El enfisema es una enfermedad importante en humanos; sin embargo, en otros animales se suele producir como resultado de otra enfermedad pulmonar. La afección produce dificultad para expulsar el aire de los pulmones, lo que hace que la respiración sea más dificultosa. Por lo general se reconocen dos formas principales de enfisema. El enfisema alveolar es la dilatación permanente anormal y la destrucción de los alvéolos, que son pequeños sacos de aire en el interior de los pulmones. El enfisema intersticial es la presencia de aire dentro del tejido conectivo de soporte del pulmón. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) puede hacer que el aire quede atrapado en los alvéolos, causando dilatación y destrucción de los espacios aéreos.
Los signos varían en función de la causa de la enfermedad. El signo más común es la dificultad para respirar. El enfisema es una lesión pulmonar permanente, por lo que el tratamiento se dirige a la enfermedad que lo causó. Los tratamientos como los broncodilatadores y los antiinflamatorios pueden mejorar significativamente la capacidad respiratoria y otros signos respiratorios.
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