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Peritonitis infecciosa felina (PIF)

PorDana G. Allen, DVM, MSc, DACVIM
Última revisión/modificación ago 2018

La peritonitis infecciosa felina (a menudo llamada PIF) es una enfermedad grave, por lo general mortal, causada por un coronavirus felino. Los coronavirus son una familia de virus que causan principalmente infecciones respiratorias. La enfermedad se observa por todo el mundo. Aunque un gran número de gatos puede estar infectado por el coronavirus felino, solo unos pocos desarrollan la forma grave de la enfermedad. Se desconoce por qué solo algunos gatos están afectados, pero se cree que una mutación dentro del virus y una respuesta inmunitaria inadecuada por parte del gato individual pueden ser responsables. Los gatos de todas las edades y de ambos sexos pueden desarrollar peritonitis infecciosa felina, pero la enfermedad es más frecuente en gatos de 6 meses a 2 años de edad. Aunque la enfermedad puede darse en cualquier raza, los gatos de raza pura (incluidas las razas Persa, Abisinia, Bengalí, Birmana, Himalaya, Ragdoll y Rex) son los más propensos a estar afectados. Los gatitos criados en colonias infectadas pueden contraer el virus de sus madres o de portadores (gatos infectados sin signos evidentes de enfermedad) cuando su inmunidad materna disminuye a las 5 o 6 semanas de edad.

La mayoría de las infecciones se producen probablemente por ingestión del virus. También es posible la transmisión por inhalación. Dado que los gatos excretan partículas del virus con las heces, la exposición a la caja de arena es la fuente más importante de infección. El virus también puede transmitirse a través de la saliva, al acicalarse mutuamente, al compartir el mismo plato de comida, al estornudar y a través del contacto estrecho. Los gatos que viven en hogares con varios gatos tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad. Se ha sugerido que esta enfermedad puede atravesar la placenta desde la madre hasta el gatito en desarrollo; sin embargo, se desconoce la frecuencia con la que esto ocurre.

Anteriormente se reconocían dos formas de esta enfermedad: una forma húmeda (efusiva) y una forma seca (no efusiva). En la forma húmeda existe una acumulación evidente de líquido dentro del abdomen y el tórax. En la forma seca se acumulan células inflamatorias en varios órganos, como el hígado, los riñones, los ojos y el cerebro. Sin embargo, las características tanto de la forma húmeda como de la seca están presentes hasta cierto punto.

Signos y diagnóstico

La infección por coronavirus no suele presentar signos. Sin embargo, en algunos casos, los signos pueden incluir lo siguiente:

  • Diarrea.

  • Vómito.

  • Retraso en el crecimiento.

  • Signos de vías respiratorias superiores.

  • Pérdida de peso.

Esta etapa puede durar varios días o meses si es grave.

Los signos de la peritonitis infecciosa felina varían según los órganos afectados. Muchos órganos, como el hígado, los riñones, el páncreas, el sistema nervioso central y los ojos, pueden verse afectados. El periodo de tiempo entre la infección y la mutación del virus y el desarrollo de los signos varía entre gatos. Los gatos afectados pueden estar alerta o deprimidos. Algunos comen con un apetito normal o incluso aumentado; otros se niegan a comer. Puede observarse fiebre, pérdida de peso y/o ictericia.

Signos de peritonitis infecciosa felina

  • Distensión progresiva del abdomen debido a la acumulación de líquido.

  • Afectación pulmonar y dificultad para respirar.

  • Fiebre que dura de 2 a 5 semanas.

  • Pérdida de apetito.

  • Pérdida de peso.

  • Depresión.

  • Antecedentes de enfermedad poco definida, como fiebre prolongada, malestar general, pérdida de peso y, ocasionalmente, insuficiencia de órganos importantes (riñones, hígado).

  • Pueden producirse de forma simultánea o independiente signos oculares y del sistema nervioso central.

  • Alrededor del 50 % de los gatos presentan signos relacionados con la afectación de órganos abdominales (riñón, hígado, bazo, páncreas, nódulos linfáticos).

Algunos gatos tienen una acumulación notable de líquido en el abdomen que hace que parezca distendido. Alrededor de un tercio de los gatos con enfermedad efusiva tienen afectación pulmonar y dificultad para respirar. También puede acumularse líquido alrededor del corazón.

