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Parásitos gastrointestinales de los perros

PorStanley I. Rubin, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación may 2018

Muchos parásitos pueden infestar el aparato digestivo de los perros ( ver la Tabla: Parásitos gastrointestinales de los perros). Los más frecuentes se describen a continuación. Algunos parásitos gastrointestinales de los perros también pueden causar enfermedad en las personas ( ver la Tabla: Parásitos gastrointestinales de perros y gatos que también infestan a las personas).

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Gusanos redondos

Los gusanos redondos grandes conocidos como ascáridos son frecuentes en perros, especialmente en cachorros. La especie más importante es Toxocara canis, no solo porque sus larvas pueden migrar en las personas, sino también porque las infestaciones son frecuentes. En ocasiones se pueden observar infestaciones mortales en cachorros jóvenes. Toxascaris leonina por lo general es mucho menos común y se suele observar en perros mayores.

En los cachorros, la infestación por Toxocara canis se suele producir por transferencia al feto en desarrollo a través de la placenta. Los gusanos se pueden encontrar en los intestinos desde 1 semana tras el nacimiento. Los cachorros también pueden infestarse durante la lactancia. Si los cachorros menores de 3 meses de edad ingieren los huevos que han estado en el ambiente durante al menos 4 semanas, los huevos eclosionan, liberando larvas que penetran en la pared intestinal. Las larvas migran a través del hígado, llegan a los pulmones a través del torrente sanguíneo, se tosen, se degluten y maduran hasta convertirse en adultos productores de huevos en el intestino delgado. Muchas larvas serán transportadas por el torrente sanguíneo a otras partes del organismo del perro y permanecerán en los tejidos del perro durante años en una forma inactiva. Si se produce una supresión del sistema inmunitario, estas larvas pueden volverse activas.

Por lo general, los perros adultos tienen cierta resistencia a la infestación. Sin embargo, durante el periodo alrededor del nacimiento de una camada, la inmunidad de la perra frente a la infestación está parcialmente suprimida, y las larvas inactivas se vuelven activas, atravesando la placenta hasta los cachorros y secuestrándose en el tejido mamario, donde se transmiten por el calostro y la leche. Debido a la supresión del sistema inmunitario en el momento del parto, pueden producirse infestaciones activas en la perra gestante, con un número sustancial de huevos eliminados en las heces.

La primera señal de infestación en animales jóvenes es la falta de crecimiento y mal estado general. Los animales infestados tienen un pelo opaco y a menudo parecen "barrigones". Pueden vomitar gusanos y a menudo los eliminan en las heces. En las primeras fases, la migración larvaria puede causar neumonía, que puede estar asociada con tos. Puede haber diarrea con moco. En los perros y en los gatos, la infestación se diagnostica mediante la detección de los huevos de los gusanos redondos en las heces utilizando un microscopio.

Hay varios compuestos disponibles para el tratamiento de las infestaciones por ascáridos en perros. Algunos programas preventivos para la enfermedad del gusano del corazón también controlan las infestaciones intestinales por gusanos redondos. La transmisión de la infestación de la madre al recién nacido puede reducirse considerablemente mediante un programa con antiparasitarios administrados durante la gestación y después del nacimiento de la camada. De lo contrario, se debe tratar a las crías lo antes posible. Lo ideal es administrar el tratamiento 2 semanas después del nacimiento y repetirlo a intervalos de 2-3 semanas hasta los 2 meses de edad, y luego mensualmente hasta los 6 meses de edad. Las perras lactantes se deben tratar con el mismo programa que sus cachorros. Su veterinario le recetará la medicación apropiada para esta infestación.

Dado que las personas, especialmente los niños, se pueden infestar con gusanos redondos, es importante practicar una buena higiene (p. ej., eliminación rápida de las heces y lavado de manos) en las áreas potencialmente contaminadas o alrededor de los perros afectados.

Anquilostomas

Varios tipos de anquilostomas pueden causar enfermedades en los perros. Ancylostoma caninum es la causa principal de anquilostomiasis canina en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Ancylostoma braziliense infesta a los perros y está escasamente distribuido desde Florida hasta Carolina del Norte y a lo largo de la costa del Golfo en Estados Unidos. También se encuentra en América Central y del Sur y en África. Uncinaria stenocephala es el principal anquilostoma canino en regiones más frías. Es el principal anquilostoma canino en Canadá y el borde septentrional de EE. UU., pero se encuentra con frecuencia en todo el país.

