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Trastornos de la columna vertebral y la médula en los gatos

PorThomas Schubert, DVM, DACVIM, DABVP
Última revisión/modificación ago 2018

Las enfermedades de la columna y la médula espinal consisten en los trastornos congénitos (comentados anteriormente en este capítulo), enfermedades degenerativas, inflamatorias e infecciosas, tumores, enfermedades nutricionales, lesiones y traumatismos, trastornos tóxicos y enfermedades vasculares.

Enfermedades degenerativas

La estenosis lumbosacra degenerativa es un trastorno de las vértebras de la parte inferior del dorso que provoca compresión de las raíces nerviosas. Es poco frecuente en gatos. Se desconoce la causa. Los signos suelen comenzar entre los 3 y los 7 años de edad y pueden incluir debilidad, incontinencia y dificultad para usar las patas traseras. Los gatos a menudo experimentan dolor cuando se toca o mueve la zona inferior del dorso. Otros signos incluyen pérdida del sentido de la posición de la pata, atrofia muscular o debilidad de los reflejos en las patas traseras. Las radiografías pueden mostrar signos de degeneración, pero el diagnóstico requiere una RM o una TC. Los gatos en los que el único signo es el dolor leve pueden mejorar con 4-6 semanas de reposo y medicamentos para el dolor. El tratamiento específico requiere cirugía. El pronóstico para la recuperación es bueno, aunque la incontinencia urinaria puede continuar.

La enfermedad del disco intervertebral es una enfermedad degenerativa de la columna vertebral que provoca la compresión de la médula espinal y de los nervios espinales. Es una causa frecuente de trastornos de la médula espinal en perros, pero rara en gatos. Un disco herniado o "deslizado" que provoca signos graves puede producirse repentinamente o surgir y progresar lentamente. Los discos herniados son más comunes en el cuello y en la parte media del dorso. Una hernia de disco en el cuello provoca dolor cervical, rigidez y espasmos musculares. Puede haber debilidad muscular u otros signos, que van desde una parálisis parcial leve en las patas hasta una parálisis total de todas las patas. Una hernia discal en la mitad del dorso provoca dolor del dorso y posiblemente una curvatura en la columna vertebral y una reticencia a moverse. Los signos neurológicos varían desde una pérdida de control motor en las patas traseras hasta parálisis e incontinencia. En los animales paralizados, su veterinario determinará si la sensación de dolor está presente pellizcando el dedo del pie o la cola y observando si el gato responde.

El diagnóstico de las hernias discales requiere radiografías, mielografía, TC o RM. Los gatos con signos mínimos o moderados que todavía pueden sentir dolor a menudo se recuperan con unas pocas semanas de reposo. Se pueden usar antiinflamatorios o medicamentos para el dolor, pero por lo general solo si el gato puede reposar en una jaula. Si el gato aumenta su actividad, los discos pueden extruirse más y empeorar la compresión de la médula espinal. Desafortunadamente, los signos recurren en el 30 al 40 % de los casos. En los animales con signos neurológicos graves, la cirugía debe realizarse rápidamente para aliviar la presión sobre la médula espinal. La cirugía también es necesaria si el tratamiento farmacológico no tiene éxito y los signos reaparecen. El pronóstico de recuperación después de la cirugía es bueno si el gato todavía puede sentir dolor. Si la cirugía se retrasa más de 24 horas después de la pérdida de la percepción del dolor, las posibilidades de recuperación disminuyen.

La degeneración de las neuronas motoras es una enfermedad hereditaria que se observa de vez en cuando en gatos, perros, ganado vacuno, cerdos y cabras. También llamada atrofia muscular espinal, esta enfermedad se caracteriza por debilidad progresiva, temblores, pérdida de masa muscular y reflejos débiles. Suele aparecer a los 2 años de edad. Las pruebas musculares electrónicas y la biopsia ayudan a documentar los cambios nerviosos, pero el diagnóstico definitivo solo puede realizarse después de la muerte del animal.

