Las bacterias Actinomyces suelen vivir en la boca y en las fosas nasales cercanas a la garganta. Varias especies están relacionadas con enfermedades en los perros.
Actinomyces bovis se ha identificado con poca frecuencia en infecciones en perros y otros mamíferos. La enfermedad se produce cuando esta bacteria se introduce en los tejidos blandos subyacentes a través de heridas penetrantes de la boca (como las que se producen por llevar objetos afilados en la boca o por correr entre la maleza). La afectación del hueso cercano es causa frecuente de deformidad facial, pérdida de dientes (haciendo difícil la masticación) y dificultad para respirar debido a la inflamación de la cavidad nasal. El tratamiento rara vez tiene éxito en los casos a largo plazo en los que el hueso está muy afectado, debido a la escasa penetración de los fármacos antibacterianos dentro de la zona infectada. En los casos menos avanzados, su veterinario puede recetar un antibiótico.
Actinomyces hordeovulneris causa abscesos (acumulaciones de infección y pus) e infecciones generalizadas, como inflamación de la cavidad que rodea los pulmones, inflamación del revestimiento del abdomen, abscesos en órganos internos (como el hígado y el bazo) y artritis bacteriana en perros. Es frecuente la aparición de una infección que provoca la acumulación de pus alrededor de los pulmones (llamada piotórax). Un factor que parece estar relacionado con la infección por este microorganismo es la presencia partículas de hierba cola de zorro (especies de Hordeum) que han migrado a los tejidos del organismo, permitiendo la penetración de las bacterias. El tratamiento incluye la extirpación quirúrgica del tejido contaminado y el drenaje, seguido de un tratamiento a largo plazo con un antibiótico. A los animales con piotórax se les debe drenar el pus del tórax, además del tratamiento.
Actinomyces viscosus hace que se formen abscesos debajo de la piel en los perros. Las lesiones se suelen desarrollar tras una lesión traumática, como una herida por mordedura. Las localizaciones afectadas con mayor frecuencia son la cabeza, el cuello, el tórax y el abdomen. La bacteria también puede causar neumonía crónica, inflamación de la cavidad que rodea los pulmones e infecciones del sistema nervioso. El tratamiento de la inflamación de la cavidad torácica con un antibiótico puede tener éxito si se inicia en las primeras fases de la enfermedad. Es más probable que el tratamiento tenga éxito con una infección localizada debajo de la piel, que su veterinario también tratará con un antibiótico.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la actinomicosis.