Los signos de problemas con el esófago incluyen dificultad para tragar y regurgitación (retorno de alimentos o líquidos antes de que lleguen al estómago). Las anomalías congénitas del esófago se analizan en otra parte.
Inflamación del esófago (esofagitis)
La inflamación del esófago (esofagitis) suele estar causada por ciertos fármacos (como la doxiciclina), cuerpos extraños o reflujo ácido. Otras causas incluyen la ingestión de una sustancia irritante o cáustica, el cáncer y la infección por calicivirus. El reflujo ácido puede asociarse con la anestesia, ciertos fármacos, los vómitos y las sondas de alimentación. Los signos de esofagitis incluyen regurgitación, babeo, dificultad o repetición de la deglución, dolor, depresión, pérdida de apetito y extensión de la cabeza y el cuello. La inflamación leve puede no producir signos visibles y a menudo no requiere tratamiento. La esofagitis se diagnostica utilizando una cámara especial llamada endoscopio que permite al veterinario observar el interior del esófago.
Si su gato muestra signos de esofagitis, su veterinario probablemente le recomendará un tratamiento. Si el problema está causado por reflujo ácido (una causa de ardor en las personas), se pueden prescribir fármacos para reducir el ácido del estómago, disminuir el reflujo, proteger el esófago y aliviar el dolor. Su veterinario puede recomendar alimentar a su mascota con una dieta blanda, baja en grasa y fibra, en comidas pequeñas y frecuentes. Si la esofagitis es grave, puede ser necesario colocar quirúrgicamente una sonda de alimentación en el estómago, evitando el esófago para permitirle descansar. A veces se recetan antibióticos para evitar infecciones bacterianas.
Dismotilidad esofágica
La dismotilidad esofágica es un movimiento anormal del esófago. Los gatos pueden nacer con dismotilidad esofágica o puede desarrollarse debido a ciertos trastornos neurológicos, tumores en el tórax o estrechamiento del esófago (estenosis esofágica). A veces se desconoce la causa. Muchos gatos pueden mejorar con el uso de medicamentos.
Cuerpos extraños en el esófago
Los gatos suelen ser más quisquillosos para comer que los perros, pero ocasionalmente se alojan cuerpos extraños en el esófago. Los huesos son los más comunes, pero otros objetos como agujas, cuerdas, hilos, anzuelos y madera también pueden atascarse. Los signos incluyen babeo excesivo, náuseas, regurgitación e intentos repetidos de tragar. Si el objeto permanece atascado durante un tiempo prolongado, puede observarse disminución del apetito, pérdida de peso y letargo. El objeto también puede perforar el esófago y causar complicaciones graves.
En las radiografías se pueden ver muchos cuerpos extraños. Si se encuentra un cuerpo extraño en el esófago, un veterinario deberá extraerlo tan pronto como sea posible. La mayoría de las veces, el objeto se puede extraer con un endoscopio, que es una pequeña cámara de vídeo dentro de un tubo flexible que se puede colocar en el esófago. La cirugía es necesaria si el esófago se ha perforado o el cuerpo extraño no puede extraerse utilizando endoscopia. En estos casos, la mayoría de los pacientes se recuperan, pero existe un mayor riesgo de mala cicatrización o estrechamiento del esófago (estenosis).
Estenosis esofágica
La estenosis esofágica es un estrechamiento del esófago. Puede desarrollarse después de un traumatismo (p. ej., la ingestión de un cuerpo extraño, una sustancia cáustica o ciertos fármacos), la inflamación del esófago, el reflujo gastroesofágico (el ácido gástrico fluye hacia el esófago) o la invasión tumoral. Los signos incluyen regurgitación, babeo excesivo, dificultad para tragar y dolor. La exploración del esófago mediante fluoroscopia y endoscopia son los métodos de diagnóstico preferidos. Esto permite al veterinario ver realmente el número, la ubicación y los tipos de estenosis. La endoscopia también puede permitir al veterinario corregir la estenosis en el momento de la exploración.
El tratamiento con un catéter de balón ha tenido éxito. El catéter es un tubo que se coloca en el esófago y luego avanza hasta donde se produce la estenosis. La punta del catéter se infla entonces como un globo, lo que estira el esófago y alivia la estenosis. Otros métodos, incluida la cirugía, han tenido menos éxito.
Divertículos esofágicos
Los divertículos son expansiones en forma de bolsa (dilataciones) de la pared del esófago. Pueden ser hereditarios o adquiridos; sin embargo, son raros en los gatos. Hay dos tipos de divertículos adquiridos: de pulsión y de tracción. Los divertículos de pulsión están causados por un incremento de la presión dentro del esófago o por una inflamación esofágica profunda, que pueden conducir a una rotura (hernia) del revestimiento interno. Los divertículos de tracción están causados por una inflamación en la cavidad torácica cercana al esófago. Se produce tejido fibroso, que a continuación se contrae y empuja la pared esofágica hacia afuera.
Los divertículos pequeños pueden no causar signos. Los divertículos grandes pueden atrapar comida en la bolsa, causando que el gato tenga dificultad para respirar, vomite o deje de comer. Pueden utilizarse radiografías con contraste para diagnosticar el trastorno. La endoscopia (usando una pequeña cámara de vídeo en un tubo de fibra óptica flexible) puede permitir al veterinario ver la bolsa y cualquier ulceración o cicatrización que pueda estar presente.
Los divertículos pequeños por lo general se pueden tratar con una dieta blanda. El animal también debe comer en posición erguida (con las patas delanteras más altas que las traseras, como en una rampa o plataforma, y manteniendo esta posición durante un corto periodo de tiempo después de comer). Los divertículos de gran tamaño requieren una cirugía que implica la extirpación de la bolsa y la reconstrucción de la pared esofágica. El pronóstico de recuperación tras la cirugía es de regular a bueno.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos esofágicos.