La espondilosis deformante se caracteriza por la producción de crecimientos óseos a lo largo de la parte inferior de las vértebras espinales. Se desarrolla a medida que los gatos envejecen. No suele causar signos, pero en casos raros el gato puede tener dolor del dorso.

Enfermedades inflamatorias e infecciosas

Las enfermedades inflamatorias e infecciosas de la columna vertebral y de la médula espinal consisten en infecciones bacterianas, rickettsiales, víricas, fúngicas, protozoarias y parasitarias, y enfermedades inflamatorias de causas desconocidas. Muchas de estas enfermedades, como la meningitis y la encefalitis, también pueden afectar al cerebro. A continuación se comentan algunas de las enfermedades infecciosas e inflamatorias más comunes que afectan a la columna vertebral o a la médula espinal.

Enfermedades bacterianas

La discoespondilitis es la inflamación del disco entre dos vértebras (huesos de la columna vertebral). Las vértebras también pueden estar inflamadas sin infección del disco. Es poco frecuente en gatos y suele deberse a la diseminación directa de la infección desde una herida cercana. (Véase también discoespondilitis en los perros). El signo más común es el dolor espinal, y algunos gatos también presentan fiebre, depresión y pérdida de peso. Los signos neurológicos pueden desarrollarse debido a la presión sobre la médula espinal o, raramente, a la propagación de la infección a la médula espinal. Las radiografías se usan para diagnosticar la afección, y los cultivos pueden identificar la infección subyacente. Los signos suelen desaparecer a los 5 días de tratamiento con un antibiótico adecuado, pero el tratamiento debe continuarse durante al menos 8 semanas.

Enfermedades víricas

La peritonitis infecciosa felina es una enfermedad de los gatos domésticos causada por una respuesta inmunitaria anormal a un coronavirus. Esta afección suele causar daño al sistema nervioso y a los tejidos que lo rodean. Los signos de inflamación de la médula espinal incluyen dolor en la columna vertebral y parálisis parcial en dos o cuatro patas. También son comunes los signos que afectan a la sangre y a otros órganos, especialmente los ojos. Los análisis de sangre disponibles no son fiables. El análisis del líquido cefalorraquídeo puede ayudar al diagnóstico. No existe un tratamiento eficaz, y el pronóstico de recuperación es malo.

La mielopatía asociada con el virus de la leucemia felina es una enfermedad de la médula espinal que afecta a algunos gatos que se han infectado con el virus de la leucemia felina durante más de 2 años. Los signos principales son pérdida del control motor y debilidad en las patas traseras, que pueden progresar a parálisis parapléjica en un año. Otros signos incluyen dolor espinal y comportamiento anormal. El diagnóstico se basa en los signos, análisis de sangre y la eliminación de otras posibles causas. No existe tratamiento.

La rabia está causada por una infección vírica que se disemina al sistema nervioso central desde los nervios periféricos. Puede afectar a todos los mamíferos, incluidos los gatos y las personas. Durante varias décadas, se han descrito más casos de rabia en gatos que en perros en los EE. UU. La rabia es común en todo el mundo, excepto en Japón, y en algunas otras islas, como Nueva Zelanda, Islandia y Hawái. Los signos iniciales son extremadamente variables, y la rabia debe considerarse como una posibilidad en cualquier animal sin vacunar que presente una disfunción neurológica grave. Los signos de que la infección ha llegado a la médula espinal incluyen pérdida de control motor y parálisis progresiva, por lo general con pérdida de reflejos. Los animales afectados suelen morir, aunque no invariablemente, de 2 a 7 días después del inicio de los signos. No existe tratamiento. La vacunación es esencial para la prevención.

