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Meningitis y encefalitis en los gatos

PorThomas Schubert, DVM, DACVIM, DABVP
Revisado/Modificado ago 2018

    La inflamación de las meninges, la cubierta membranosa del cerebro y la médula espinal (meningitis) y la inflamación del cerebro (encefalitis) se producen frecuentemente de forma simultánea (meningoencefalitis), aunque cualquiera de ellas puede desarrollarse por separado. Muchas enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central también afectan a la médula espinal (denominadas encefalomielitis y meningoencefalomielitis). Las causas de la inflamación incluyen infección por bacterias, virus, hongos, protozoos, rickettsias, parásitos y sustancias químicas. En algunos casos, el sistema inmunitario está implicado o se desconoce la causa. En los gatos, especialmente en los adultos, los virus, protozoos y hongos son causas más frecuentes de meningitis y encefalitis que las bacterias.

    Los signos habituales de la meningitis son fiebre, dolor y rigidez del cuello y espasmos musculares dolorosos. Los gatos pueden presentar estos signos sin ninguna señal de disfunción cerebral o de la médula espinal. Sin embargo, en la meningoencefalitis se puede desarrollar depresión, ceguera, parálisis parcial de la cara o de las extremidades, pérdida del equilibrio o del control motor, convulsiones, cambios de comportamiento, agitación, inclinación de la cabeza y comportamiento en círculos y pérdida del conocimiento (incluyendo coma), según la gravedad y localización de la inflamación. El análisis del líquido cefalorraquídeo procedente de una punción lumbar es el medio más fiable y preciso para identificar la meningitis o la encefalitis. Pueden ser necesarias pruebas de laboratorio adicionales para identificar la causa de la enfermedad.

    Los casos resultantes de un trastorno del sistema inmunitario pueden tratarse con corticoesteroides u otros medicamentos que alteren el sistema inmunitario. Las infecciones causadas por protozoos y ciertas bacterias pueden tratarse con los antibióticos apropiados, y las infecciones fúngicas pueden tratarse con fármacos antimicóticos específicos. El pronóstico de recuperación depende de la causa, la gravedad de la infección y si la infección ha causado o no un daño irreversible al tejido nervioso. El tratamiento de apoyo puede incluir analgésicos, anticonvulsivos, fluidoterapia, suplementos nutricionales y fisioterapia.

    Consulte también el contenido para veterinarios sobre la meningitis y encefalitis.