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Trastornos óseos en los perros

PorJoseph Harari, MS, DVM, DACVS
Revisado/Modificado mar 2018

Los trastornos óseos pueden ser del desarrollo, infecciosos, nutricionales o debidos a tumores óseos, traumatismos o causas desconocidas.

Trastornos del desarrollo óseo

Los trastornos del desarrollo óseo aparecen en animales jóvenes cuando los huesos no crecen correctamente. Pueden ser congénitos (presentes al nacimiento) o producirse a medida que el animal crece. Algunas de las causas más comunes son las características hereditarias de la raza y los desequilibrios dietéticos.

Deformidades angulares de las extremidades

El desarrollo anormal de los huesos de la pata delantera (el radio y el cúbito) puede producirse después de una lesión en las placas de crecimiento. También puede ser hereditaria en algunas razas (como Bulldogs, Carlinos, Boston Terriers, Basset Hounds y Teckels). El crecimiento irregular de los dos huesos provoca acortamiento de las extremidades, arqueamiento de los huesos, desplazamiento parcial de la articulación del codo, y curvado o retorcimiento del carpo (muñeca).

Placas de crecimiento, perro

Esta afección produce cojera. El movimiento de las articulaciones del codo o del carpo es doloroso y la amplitud de movimiento está reducida. Las radiografías pueden revelar la extensión de la deformidad ósea.

El tratamiento se basa en corregir la posición, la forma y la longitud de la extremidad, y el restablecimiento del movimiento articular normal. Los procedimientos quirúrgicos incluyen la corrección quirúrgica y la estabilización con implantes internos o externos. El pronóstico de recuperación es bueno siempre que las deformidades de las extremidades no sean graves.

Osteopatía craneomandibular

La osteopatía craneomandibular es un trastorno óseo de perros en crecimiento que afecta la mandíbula inferior y los huesos redondeados detrás de las orejas (ampollas timpánicas) de razas tipo Terrier. Ciertas porciones del hueso normal son reabsorbidas y reemplazadas por hueso inmaduro. Se desconoce la causa, pero es probablemente genética.

Los signos pueden variar ampliamente. Incluyen malestar de la boca, pérdida de peso, fiebre y agrandamiento doloroso de la mandíbula inferior. Las radiografías se usan para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento puede implicar la prescripción de analgésicos o corticoesteroides adecuados para reducir la inflamación y el malestar. Se suele recomendar una dieta blanda. El pronóstico de recuperación es bueno, porque el crecimiento del hueso para cuando el animal madura.

Osteodistrofia hipertrófica

Este trastorno afecta las áreas en las que se produce el crecimiento de los huesos largos de los perros jóvenes en crecimiento, por lo general de razas grandes y gigantes. Se desconoce la causa exacta.

Los signos incluyen dolor e hinchazón en el radio y el cúbito, fiebre, pérdida de apetito y depresión. Los perros afectados pueden estar cojos y se resisten a moverse. Estos signos pueden aparecer y desaparecer. Pueden desarrollarse deformidades en los perros gravemente afectados. Las radiografías pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento está dirigido a aliviar el dolor; por ejemplo, se pueden prescribir antiinflamatorios no esteroideos. El cuidado con fluidos de apoyo y los cambios en la dieta (según lo recomendado por un veterinario) también pueden ser útiles.

Osteocondromatosis (exostosis múltiples)

La osteocondromatosis es un trastorno poco frecuente de perros jóvenes, que se caracteriza por protuberancias osificadas múltiples (conocidas como osteocondromas), que surgen de la superficie de los huesos largos, vértebras y costillas. Los animales pueden no presentar signos, y el diagnóstico se confirma mediante radiografías y exploración física de los tumores. Si se desarrolla cojera o dolor, las masas pueden extirparse quirúrgicamente.

