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Complejo de enfermedad respiratoria felina (rinotraqueítis vírica felina, calicivirus felino)

PorNed F. Kuehn, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación ago 2018

El complejo de enfermedad respiratoria felina es un conjunto de enfermedades respiratorias causadas por un grupo de microorganismos que pueden causar infección solos o juntos. Incluye aquellas enfermedades con signos que incluyen inflamación del revestimiento nasal y de los senos nasales, inflamación del revestimiento del ojo (conjuntivitis), producción excesiva de lágrimas, salivación y úlceras en la boca. Las enfermedades principales son la rinotraqueítis vírica felina (también llamada herpesvirus felino tipo 1) y el calicivirus felino, aunque también pueden estar implicadas otras enfermedades ( ver la Tabla: Organismos encontrados como parte del complejo de enfermedades respiratorias felinas).

La mayoría de las infecciones felinas de las vías respiratorias superiores están causadas por la rinotraqueítis vírica felina, aunque la incidencia del calicivirus felino puede ser mayor en algunas poblaciones de gatos. Puede producirse una infección con estos dos virus a la vez. La transmisión natural de estos agentes se produce a través de pequeñas gotas en el aire (p. ej., por un estornudo) y de objetos contaminados, que un cuidador puede llevar a un gato sensible. Los gatos que se recuperan pueden propagar el virus durante muchos meses. El estrés puede desencadenar una recidiva.

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El comienzo de la rinotraqueítis vírica felina está marcado por la fiebre, estornudos frecuentes, ojos inflamados (conjuntivitis), inflamación del revestimiento de la nariz (rinitis) y, a menudo, salivación. La excitación o los movimientos pueden inducir el estornudo. La fiebre puede alcanzar los 40,5 °C, pero disminuye y luego puede ir y venir. Inicialmente, la enfermedad causa una secreción clara de la nariz y los ojos; pronto aumenta en cantidad y contiene moco y pus. En este punto, la depresión y la pérdida de apetito se hacen evidentes. Los gatos gravemente afectados pueden desarrollar una inflamación de la boca con úlceras, y en algunos gatos se produce inflamación de la córnea.

Los signos pueden persistir 5-10 días en los casos leves y hasta 6 semanas en los graves. El pronóstico suele ser bueno, excepto para los gatitos jóvenes y los gatos mayores. Cuando la enfermedad se prolonga, la pérdida de peso puede ser grave. Las bacterias a menudo infectan a los gatos que ya están enfermos de rinotraqueítis vírica felina. Una vez que los signos se resuelven, el virus suele permanecer en un estado inactivo en el organismo del gato durante el resto de su vida. El virus puede reactivarse y causar brotes de infección, especialmente durante épocas de estrés.

El calicivirus felino afecta con mayor frecuencia al revestimiento de la boca y a los pulmones. Hay muchas cepas relacionadas de calicivirus felino. Algunos calicivirus causan pocos signos o ninguno. Algunas cepas causan úlceras en la boca, mientras que otras producen acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar) y neumonía. A menudo es imposible distinguir la rinotraqueítis vírica felina de la infección por el calicivirus felino. Dos cepas de calicivirus felino pueden producir un "síndrome de cojera" transitorio sin úlceras orales ni neumonía. Estas cepas producen una fiebre corta, cojera en las patas y dolor al manipular las articulaciones afectadas. Los signos aparecen con mayor frecuencia en gatitos de 8-12 semanas de edad y suelen mejorar sin tratamiento. El síndrome puede producirse incluso en gatitos que se han vacunado frente al calicivirus felino, porque ninguna vacuna protege contra las dos cepas concretas que producen el "síndrome de la cojera".

El calicivirus también se ha encontrado en gatos con inflamación de las encías y la boca. Las lesiones se curan rápidamente y el gato infectado recupera el apetito entre 2 y 3 días después de su aparición, aunque el curso de la enfermedad puede durar entre 7 y 10 días. La fiebre, la falta de apetito y la depresión son signos comunes. También puede producirse inflamación nasal y ocular.

El diagnóstico inicial del veterinario se basa en los signos típicos descritos anteriormente. Estas características pueden ser difíciles de distinguir cuando hay más de una infección. Un diagnóstico definitivo se basa en el aislamiento e identificación del microorganismo mediante pruebas apropiadas y el examen microscópico de muestras de las membranas mucosas oral y nasal, las fosas nasales o los sacos conjuntivales. Sin embargo, el diagnóstico de la rinotraqueítis vírica felina puede ser difícil porque el virus se excreta solo periódicamente y porque incluso los gatos sin signos pueden mostrar la presencia del virus.

Tratamiento y prevención

El tratamiento se dirige principalmente a los signos de la enfermedad, pero los antibióticos de amplio espectro son útiles si están implicadas infecciones bacterianas secundarias. Se pueden prescribir antihistamínicos al principio del curso de la enfermedad. Las secreciones de la nariz y los ojos deben retirarse con frecuencia para la comodidad del gato. Se puede recomendar el tratamiento con nebulización o gotas nasales salinas para ayudar a eliminar las secreciones duras. A veces se prescriben gotas nasales que contienen un constrictor de los vasos sanguíneos y antibióticos para reducir la cantidad de secreción nasal. También se puede prescribir una pomada ocular que contenga antibióticos para prevenir la irritación corneal producida por las secreciones secas del ojo. Si se producen úlceras corneales en las infecciones por rinotraqueítis vírica felina, pueden recetarse preparados oculares que contengan medicamentos antivirales, además de otros preparados oculares antibióticos. Si el gato tiene grandes dificultades para respirar, puede colocarse en una tienda de oxígeno. Su veterinario puede necesitar inyectar fluidos si su gato está deshidratado. Los gatos que no quieren comer pueden necesitar medicamentos adicionales o una sonda de alimentación.

Existen vacunas disponibles que protegen frente a la rinotraqueítis vírica felina y el calicivirus felino. Se inyecta un tipo; el otro se administra en forma de gotas en la nariz. Los gatos que han recibido la vacuna nasal pueden estornudar con frecuencia durante algunos días después de la vacunación; pregúntele a su veterinario si debe esperar este o cualquier otro efecto secundario de las vacunas. También hay disponibles vacunas frente a Chlamydia; estas vacunas se suelen usar en criaderos de gatos o en instalaciones donde se ha confirmado la infección. Una combinación de las vacunas recomendadas y el control de los factores ambientales (como la exposición a gatos enfermos, el hacinamiento y el estrés) proporcionan una buena protección contra las enfermedades respiratorias superiores.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre el complejo de enfermedad respiratoria felina.