Los huevos de anquilostoma se eliminan por primera vez en las heces 15-20 días después de la infestación. Eclosionan en 1-3 días cuando se depositan en un suelo cálido y húmedo. La transmisión se suele producir cuando se ingieren larvas infestantes o, en el caso de A caninum, a través del calostro o la leche de perras infestadas. Las infestaciones por especies de Ancilostoma también pueden resultar de la invasión larvaria a través de la piel. A la penetración en la piel en cachorros jóvenes le sigue la migración de las larvas a través de la sangre hasta los pulmones, donde son expulsadas y deglutidas para madurar en el intestino delgado. Sin embargo, en los animales mayores de 3 meses de edad, las larvas pueden permanecer en los tejidos del organismo en un estado de desarrollo detenido. Estas larvas se activan tras la eliminación de los gusanos adultos del intestino o durante la gestación, cuando se acumulan en el intestino delgado o en las glándulas mamarias de la madre.

La anemia en los cachorros jóvenes es el signo característico, y a menudo mortal, de la infestación por Ancylostoma caninum. La anemia es el resultado de la succión de sangre y las heridas internas sangrantes que se producen cuando estos anquilostomas cambian sus lugares de alimentación interna en el intestino delgado, dejando heridas abiertas a su paso. Los cachorros que sobreviven desarrollan alguna inmunidad y muestran signos menos graves. Sin embargo, los animales desnutridos y debilitados pueden seguir creciendo mal y sufrir anemia a largo plazo. Los perros maduros y bien nutridos pueden albergar algunos gusanos sin mostrar signos; estos perros son a menudo la fuente directa o indirecta de infestación para los cachorros. Las infestaciones graves van acompañadas de diarrea con heces oscuras y alquitranadas. En la enfermedad a largo plazo se desarrolla anemia, pérdida de apetito, pérdida de peso y debilidad. En los cachorros con infestaciones desbordantes puede producirse una neumonía que dificulta la respiración.

Ninguna de las otras especies comunes de anquilostomas tiende a causar anemia. Sin embargo, la pérdida de líquido sanguíneo alrededor del lugar de fijación en el intestino puede reducir las proteínas de la sangre en más de un 10 %. La dermatitis o inflamación de la piel (especialmente en los espacios entre los dedos) debido a la invasión larvaria de la piel puede observarse con Uncinaria stenocephala.

A menudo se puede establecer un diagnóstico a partir de la identificación de los huevos de anquilostomas mediante el examen microscópico de las heces frescas de los perros infestados. Aunque las infestaciones pueden ser graves, los huevos no se suelen observar en los exámenes fecales de los cachorros antes de los 16 días (el tiempo necesario para que una nueva infestación produzca huevos). Por lo tanto, en los cachorros jóvenes puede observarse anemia grave y la muerte por infestaciones adquiridas durante la lactancia antes de que los huevos se eliminen en las heces. Esto puede ocurrir a partir de 1 o 2 semanas de edad.

Hay varios fármacos y combinaciones de fármacos aprobados para el tratamiento de las infestaciones por anquilostomas. Además, muchos medicamentos contra el gusano del corazón también controlan ciertas especies de anquilostomas. Cuando la anemia es grave puede necesitarse una transfusión de sangre o suplementación de hierro, seguido de una dieta rica en proteínas hasta que el nivel de hemoglobina en sangre sea normal.

Cuando los cachorros recién nacidos mueren por anquilostomiasis, el resto de la camada procedente de la perra deberá tratarse semanalmente, comenzando a las 2 semanas de edad hasta las 12 semanas. Además, su veterinario puede prescribir medicación diaria para perras gestantes desde el día 40 de gestación hasta el día 2 después del parto. Esto reduce en gran medida la transmisión de la enfermedad a los cachorros a través de la lactancia. Su veterinario le prescribirá el programa de medicación más adecuado para su perro.

Las perras deben estar libres de anquilostomas antes de criar y mantenerse alejadas de las zonas contaminadas durante la gestación. El alojamiento y la cama de las perras gestantes y lactantes deben ser higiénicos y limpiarse regularmente. Consulte a su veterinario sobre cualquier desinfectante especial para agregar a las soluciones de limpieza o al agua de lavado. Para las actividades al aire libre, lo mejor son las pistas de hormigón que pueden lavarse al menos dos veces a la semana con tiempo cálido. Las pistas arcillosas o arenosas iluminadas por el sol pueden descontaminarse con borato de sodio.