Panosteítis

La panosteítis causa inflamación ósea, principalmente de los huesos largos, en perros jóvenes de rápido crecimiento de razas grandes y gigantes. La inflamación puede incluir huesos simples o múltiples. Aparece espontáneamente y dura solo mientras el perro está creciendo, sea o no tratado. Se desconoce la causa exacta, aunque algunos factores que se cree que desempeñan un papel son la genética (en los Pastores Alemanes), el estrés, la infección o las propias respuestas metabólicas e inmunes del organismo.

La afección suele afectar a perros de 6 a 16 meses de edad. Los animales están cojos y febriles, no tienen apetito y muestran signos de dolor cuando se manipulan los huesos afectados. Estos signos pueden aparecer y desaparecer. Las radiografías se usan para confirmar el diagnóstico. El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor y el malestar. Cuando los signos están presentes, se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroideos u otros analgésicos prescritos por un veterinario. Aunque no está claro si las dietas ricas en proteínas y calorías o la suplementación dietética desempeñan un papel en el desarrollo de esta afección, se sugiere que estas dietas se eviten en perros jóvenes en crecimiento.

Retención del cartílago de crecimiento del cúbito

La retención de núcleos de cartílago cubital es un trastorno de la placa de crecimiento del cúbito en perros jóvenes grandes y gigantes. Se produce una formación anormal de hueso, en la cual el hueso no se endurece adecuadamente. Como resultado, se restringe el crecimiento óseo en la extremidad anterior afectada. La causa exacta es incierta, aunque la dieta puede desempeñar un papel.

Los signos incluyen cojeras y deformidades angulares de la extremidad ( ver Deformidades angulares de las extremidades). Las radiografías son útiles para confirmar el diagnóstico. Se debe suspender la suplementación dietética y discutir la nutrición apropiada con su veterinario. La división quirúrgica o la extirpación del hueso también puede ser necesaria para reducir la deformación de la extremidad. El pronóstico se basa en la gravedad del trastorno.

Osteomielitis

La osteomielitis es una inflamación del hueso. La afección se asocia con mayor frecuencia con una infección bacteriana, aunque las enfermedades fúngicas también pueden causar osteomielitis. Los factores que contribuyen a la infección comprenden un suministro inadecuado de sangre al hueso, traumatismos, daño del hueso y la diseminación de un agente infeccioso a través del torrente sanguíneo.

Los signos generales de la osteomielitis incluyen cojera y dolor. Los perros pueden presentar úlceras llenas de pus en el lugar de la herida, fiebre, falta de apetito persistente y depresión. Las radiografías, las pruebas de laboratorio y los cultivos para identificar la fuente de infección pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento a largo plazo con antibióticos, ya sea inyectados o administrados por la boca, es el tratamiento habitual. Además, se recomienda el lavado de la herida, la retirada del tejido muerto, dañado o infectado, y la retirada de los implantes sueltos. También se pueden llevar a cabo el drenaje abierto o cerrado de la herida así como un injerto óseo. En los casos persistentes, la amputación de la extremidad puede ser necesaria. El pronóstico de recuperación varía según la gravedad de la infección y el tiempo que ha permanecido sin tratar.

Osteopatía hipertrófica

La osteopatía hipertrófica es el engrosamiento o crecimiento excesivo de los tejidos óseos de los huesos largos de los perros que se produce después de que se desarrollen tumores o masas infecciosas en el tórax o la cavidad abdominal. Se desconoce la causa exacta, pero puede estar relacionada con un flujo reducido de sangre a los huesos.

Los signos incluyen cojera, dolor en los huesos largos y signos de tumores de las cavidades corporales. Las radiografías se usan para mostrar los tumores primarios y las reacciones óseas. El tratamiento incluye la cirugía torácica o abdominal para extirpar los tumores y la sección quirúrgica del nervio para bloquear el reflejo asociado con los cambios óseos.

Osteopatías nutricionales

Para obtener información adicional sobre las osteopatías nutricionales, See also heading on page Trastornos asociados con el calcio, el fósforo y la vitamina D en los perros.

La reducción de la masa ósea, las deformidades óseas, los crecimientos óseos, las fracturas y los dientes sueltos (mandíbula de goma) son todas las afecciones que pueden resultar de las perturbaciones nutricionales. Estas alteraciones afectan a la función de la hormona paratiroidea y el metabolismo del calcio y las vitaminas en el organismo. Las causas específicas pueden incluir una dieta desequilibrada que da lugar a un nivel anormalmente alto de hormona paratiroidea (hiperparatiroidismo nutricional secundario) o un nivel anormalmente alto de hormona paratiroidea causado por daño renal (hiperparatiroidismo renal secundario), una deficiencia de vitamina D y una ingesta excesiva de vitamina A. El diagnóstico se establece por análisis de sangre, radiografías e identificación de cualquier causa nutricional subyacente. El tratamiento está dirigido a revertir la causa específica. Rara vez se necesita cirugía.

Tumores óseos

Los tumores esqueléticos pueden ser benignos o malignos (cancerosos). Pueden comenzar en el hueso o extenderse desde otras áreas del cuerpo. El tumor óseo primario más común es el osteosarcoma del radio, del húmero, del fémur o de la tibia.

Los signos incluyen cojera, inflamación ósea y fracturas óseas que no están causadas por una lesión. Las radiografías del miembro afectado pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. Se deben realizar radiografías de tórax para buscar cualquier tumor original que pueda estar extendiéndose a los huesos. La biopsia ósea es necesaria para confirmar el diagnóstico.

El pronóstico de recuperación es reservado. Los animales sin tratar raramente sobreviven más de unos meses. Los tratamientos recomendados son la amputación de la extremidad y la quimioterapia, que en muchos casos puede duplicar los tiempos de supervivencia. En promedio, los perros viven durante 5 meses después de la amputación.

Fracturas óseas

Las fracturas óseas están causadas con frecuencia por accidentes de tráfico, armas de fuego, peleas o caídas. Las fracturas pueden implicar roturas únicas o múltiples en el hueso y pueden ser abiertas (también llamadas compuestas) o cerradas. Las fracturas abiertas tienen una herida o rotura en la piel que está asociada con la fractura; las fracturas cerradas son aquellas que no producen una herida abierta. La forma y la gravedad de la fractura dependen de la fuerza y del tipo de traumatismo. See also heading on page Introducción a las urgencias

Tipos de fracturas óseas

Los signos de fractura suelen incluir cojera, dolor e hinchazón. Las radiografías son útiles para determinar el tipo y la extensión de la fractura. El tratamiento se basa en el tipo de fractura, la edad y salud del perro, el estado financiero del propietario y en la experiencia técnica del cirujano.

Las fracturas incompletas en perros jóvenes y sanos pueden tratarse con férulas externas o escayolas. Otras lesiones se tratan con dispositivos externos (fijadores), placas óseas, tornillos, cerclajes ortopédicos o clavos. Los injertos óseos se usan con frecuencia para ayudar a la curación. Se administran antibióticos para evitar que las fracturas abiertas se infecten. Se utilizan medicamentos contra el dolor adecuados para reducir las molestias. La fisioterapia o la rehabilitación después de la cirugía son vitales para el proceso de curación.

Tratamientos de fracturas óseas

Los tratamientos comunes para las fracturas óseas implican el uso de placas óseas, tornillos, cerclajes ortopédicos y clavos*.

* Esta figura se publicó en Saunders Manual of Small Animal Practice, 2.a edición, Birchard SJ, Sherding RG, página 1108, Copyright Saunders, 2000.

El pronóstico de recuperación suelen ser bueno, dependiendo de la lesión y del éxito de la cirugía. Los cuidados de seguimiento incluyen radiografías y revisiones veterinarias para evaluar cómo se está curando la fractura. No es necesario retirar los implantes internos como placas o tornillos óseos, a menos que se desarrollen complicaciones como la protección contra el estrés, la infección y la irritación de los tejidos blandos.

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