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Amiloidosis en los gatos

PorDana G. Allen, DVM, MSc, DACVIM
Revisado/Modificado ago 2018

    La amiloidosis es una afección que se produce cuando el amiloide, una sustancia compuesta de proteína plegada anormalmente, se deposita en varios órganos del cuerpo. Algunos tipos de amiloidosis son hereditarios en los gatos. Se sabe que los gatos Abisinios están en riesgo de padecer amiloidosis hereditaria, en la que un gen anormal causa la producción de amiloide. Otros tipos se producen como resultado de infecciones, varios cánceres o relacionadas con el sistema inmunitario. Sin embargo, la causa suele ser desconocida.

    El amiloide puede depositarse por todo el organismo o solo en un área específica. La proteína mal plegada causa daños al desplazar a las células normales. La enfermedad puede llegar a ser mortal si se deposita amiloide extenso en el tejido de órganos fundamentales, como los riñones, el hígado o el corazón. Todos los mamíferos domésticos pueden desarrollar amiloidosis. La amiloidosis sistémica senil es la forma de amiloidosis que se observa con frecuencia en los animales más mayores. Los animales envejecidos suelen presentar depósitos menores de amiloide sin signos.

    Existen varios tipos de amiloide, y la clasificación de la amiloidosis se basa en qué proteína amiloide está implicada. Los depósitos de amiloide AA pueden ser consecuencia de enfermedades inflamatorias crónicas, infecciones bacterianas crónicas y cáncer. El amiloide se suele depositar en órganos, como el bazo o los riñones. El animal puede no mostrar ningún signo de enfermedad. Si el amiloide AA se deposita en los riñones, puede provocar una acumulación de proteínas y causar insuficiencia renal. Sin embargo, la amiloidosis renal es poco frecuente en los gatos, excepto en los Abisinios, en los que es hereditaria. El amiloide AL es otra forma común de proteína amiloide que se suele formar en animales con ciertos tipos de cáncer (tumores de células plasmáticas o mielomas). El amiloide AL tiende a depositarse en el tejido nervioso y las articulaciones.

    Debido a su amplia distribución y a su aparición oculta, la amiloidosis es difícil de diagnosticar. Sin embargo, su veterinario puede sospechar amiloidosis si su gato tiene una infección crónica o inflamación y desarrolla insuficiencia renal o hepática. Ningún tratamiento específico puede prevenir el desarrollo de la amiloidosis ni promover la reabsorción de los depósitos de proteínas. En cambio, los esfuerzos apuntan a controlar la inflamación a largo plazo, para minimizar la producción de más amiloide.

    Consulte también el contenido para veterinarios sobre la amiloidosis.