Los gatos sin una acumulación evidente de líquido suelen tener un historial de enfermedad poco definida. Esto incluye fiebre repetida, malestar general, pérdida de peso y, en ocasiones, insuficiencia orgánica (con mayor frecuencia en los riñones o el hígado).

La afectación de los ojos y del sistema nervioso central es frecuente y puede aparecer simultáneamente o independientemente de otros signos. Cuando los ojos están afectados, puede haber sangrado o acumulación de pus en uno o ambos ojos. También pueden producirse otros cambios oculares, como ceguera. El signo más común de afectación del sistema nervioso es una mala coordinación de los músculos con una ligera parálisis que progresa a un fallo generalizado de la coordinación muscular. También se pueden observar convulsiones, temblores, cambios de personalidad y aumento de la sensibilidad al tacto.

Su veterinario puede diagnosticar la peritonitis infecciosa felina basándose en la historia clínica del gato, los signos encontrados durante una exploración física y los resultados de las pruebas de laboratorio. La ecografía y las biopsias quirúrgicas también pueden ser necesarias. El diagnóstico puede ser difícil de establecer, especialmente en gatos sin acumulación de líquido, y puede requerir una combinación de múltiples tipos de pruebas.

Tratamiento, prevención y control

No existe un tratamiento específico para la peritonitis infecciosa felina. Aunque se ha descrito la recuperación de los signos, es poco frecuente. Hasta el 95 % de los gatos con peritonitis infecciosa felina morirán a causa de la enfermedad. En un estudio, la mitad de los gatos afectados murió en 9 días. Sin embargo, algunos gatos pueden vivir varios meses.

El tratamiento con fármacos que reducen la inflamación y suprimen las reacciones inmunitarias, junto con los cuidados de apoyo, pueden hacer que el gato esté más cómodo. en algunos gatos (probablemente menos del 10 %), el tratamiento puede aumentar el tiempo de supervivencia varios meses. El tratamiento ofrece la mayor esperanza para los gatos que todavía están en buen estado físico, siguen comiendo, no han desarrollado aún problemas del sistema nervioso y no tienen una enfermedad adicional (como la infección por el virus de la leucemia felina). Si un gato no muestra mejoría después de 3 días de tratamiento, es poco probable que mejore. Si la calidad de vida del gato es mala y el tratamiento no ha ayudado, a menudo se considera la eutanasia.

Cuando un gato en una casa desarrolla peritonitis infecciosa felina, todos los gatos en contacto ya habrán estado expuestos al mismo virus. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, los gatos en contacto no desarrollarán la enfermedad. (Recuerde que la mayoría de los gatos que están infectados por coronavirus nunca desarrollan peritonitis infecciosa felina.) Sin embargo, los gatos con peritonitis infecciosa felina no deben tener contacto con gatos nuevos, especialmente gatitos, que no hayan estado expuestos al virus. Además, si su gato murió a causa de la enfermedad, debe esperar 2 meses antes de obtener otro gato para asegurarse de que el virus ya no está presente en el entorno.

Existe una vacuna disponible para ayudar a prevenir la peritonitis infecciosa felina. Sin embargo, muchos gatos adultos habrán estado expuestos previamente al virus, por lo que la vacunación no evitará su infección. La vacuna está autorizada para su uso a partir de las 16 semanas de edad, lo que puede ser demasiado tarde para proteger a los gatitos en hogares donde el virus está presente. La American Association of Feline Practitioners clasifica la vacuna frente a la PIF como "no recomendada".

No se puede confiar en la vacunación por sí sola para controlar la enfermedad dentro de una instalación felina. Otras medidas para reducir la exposición son la eliminación frecuente de las heces (la principal fuente de coronavirus), el destete precoz y el aislamiento de los gatos que den positivo en las pruebas de anticuerpos frente al coronavirus. Además, el aislamiento y las pruebas de los gatos después de las exposiciones, la higiene y la limpieza adecuadas con desinfectantes víricos y la vacunación frente a otros virus felinos pueden reducir la exposición. Estas medidas de control deben combinarse con un programa general preventivo de salud. Sin embargo, en hogares o instalaciones con un gran número de gatos, puede ser muy difícil eliminar el coronavirus felino y, como tal, existe el riesgo de desarrollar peritonitis infecciosa felina.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre la peritonitis infecciosa felina.