Enfermedades fúngicas

Cryptococcus neoformans es el hongo más común que causa una infección del sistema nervioso central en los gatos. Otros organismos fúngicos pueden invadir el sistema nervioso central (incluyendo Blastomyces dermatitidis, Histoplasma capsulatum, Coccidioides immitis, Aspergillus spp y la feohifomicosis). Las infecciones suelen afectar a otros órganos, como los pulmones, los ojos, la piel o los huesos. Los signos de infección de la médula espinal incluyen parálisis parcial o total y dolor en la columna. Las pruebas de sangre o líquido cefalorraquídeo son necesarias para diagnosticar una infección e identificar el microorganismo.

El tratamiento y el pronóstico de recuperación dependen del hongo específico implicado. El fármaco fluconazol suele ser eficaz frente a las infecciones por Cryptococcus y Coccidioides. Las infecciones por los hongos Blastomyces o Histoplasma son difíciles de tratar, y el pronóstico de recuperación en gatos infectados por estos hongos es de incierto a malo.

Enfermedades protozoarias

La toxoplasmosis está causada por un protozoo llamado Toxoplasma gondii, que ocasionalmente puede causar inflamación del cerebro y la médula espinal en gatitos. Los gatitos infectados suelen presentar signos de enfermedad en otros órganos. Un análisis de sangre o una muestra de tejido pueden diagnosticar la infección. Se recomiendan varios fármacos para el tratamiento.

Enfermedades parasitarias

La mielitis verminosa es una inflamación de la médula espinal causada por un parásito. La causa más común en gatos son las larvas de moscas Cuterebra. Los signos de inflamación de la médula espinal aparecen súbita y gravemente, a menudo afectando a un lado del cuerpo más que al otro, y pueden empeorar progresivamente con el tiempo. Esta afección es difícil de diagnosticar excepto mediante el examen del tejido después de la muerte. El tratamiento farmacológico puede ser beneficioso, pero la recuperación completa es incierta.

Enfermedades inflamatorias de causa desconocida

La meningoencefalomielitis felina no supurativa, también llamada polioencefalomielitis felina o enfermedad del tambaleo, es una enfermedad inflamatoria lentamente progresiva del sistema nervioso central en los gatos domésticos. Se ha descrito en América del Norte, Europa y Australia. La causa es desconocida, pero probablemente esté implicado un virus o algún otro agente infeccioso. La enfermedad provoca la degeneración de las neuronas y es más grave en los segmentos torácicos de la médula espinal. La enfermedad es difícil de diagnosticar en un animal vivo y no hay tratamiento, por lo que el pronóstico es malo. Los signos comprenden debilidad en las patas que empeora en 1-2 meses, además de sensibilidad al tacto, temblores de cabeza y cambios en el comportamiento.

Tumores

En los gatos, el linfoma es el tumor más común que afecta a la médula espinal. Puede afectar a gatos adultos de cualquier edad. Hay una aparición repentina y grave o lentamente progresiva de signos que se centran en un tumor específico, a menudo doloroso, en la médula espinal. Alrededor del 85 % de los gatos afectados dan positivo a la prueba del virus de la leucemia felina. El tratamiento consiste en una quimioterapia combinada. La remisión es posible, pero el pronóstico a largo plazo es malo.

Trastornos nutricionales

La hipervitaminosis A se produce en gatos alimentados con dietas que contienen un exceso de vitamina A, como las dietas que contienen una cantidad excesiva de hígado. Los tumores se forman en la superficie de los huesos de la columna vertebral de los gatos afectados. Los signos incluyen dolor de cuello y rigidez con cojera en las extremidades delanteras. Reducir la cantidad de vitamina A evitará un daño mayor, pero no revierte el daño que ya se ha producido.

Los gatos que no obtienen suficiente vitamina B1 (deficiencia de tiamina) puede presentar disfunción cerebral. Las causas incluyen alimentos para gatos mal formulados, dietas vegetarianas, alimentos conservados con dióxido de azufre y dietas de pescado crudo. Los gatos afectados suelen presentar un equilibrio anormal, temblores en la cabeza, dificultad para controlar el movimiento, depresión, debilidad de las patas traseras, convulsiones y muerte. La afección se diagnostica en función de los signos, la dieta y la respuesta a la suplementación con vitamina B1.

