La influenza canina (gripe) está causada por el virus de la influenza canina. De forma similar al virus de la influenza humana, se encuentran diferentes versiones (llamadas cepas) del virus. Se han identificado dos cepas del virus en perros: H3N8 y H3N2. El virus causa una infección respiratoria en los perros afectados. Debido a que es altamente contagioso, los brotes son más comunes cuando los perros están en estrecho contacto entre sí, como en perreras, refugios y parques para perros. El virus se transmite de un perro a otro a través de las secreciones respiratorias (que se transfieren al toser, estornudar o ladrar), objetos contaminados (como bebederos o correas) y en las manos y la ropa de las personas que han estado cerca de un perro infectado. Los perros suelen tardan 2-4 días en mostrar signos después de haberse expuesto al virus. Los perros suelen transmitir la enfermedad a otros cuando muestran signos, pero alrededor del 20 % de los perros infectados pueden transmitir el virus sin mostrar ningún signo.
Después de la exposición al virus, la mayoría de los perros (80 %) desarrollan una infección respiratoria leve y tienen una tos que dura 1-3 semanas. La tos puede ser similar a la que se observa en los perros con "tos de las perreras" (traqueobronquitis infecciosa canina), que es típicamente una tos seca y áspera que puede ir seguida de arcadas. Otros signos incluyen secreción ocular y nasal, estornudos, fiebre, letargo y pérdida del apetito. Algunos perros enferman gravemente, con fiebre alta (40-41,1 °C), neumonía y una infección bacteriana adicional. Menos del 10 % de los perros afectados mueren a causa de la gripe.
Los veterinarios diagnostican el virus de la influenza canina en perros que han estado enfermos durante menos de 3 días tomando muestras de la nariz o la parte posterior de la garganta. Se pueden hacer análisis de sangre en los perros que han estado enfermos durante más de una semana. Ambos tipos de pruebas necesitan tiempo para realizarse porque deben enviarse a un laboratorio. Para confirmar el diagnóstico puede ser necesario hacer un análisis de sangre adicional que se recoge después de que el perro mejore.
No hay tratamiento específico para la gripe en perros. Los tratamientos están dirigidos a apoyar a los perros afectados mientras su sistema inmunitario lucha contra la infección. Los perros que tienen complicaciones (como neumonía o una infección bacteriana al mismo tiempo) pueden necesitar antibióticos u otros medicamentos. Existen vacunas disponibles para prevenir la influenza canina. Es imprescindible que las instalaciones que albergan grupos de perros utilicen una buena higiene, prácticas de control de infecciones (como separar a los perros enfermos de los sanos) y desinfectantes para ayudar a minimizar la propagación de la gripe. Afortunadamente, no hay pruebas que sugieran que el virus de la influenza canina pueda transmitirse de los perros a las personas.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la influenza canina.