Gusanos látigo

Los gusanos látigo adultos (Trichuris vulpis) en los perros se suelen encontrar en el colon y el ciego, una parte del intestino grueso. Se adhieren firmemente a la pared intestinal. Los huevos se eliminan en las heces y se vuelven infestantes en unas 4-8 semanas. En condiciones ideales, los huevos de gusanos látigo pueden permanecer inactivos en el ambiente durante varios años, a menos que se sequen. Tras la ingestión de los huevos infestantes, las larvas se desarrollan en el intestino delgado y después se trasladan al ciego y el colon, donde maduran los adultos.

No se observan signos en las infestaciones leves, pero a medida que aumenta el número de gusanos, el ciego y el colon pueden inflamarse, lo que puede causar diarrea y pérdida de peso. En las infestaciones graves puede verse sangre fresca en las heces y también puede producirse anemia.

Dado que los huevos de gusanos látigo tardan un mes en volverse infestantes, los gusanos látigo se pueden controlar con una buena higiene. La eliminación rápida y la eliminación adecuada de las heces son fundamentales. Los gusanos látigo son sensibles a la desecación; por lo tanto, mantener al perro en un ambiente limpio y seco reduce considerablemente el riesgo de infestación. Por esta razón, los perros enjaulados deben mantenerse sobre losas de hormigón y nunca sobre tierra. Existe una variedad de medicamentos (como algunos fármacos mensuales que previenen las infestaciones frente a otros parásitos como los gusanos del corazón) para tratar las infestaciones por gusanos látigo. Su veterinario elegirá uno que sea apropiado para su perro.

Cestodos

Varios tipos de tenias, propiamente conocidas como cestodos, pueden infestar a los perros. Las tenias adultas son gusanos segmentados que se encuentran en los intestinos de los perros. Rara vez causan enfermedad grave.

La mayoría de los gatos y perros urbanos come alimentos preparados y tiene acceso restringido a presas naturales. Estos perros pueden adquirir Dipylidium caninum (el cestodo común de perros y gatos) mediante la ingestión de pulgas. Los perros suburbanos, rurales y de caza tienen un mayor acceso a varios mamíferos pequeños, además de carne cruda y vísceras de grandes mamíferos. Puede esperarse la posibilidad de exposición a varias especies diferentes de cestodo en estos perros y suelen ser especies de Taenia o Echinococcus granulosus. Otras especies de cestodos que pueden infestar a los perros incluyen Spirometra mansonoides y especies de Diphyllobothrium y Mesocestoides.

Los signos de infestación varían desde la incapacidad de digerir y absorber los alimentos con normalidad, malestar, irritabilidad, apetito variable y pelo desgreñado hasta cólicos y diarrea leve. Puede no haber signos en los casos leves. En casos raros se observa un plegado telescópico del intestino (intususcepción), emaciación y convulsiones. El diagnóstico se basa en el hallazgo de segmentos o huevos de tenia en las heces o pegados al pelo alrededor del ano.

El control de los cestodos requiere tanto el tratamiento como la prevención. Incluso los perros confinados pueden contraer Dipylidium caninum porque puede pasar por pulgas. Por lo tanto, el control de las pulgas es el paso preventivo crucial incluso para los perros de interior. Los animales que deambulan en libertad se suelen reinfestar ingiriendo animales muertos o de presa. La prevención de tal alimentación limitará la exposición a otras especies de cestodos. Un diagnóstico preciso permitirá al veterinario asesorar eficazmente sobre el tratamiento de la infestación y la prevención de la reinfestación.

Trematodos

Los trematodos son una clase de parásitos que pueden infestar a los perros y a muchos otros tipos de animales ( ver la Tabla: Trematodos que infestan a los perros). Tienen un ciclo biológico complejo que puede implicar a múltiples hospedadores intermediarios.

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Trematodos intestinales

En general, los trematodos intestinales no causan enfermedad a menos que haya un gran número de trematodos. Las infestaciones graves pueden causar inflamación intestinal, especialmente del intestino delgado. Varios medicamentos antiparasitarios son eficaces frente a los parásitos intestinales. Consulte a su veterinario sobre la prevención de infestaciones por trematodos en su mascota, ya que el riesgo de infestación varía mucho en diferentes partes del mundo.

Trematodos del hígado

La presencia de trematodos en los conductos biliares y la vesícula biliar provoca una enfermedad hepática de leve a grave (fibrosis). En la mayor parte del mundo se ha descrito la presencia de varias especies de trematodos del hígado en perros. Las infestaciones suelen ser poco frecuentes. Las infestaciones leves pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, en las infestaciones graves, los perros pueden desarrollar una debilidad progresiva, que termina con el agotamiento total y la muerte en algunos casos.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre parásitos gastrointestinales.