La fiebre maculosa de las Montañas Rocosas es una enfermedad de humanos y perros que está causada por Rickettsia rickettsii. (Las rickettsias son un tipo especializado de bacteria que vive solamente dentro de otras células.) El grupo de microorganismos de la fiebre maculosa se encuentra en todo el mundo, pero los que están estrechamente relacionados dentro de este grupo que causan la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas solo se encuentran en ciertas áreas geográficas de América del Norte, del Sur y Central. Suelen transmitirse a través de picaduras de garrapatas infectadas. En EE. UU., la garrapata americana del perro y la garrapata de la madera de las Montañas Rocosas se consideran los agentes de transmisión más importantes de Rickettsia rickettsii. La garrapata marrón del perro también transmite la enfermedad en algunas partes del país (incluyendo Arizona) y en otros países.
No se ha descrito la transmisión directa de los perros a los humanos. Los humanos pueden infectarse al entrar en contacto con los fluidos sanguíneos y linfáticos de las garrapatas o con sus excreciones al retirarlas de sus mascotas o de ellos mismos. Las infecciones humanas suelen implicar la transferencia de líquidos de la garrapata a través de la piel rota o a través de los ojos.
Los perros son altamente sensibles a la infección. Los primeros signos pueden ser fiebre (hasta 40,5 °C), pérdida de apetito, aumento de tamaño de los nódulos linfáticos, inflamación de varias articulaciones, tos o dificultad para respirar, dolor abdominal, vómitos y diarrea, e hinchazón de la cara o las extremidades. En los casos graves se pueden observar manchas rojas violáceas no levantadas, perfectamente redondas, en el revestimiento de los párpados y la boca. Estas manchas están causadas por sangrado debajo de la superficie de estos tejidos. Pueden observarse signos de afectación del sistema nervioso, como la alteración de los estados mentales, el deterioro del equilibrio y el aumento de la sensibilidad espinal dolorosa a partir de un contacto por lo general indoloro. Entre el 1 % y el 10 % de los perros con fiebre maculosa de las Montañas Rocosas mueren a causa de la enfermedad.
Los análisis de sangre que evalúan los niveles de anticuerpos se utilizan para diagnosticar la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas. Si un veterinario sospecha la enfermedad, se suele iniciar el tratamiento antibiótico inmediatamente sin esperar a los resultados del análisis de sangre. Cualquier retraso en el tratamiento puede aumentar las posibilidades de una infección grave o mortal. Según la gravedad de la infección, pueden ser necesarios cuidados de apoyo para la deshidratación y el sangrado.
Los pasos preventivos más importantes son los que controlan las garrapatas, la fuente más común de la enfermedad. Mantener a su perro alejado de las áreas conocidas por albergar garrapatas es una medida que puede tomar. Su veterinario también le puede proporcionar medicamentos preventivos que evitarán que las garrapatas infesten a su perro. Cualquier garrapata que se encuentre en su perro debe eliminarse rápida y adecuadamente para prevenir la propagación de la enfermedad. Quite cualquier garrapata usando unas pinzas de punta fina para agarrar la cabeza de la garrapata (justo donde entra en la piel). Tire de la garrapata hacia fuera, asegurándose de no agarrar o apretar su cuerpo. Si hay varias garrapatas, puede ser mejor que su veterinario las retire y examine a su perro. Es importante recordar que el contacto con los líquidos y las excreciones de las garrapatas infectadas puede transmitir la enfermedad a las personas.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas.