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Parálisis de la pata en los perros

PorThomas Schubert, DVM, DACVIM, DABVP
Revisado/Modificado feb 2018 | Modificado mar 2018

La parálisis de una pata a menudo es el resultado de una lesión en los nervios espinales periféricos. La parálisis de una pata delantera se suele asociar con la lesión de las raíces nerviosas del cuello o del hombro, la lesión de la red de nervios profundos en la axila (plexo braquial) o la lesión del nervio radial, mediano, musculocutáneo o cubital en la pata. La parálisis de una pata trasera se suele asociar con la lesión de las raíces nerviosas en la parte inferior del dorso o coxis, la red de nervios localizada entre la médula espinal y la pata trasera (plexo lumbosacro), o el nervio femoral, ciático, peroneo o tibial en la pata. El traumatismo es la causa más común de parálisis súbita de una extremidad.

Parálisis de la pata, perro

La postura y la marcha del animal, los reflejos espinales, la sensación de dolor y el estado de los músculos de la extremidad afectada se evalúan para identificar la localización de la lesión. Cuanto más cerca esté la lesión del nervio del músculo, mejor será el pronóstico de recuperación, por lo que es importante determinar la localización exacta de la lesión. La capacidad o incapacidad del animal para flexionar la articulación y soportar peso sobre la pata, y la presencia o ausencia de sensación de dolor y reflejos en varios lugares de la pata, dependen del lugar de la lesión nerviosa. A los pocos días, los músculos se debilitan y pierden masa debido a la pérdida de la conexión nerviosa. La estimulación eléctrica del nervio puede utilizarse para determinar la localización de la lesión del nervio y si el nervio está parcialmente intacto. Los nervios se regeneran lentamente (sobre 2,5 cm al mes), y la recuperación funcional completa depende del estado de la vaina del nervio y de la distancia entre la lesión y el músculo donde termina el nervio. Algunas lesiones nerviosas pueden resolverse al cabo de varias semanas o meses; sin embargo, cuando se produce una rotura total del nervio, es necesario realizar una reimplantación quirúrgica para su regeneración.

Si una afección ocular anormal conocida como síndrome de Horner (pupilas pequeñas, párpado parcialmente cerrado y tercer párpado elevado) está presente en el mismo lado del cuerpo que una pata delantera paralizada, es probable que las raíces nerviosas se hayan desgarrado y las posibilidades de recuperación son mínimas. Si el síndrome de Horner no está presente con la parálisis de la pata delantera, el pronóstico de recuperación puede ser mejor.

La aplicación de calor, los masajes y los estiramientos de los tendones deben realizarse según las indicaciones de su veterinario para mantener los músculos, los tendones y las articulaciones de la pata paralizada sanos mientras el nervio se está regenerando. Un vendaje ligero, pero no apretado, puede evitar que se arrastre el pie. Si la extremidad se arrastra por el suelo, se puede sostener mediante un cabestrillo en el cuello, o amputarse para evitar daños en la garra. Los perros con tres patas suelen tener una buena calidad de vida.

No hay un tratamiento específico disponible para ayudar a la regeneración del nervio, pero la terapia con láser y la acupuntura pueden ayudar a la recuperación. Los antiinflamatorios también pueden ayudar si hay hinchazón. Si el movimiento voluntario, la sensación de dolor y los reflejos espinales mejoran en 1 a 2 meses, el pronóstico de recuperación es bueno. Puede ser necesario un collar isabelino para evitar que el perro se muerda la pata. Si se sospecha que la lesión nerviosa es permanente y el animal se está mordiendo la pata, la amputación puede ser la mejor opción. Sin embargo, es mejor esperar 3-6 meses para amputar para ver si se produce alguna regeneración.

Parálisis por tumores

Los tumores que afectan a los nervios pueden causar una cojera crónica, a menudo dolorosa, o debilidad de una pata delantera o trasera que empeora con el tiempo. Los tumores se pueden identificar mediante TC o imágenes por RM. La extirpación quirúrgica o la biopsia del tumor es necesaria para determinar el diagnóstico y la posibilidad de recuperación.

Los tumores de la vaina nerviosa son frecuentes en los perros, y a menudo afectan a múltiples nervios. Estos tumores son difíciles de extirpar por completo, incluso con la amputación de la extremidad. El pronóstico de recuperación suele ser malo, pero la radioterapia puede ayudar.

Para más información

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