Ciertas bacterias pueden causar enfermedades gastrointestinales en los gatos. Las más frecuentes se describen a continuación.
Infección por Campylobacter
La campilobacteriosis gastrointestinal es una enfermedad bacteriana. Está causada por bacterias de varias especies de Campylobacter. Estos microorganismos pueden aislarse de gatos portadores (aquellos que no muestran signos), así como de gatos enfermos. Los gatos, especialmente los obtenidos recientemente de refugios, y otros animales, pueden servir como fuentes de infección humana.
La exposición a heces de animales infectados y la transmisión a través de los alimentos o el agua parecen ser las vías de infección más comunes. Una fuente de infección sospechada para las mascotas y las personas es la ingestión de pollo poco cocinado y otras carnes o productos lácteos crudos. Las aves silvestres también pueden ser fuentes importantes de contaminación del agua.
Los signos típicos son diarrea cargada de moco, acuosa o con restos de bilis (con o sin sangre) que dura de 5 a 15 días, disminución del apetito, dolor abdominal y vómitos ocasionales. También puede haber fiebre. La diarrea intermitente puede persistir durante más de 2 semanas; en algunos, puede durar meses. La diarrea parece ser más grave en los gatos menores de 6 meses de edad. Para diagnosticar la campilobacteriosis, un veterinario analizará las heces del animal en busca de indicios de infección.
Para elegir un antibiótico apropiado, los veterinarios deben determinar qué especie de Campylobacter está presente. Desafortunadamente, algunos gatos seguirán siendo portadores de la bacteria incluso después del tratamiento antibiótico. Por lo tanto, es necesario limpiar el entorno y realizar pruebas frecuentes de las heces. El tratamiento antibiótico de los gatos portadores de estas bacterias se suele reservar para aquellos que son jóvenes, están gravemente afectados o son una fuente potencial de infección humana. Esto se debe a que es probable que estén implicados otros microorganismos, y el tratamiento antibiótico a menudo no es eficaz.
Infección por Helicobacter
En los humanos, las bacterias Helicobacter pylori se han asociado con inflamación del estómago, úlceras y cáncer de estómago. Aunque Helicobacter pylori no se ha encontrado en gatos, se han aislado otras especies de Helicobacter. Hasta el momento, no se sabe si la bacteria causa inflamación del estómago. Rara vez se asocia con úlceras gastrointestinales. Tampoco se sabe todavía si su presencia predispone al animal infectado al cáncer. Todos los gatos en algunos estudios dieron positivo a infecciones por Helicobacter.
Su veterinario puede realizar varias pruebas, incluida la biopsia del revestimiento del estómago, para diagnosticar la presencia de la bacteria. Se han utilizado antibióticos y otros medicamentos para tratar la infección en los gatos. En muchos casos, sin embargo, las bacterias reaparecen. No se sabe si esto se debe a una reinfección o al fracaso de los antibióticos para eliminarlos completamente después del tratamiento. Algunos gatos vomitaron menos después del tratamiento, incluso cuando las bacterias permanecieron.
Es posible que los gatos pasen especies de Helicobacter a las personas. Aunque se desconoce el alcance del riesgo, es prudente que los propietarios de mascotas practiquen una buena higiene (p. ej., lavarse las manos después de acariciar a un gato).
Infección por Salmonella
Muchas especies de las bacterias Salmonella pueden causar enfermedades gastrointestinales. Una infección por Salmonella puede causar envenenamiento grave de la sangre (septicemia) o inflamación del intestino. La enfermedad se produce en todos los animales domésticos, así como en los humanos, pero es poco frecuente en los gatos. Los gatos infectados pueden convertirse en portadores de Salmonella: a menudo no muestran ningún signo de enfermedad, pero pueden transmitirla intermitentemente a otros.
Los signos de la enfermedad son más probables durante la hospitalización, en gatos con otra infección o afección debilitante, o en gatitos expuestos a grandes cantidades de la bacteria. Los signos incluyen diarrea súbita con envenenamiento de la sangre. Las infecciones a largo plazo pueden causar un aborto espontáneo en gatas gestantes. A veces se presentan neumonía y conjuntivitis (inflamación de las membranas oculares). El diagnóstico se basa en los signos de la enfermedad y en el examen de laboratorio de las heces, la sangre o los tejidos.
El tratamiento precoz es esencial en la septicemia. En muchos casos, los antibióticos se administran por vía intravenosa. También se pueden administrar fluidos por vía intravenosa. La forma intestinal de la enfermedad es difícil de tratar eficazmente. No siempre se recomiendan antibióticos, debido a la preocupación por el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos. Aunque los signos de la enfermedad pueden desaparecer, la eliminación de las bacterias del organismo es difícil, especialmente en los gatos adultos.
Enfermedad de Tyzzer
La enfermedad de Tyzzer es una infección causada por la bacteria Clostridium piliforme. Afecta a una amplia gama de animales, pero es rara en los gatos. La infección es probablemente el resultado de la exposición oral a esporas infecciosas del medio ambiente o del contacto con animales portadores. Afecta con mayor frecuencia a animales jóvenes y sanos que se han visto sometidos a estrés u otras enfermedades (como la peritonitis infecciosa felina). Las bacterias afectan principalmente a las células del intestino, el hígado y el corazón.
Los signos varían, pero pueden incluir disminución de la actividad, pérdida de apetito, fiebre, ictericia y diarrea. Antes de la muerte hay convulsiones y coma. El diagnóstico de la enfermedad de Tyzzer se basa en el examen de laboratorio de heces o secciones de tejido para detectar la presencia de la bacteria. También pueden usarse análisis de sangre para buscar la presencia de anticuerpos frente a la bacteria.
Se sabe poco sobre la eficacia de los antibióticos para el tratamiento. Algunos antibióticos pueden agravar la enfermedad. Los gatos sospechosos de estar infectados pueden tratarse con fluidos intravenosos y los antibióticos apropiados.