Lesiones y traumatismos

Las lesiones de la médula espinal suelen producirse como resultado de una fractura de columna o luxación vertebral. Las causas más comunes en gatos incluyen accidentes de tráfico, heridas por mordedura y heridas de bala. La lesión no solo causa un daño inicial a la médula espinal, sino que también provoca un daño secundario por hinchazón, hemorragia, destrucción de la vaina nerviosa y deterioro tisular. Los signos de traumatismo espinal suelen tener un inicio súbito y pueden empeorar progresivamente. Las lesiones graves de la médula espinal en la parte media o baja del dorso pueden causar una parálisis rígida, o una parálisis flácida que se extiende a todo el cuerpo durante varios días y provoca la muerte por parálisis respiratoria. Las vértebras fracturadas o luxadas pueden verse en las radiografías, pero la TC puede ser necesaria para ver algunas fracturas. El tratamiento farmacológico puede ser útil si se inicia en las primeras horas de la lesión. Los animales con signos neurológicos leves a causa de una lesión suelen recuperarse después de 4-6 semanas de reposo en jaula. La cirugía es necesaria para algunos tipos de lesiones que causan signos neurológicos graves. En los gatos que han perdido la capacidad de sentir dolor en lugares por debajo de la lesión espinal, el pronóstico de recuperación es malo.

Envenenamientos e intoxicaciones

Los organofosforados son un tipo común de pesticida que se usa para proteger tanto a los animales como a las plantas de los insectos destructivos. La intoxicación por organofosforados se produce en tres formas: aguda, intermedia y retardada. La intoxicación retardada por organofosforados puede observarse tras la ingestión o el contacto con la piel de insecticidas o pesticidas que contienen organofosforados. Además de los signos de exposición grave, puede desarrollarse una parálisis retardada de 1 a 4 semanas después de la exposición. La parálisis parcial de las patas traseras empeora progresivamente y ocasionalmente se paralizan las cuatro patas. Un veterinario necesitará un historial de la posible exposición química del gato para hacer un diagnóstico correcto. El pronóstico de recuperación es malo para los animales con signos graves.

El tétanos está causado por toxinas producidas por la bacteria Clostridium tetani que suele entran en el organismo en el lugar de una herida. Los gatos son bastante resistentes al tétanos, pero a veces se producen casos. Los signos se suelen desarrollar 5-10 días después de la infección e incluyen rigidez muscular y extensión rígida de las patas, incapacidad para tragar, párpados protuberantes y bloqueo de la quijada y los músculos faciales. En los casos graves, el animal puede ser incapaz de mantenerse en pie como consecuencia de los espasmos musculares. El tratamiento consiste en el cuidado de la herida y la administración de antibióticos para eliminar cualquier organismo restante y de antitoxina tetánica. En los casos leves, el gato puede recuperarse completamente con un tratamiento precoz. En los casos graves puede producirse la muerte debido a una parálisis respiratoria.

Trastornos de los vasos sanguíneos (vasculares)

Los trozos de cartílago (probablemente de los discos que se encuentran entre las vértebras) pueden bloquear el flujo sanguíneo a la médula espinal en una afección llamada embolia fibrocartilaginosa. Es poco frecuente en gatos. Suele comenzar después de saltar o correr y causa un cambio súbito e indoloro en la marcha del gato. Los signos no suelen empeorar después de transcurridas 12 horas desde que se produjo. La RM es la técnica utilizada para hacer el diagnóstico. Los gatos afectados levemente suelen mejorar en 1-2 semanas, pero el pronóstico es malo para los gatos gravemente afectados o aquellos que no muestran signos de mejoría.

Para más información

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