedo. Tanto usted como su veterinario deben utilizar las mismas definiciones para los mismos signos inespecíficos. Ambos deben reconocer y describir con precisión los comportamientos que les preocupan.

Grabar en vídeo el comportamiento de su gato puede ayudar a asegurar que se haga un diagnóstico preciso. El cuestionario se basa en su descripción y, por ello, es más subjetivo. Sin embargo, cuando se combina con un vídeo, su veterinario puede usar la información para diagnosticar y manejar el problema. Su comprensión y cumplimiento son fundamentales para que el trastorno de conducta de su gato mejore. Solo cuando se reconocen los comportamientos que conducen o se asocian a los problemáticos, se puede evitar o prevenir que surja la situación problemática.

Definición del problema

A continuación se presenta un breve glosario de términos que se suelen emplear para explicar el comportamiento.

Un comportamiento anormal es uno que es disfuncional e inusual. Esto es diferente de un problema de comportamiento, que es una acción normal pero indeseable (como rascar los muebles).

Los comportamientos anormales repetitivos se producen cuando los gatos no se adaptan a una situación de manera apropiada, respondiendo a menudo con movimientos o acciones repetitivos o fijos. Las conductas repetitivas anormales incluyen conductas compulsivas/impulsivas y estereotipadas (véase más adelante).

La agresividad es todo lo relacionado con una amenaza o un ataque. Los gatos pueden volverse agresivos con las personas o con otros gatos debido al miedo, el juego, el comportamiento depredador y quizás para mantener un estatus social entre otros gatos. Algunos ejemplos de actos agresivos en gatos incluyen bufidos, mordeduras, persecuciones y gruñidos.

La ansiedad es la anticipación del peligro acompañada de signos de tensión (vigilancia, aumento del movimiento y tensión muscular). El foco de la ansiedad puede ser interno o externo.

Los comportamientos compulsivos son comportamientos anormales y repetitivos que se suelen realizar en un intento de lograr un objetivo. Pueden comenzar con comportamientos normales (como acicalarse, acechar o perseguir) y situaciones normales (frustración o conflicto), pero luego progresar a situaciones e intensidades inapropiadas. El estrés y la ansiedad (que pueden estar causados por un castigo inapropiado) pueden empeorar estos trastornos. Algunos comportamientos compulsivos parecen ser genéticos, como la succión de lana en las razas de gatos orientales. Estos trastornos probablemente se producen debido a la liberación anormal de neurotransmisores ("mensajeros químicos") en el cerebro.

Un gato en conflicto tiene tendencia a realizar más de un tipo de actividad a la vez. Por ejemplo, un gato puede querer acercarse a una persona para conseguir una golosina, pero también puede tener miedo de la persona y no querer acercarse demasiado. La motivación del conflicto, salvo en casos extremos asociados a funciones de supervivencia (p. ej., comer), es muy difícil de identificar en animales. El conflicto puede dar lugar a agresividad o actividad de desplazamiento.

La actividad de desplazamiento es la resolución de un conflicto mediante la realización de una actividad aparentemente no relacionada. Cuando un gato es incapaz de realizar física o conductualmente una actividad apropiada, a menudo realizará una actividad aparentemente irrelevante. Los comportamientos de desplazamiento pueden surgir de un conflicto o frustración o ser una actividad de vacío (sin función aparente). Por ejemplo, un gato que está obviamente en conflicto entre el sexo y la agresividad o entre la agresividad y el miedo puede reaccionar con actividades irrelevantes, como acicalarse, alimentarse o dormir.

El miedo es un sentimiento de aprensión asociado a la presencia de un objeto, individuo o situación social y forma parte del comportamiento normal. Decidir si un miedo es anormal depende del contexto. Por ejemplo, el fuego es una herramienta útil, y el miedo a ser consumido por él es un comportamiento normal. Sin embargo, si la casa no estuviera en llamas, ese miedo sería irracional. Si este miedo fuera constante o recurrente, probablemente se consideraría un comportamiento anormal. Los miedos normales y anormales suelen variar en intensidad. La intensidad aumenta a medida que aumenta la cercanía real o imaginaria del objeto que causa el miedo.

La frustración surge cuando un gato es incapaz de completar un comportamiento debido a obstáculos físicos o psicológicos. Cuando los gatos están frustrados, como un gato que no puede acceder a un gato que está al aire libre y que ve a través de la ventana, pueden mostrar un comportamiento redirigido (p. ej., el ataque a otra mascota de la familia o al propietario), un comportamiento de desplazamiento o signos asociados con la ansiedad. Otro ejemplo de frustración por objetivo es un gato que persigue un juguete de luz láser, pero no puede atraparlo. Esta frustración puede llevar a perseguir obsesivamente otras luces y sombras.

La mayoría de las reacciones de miedo se aprenden, y se pueden desaprender mediante exposición gradual. Las fobias, sin embargo, son reacciones de miedo profundas y desarrolladas rápidamente que no disminuyen ni con la exposición gradual al objeto ni sin la exposición a lo largo del tiempo. Una fobia implica reacciones repentinas, de todo o nada, intensas y anormales que producen pánico. Las fobias pueden desarrollarse rápidamente o con el tiempo, pero una vez establecidas se caracterizan por una ansiedad inmediata e intensa. El miedo puede desarrollarse más gradualmente y, dentro de un episodio de comportamiento temeroso, puede haber más variación en la intensidad de lo que se vería en una reacción fóbica. Una vez que se ha experimentado un episodio fóbico, cualquier acontecimiento asociado a él o el recuerdo de este es suficiente para generar la reacción. Incluso sin reexposición, las fobias pueden permanecer en su nivel alto anterior o superarlo durante años. Las situaciones fóbicas se evitan a toda costa, o bien, si son inevitables, se soportan con una intensa ansiedad o angustia.

La conducta redirigida se aleja del objetivo incitador y se dirige a otro objetivo menos apropiado.

Los comportamientos estereotipados son acciones repetitivas, relativamente invariables, que no tienen un propósito o una función obvios. Suelen derivar de un comportamiento de mantenimiento normal, como el acecho, la persecución o el acicalamiento. Estos comportamientos son anormales porque interfieren en el funcionamiento normal del animal.

La actividad de vacío puede producirse cuando un animal no puede realizar un comportamiento instintivo muy deseado. Algunos ejemplos incluyen chupar o lamer excesivamente. Las actividades de vacío no tienen ningún propósito útil.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre el diagnóstico de problemas de comportamiento en los gatos.