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Cánceres y tumores del pulmón y las vías respiratorias en los perros

PorNed F. Kuehn, DVM, MS, DACVIM
Última revisión/modificación jun 2018

El aparato respiratorio puede ser hospedador de muchos tumores diferentes. Los siguientes son los tumores más comunes que se encuentran en los pulmones y las vías respiratorias de los perros.

Tumores de la nariz y los senos

Los tumores de la nariz y los senos son responsables aproximadamente del 1-2 % de todos los tumores caninos. La incidencia es ligeramente mayor en machos y en perros mayores. La edad media en el momento del diagnóstico es de 9,5-10 años para perros. En los perros, prácticamente todos estos tumores son cancerosos (malignos). Las razas de hocico largo y medio parecen tener un mayor riesgo que las de hocico corto (braquicéfalas). Los tumores de la nariz y los senos tienden a invadir agresivamente los tejidos circundantes, pero no son tan propensos a diseminarse a otras áreas del cuerpo (metastatizar). Cuando metastatizan, los sitios afectados con mayor frecuencia son los nódulos linfáticos, los pulmones y el cerebro. En general, si no se tratan, la supervivencia es de 3 a 5 meses después del diagnóstico.

La descarga nasal crónica que contiene moco, pus o sangre es el signo más común. Inicialmente la secreción afecta a un solo lado de la nariz, pero a menudo se convierte en bilateral. Pueden producirse estornudos periódicos, sangrado de la nariz y ronquidos. Las deformidades de la cara y la boca son el resultado de la destrucción de las estructuras óseas o de los tejidos blandos de la nariz y los senos. La extensión de estos tumores detrás de los globos oculares puede dar lugar a globos oculares protuberantes, producción excesiva de lágrimas e inflamación de la córnea. Cuando la enfermedad está avanzada puede haber signos del sistema nervioso central como desorientación, ceguera, convulsiones, estupor y coma si el tumor se extiende dentro de la bóveda craneal.

El diagnóstico se basa en la anamnesis y en los signos clínicos. Las radiografías nasales o la TC suelen mostrar una densidad aumentada de la fosa nasal y de los senos así como indicios de destrucción del hueso. Se prefiere la TC nasal porque proporciona mejores detalles que las radiografías cuando se intenta distinguir los tumores de la nariz de otras causas de secreción nasal crónica. Una biopsia de tejido tumoral puede proporcionar un diagnóstico definitivo.

El tratamiento recomendado depende en gran medida del tipo de tumor y de la extensión de la enfermedad. Los tratamientos, como la extirpación quirúrgica agresiva del tumor, los tratamientos farmacológicos, la radioterapia o las combinaciones de estos, ofrecen un pronóstico más favorable cuando el diagnóstico se realiza de forma precoz.

Tumores de la laringe y la tráquea

Los tumores de la laringe y la tráquea son poco frecuentes en los perros. Los signos más comunes de tumores de la laringe son la respiración dificultosa al inhalar o después del ejercicio, la respiración ruidosa y aguda, el cambio de voz (ronquera o pérdida de voz) y la tos. Los signos similares, como la tos, la respiración dificultosa y la respiración aguda y ruidosa, se asocian a los tumores de la tráquea. El animal puede expectorar sangre, pero esto es raro. El grado de respiración dificultosa se relaciona con frecuencia con el grado de obstrucción de la tráquea.

El diagnóstico se puede establecer a menudo sobre la base de la anamnesis y los hallazgos clínicos y descartando otras causas de obstrucción de las vías respiratorias superiores o de la tos. La masa tumoral puede ser vista por el veterinario durante el examen de la laringe o la tráquea con un endoscopio o radiografías. El diagnóstico definitivo se puede establecer con una biopsia. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor. Algunos tipos de tumores responden a la radioterapia.

Tumores pulmonares primarios

Los tumores que se originan en el pulmón (tumores pulmonares primarios) son poco frecuentes en los perros. Los cánceres metastásicos de pulmón (cánceres que se diseminan a los pulmones desde otras localizaciones) son mucho más frecuentes en los perros que los cánceres pulmonares primarios. Sin embargo, los cánceres de pulmón primarios se están observando con más frecuencia durante los últimos 20 años. Esto se atribuye a un aumento en la esperanza de vida media, a la mejor detección y a más conocimientos o, posiblemente, al aumento de la exposición a agentes cancerígenos en el medio ambiente. La mayoría de los tumores primarios de pulmón se diagnostican a una edad media de 10 a 12 años en los perros. Todas las razas y ambos sexos parecen estar igualmente afectados. Entre los tumores pulmonares primarios en perros, más del 80 % son malignos (cancerosos). Los tumores pulmonares primarios pueden extenderse a otras zonas de los pulmones, a los nódulos linfáticos, a los huesos y al cerebro, aunque también puede producirse la diseminación a otros órganos.

Los tumores pulmonares primarios tienen signos variables, que dependen de la localización del tumor, la tasa de crecimiento de este y la presencia de una enfermedad pulmonar previa o actual. Los signos más comunes en los perros incluyen tos, pérdida de peso, letargo y dificultad para respirar. Otros signos incluyen falta de apetito, reducción de la tolerancia al ejercicio, respiración rápida, sibilancias, vómitos o regurgitación, fiebre y cojera. Sin embargo, el 25 % de los perros no muestra signos relacionados con el tumor.

Las radiografías de tórax son el primer paso para establecer un diagnóstico en animales que presentan signos que sugieren cáncer de pulmón. Sin embargo, muchos tumores pulmonares primarios se identifican cuando se toman radiografías por otras razones. Un diagnóstico definitivo de cáncer de pulmón requiere una muestra de tejido (biopsia).

La cirugía para extirpar la porción del pulmón que contiene el tumor es el tratamiento recomendado en la mayoría de los casos. Los tumores que no pueden operarse o aquellos que se han diseminado pueden tratarse con quimioterapia. Un perro con un único tumor pulmonar primario que no se ha extendido a los nódulos linfáticos tiene el mayor tiempo medio de supervivencia (una media de 12 meses); si los nódulos linfáticos están afectados o se encuentran múltiples tumores en el momento del diagnóstico, el tiempo de supervivencia se acorta a solo 2 meses. La recidiva o la diseminación del tumor son causas comunes de muerte.

Tumores de pulmón metastásicos

Un tumor pulmonar metastásico es aquel que se origina en otra parte del cuerpo y luego se disemina a los pulmones. Un tumor puede diseminarse a los pulmones a través de la sangre o los sistemas linfáticos o por extensión directa de las células tumorales desde una ubicación cercana en el cuerpo. Los signos de enfermedad pulmonar metastásica son similares a los de los tumores pulmonares primarios, excepto que la tos es menos frecuente. La gravedad de los signos depende de la localización del tumor y de si las lesiones son únicas o múltiples. El diagnóstico y el tratamiento son similares a los de los tumores primarios de pulmón. La quimioterapia o radioterapia pueden ser útiles con ciertos tipos de tumores que no se prestan bien a la cirugía. Se deben hacer radiografías de tórax a los perros que tienen tumores que suelen metastatizar a los pulmones antes de la cirugía para ayudar a determinar si se ha producido metástasis. Sin embargo, más del 40 % de los perros con tumores pulmonares metastásicos tienen tumores que son demasiado pequeños para verse en las radiografías. Se puede realizar una TC para identificar algunos de estos tumores pulmonares. Dado que la diseminación al pulmón se produce tardíamente durante el curso clínico de un tumor maligno, el pronóstico es malo.

Para más información

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