logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Linfadenitis caseosa de ovejas y cabras

PorSharon J. Spier, DVM, PhD, DACVIM-LAIM;Kevin Washburn, DVM, DACVIM-LAIM, DABVP
Revisado/Modificado nov 2023

La linfadenitis caseosa es una enfermedad bacteriana crónica infecciosa que se manifiesta clínicamente como abscesos de los nódulos linfáticos periféricos (externos) o internos y de los órganos. El material purulento característico es muy espeso e inodoro. La forma periférica se presenta como abscesos de nódulos linfáticos palpables únicos o múltiples. La forma interna se suele manifestar con mayor frecuencia como pérdida crónica de peso y retraso del crecimiento. El cultivo de lesiones activas de Corynebacterium pseudotuberculosis proporciona un diagnóstico definitivo. Los animales afectados se suelen eliminar. Si se persigue el tratamiento, este consiste en la administración constante y sostenida de antimicrobianos para disminuir el número de lesiones drenantes activas, así como el aislamiento de otros compañeros de lote hasta que las lesiones estén secas o resueltas.

La linfadenitis caseosa (LC) es una enfermedad crónica infecciosa causada por Corynebacterium pseudotuberculosis. Aunque la prevalencia de la LC varía según la región y el país, se encuentra en todo el mundo y supone un gran problema para los pequeños productores de rumiantes en América del Norte.

La LC se caracteriza por la formación de abscesos cerca de los principales nódulos linfáticos periféricos (forma externa) o en su interior, o dentro de los órganos internos y nódulos linfáticos (forma interna). Aunque ambas formas de la LC se producen tanto en ovejas como en cabras, la forma externa es más común en cabras y la forma interna es más común en ovejas.

Las pérdidas económicas de la LC incluyen la muerte, el decomiso y la eliminación de los cadáveres infectados, la pérdida de piel y lana, la disminución de ventas de animales reproductores y el sacrificio prematuro de los animales afectados del rebaño.

Una vez establecida en una explotación o región (endémica), la LC se mantiene principalmente por la contaminación del medio ambiente. Esta contaminación es el resultado de lesiones drenantes activas, de la descarga nasal o de la tos de los animales con la forma interna de la enfermedad, o de la capacidad de C pseudotuberculosis para sobrevivir a las duras condiciones ambientales.

Debido al potencial zoonótico de la LC, se debe tener cuidado al manipular animales infectados por LC o exudado purulento de lesiones activas drenantes.

Etiología y patogenia de la linfadenitis caseosa

C pseudotuberculosis es un cocobacilo grampositivo, facultativo e intracelular. Se han identificado dos biotipos basados en la capacidad de las bacterias para reducir el nitrato: un grupo nitrato negativo que infecta a las ovejas y a las cabras, y un grupo nitrato positivo que infecta a los caballos.

Las cepas de C pseudotuberculosis del ganado vacuno son un grupo heterogéneo. Todas las cepas producen una exotoxina llamada fosfolipasa D que favorece la diseminación de las bacterias al dañar las células endoteliales y aumentar la permeabilidad vascular.

C pseudotuberculosis tiene un segundo factor de virulencia, que es una capa lipídica externa que proporciona protección frente a las enzimas hidrolíticas en los fagocitos del hospedador. La bacteria se replica en los fagocitos, que después se rompen y liberan bacterias. El proceso continuo de replicación bacteriana, seguido de la atracción y posterior muerte de las células inflamatorias, forma los abscesos característicos asociados con la LC.

Para establecer la infección, C pseudotuberculosis debe penetrar en la piel o las membranas mucosas. El punto de entrada más frecuente es la piel después de una lesión que puede deberse al esquileo, el marcaje, el corte de la cola, la castración u otros riesgos ambientales. El contacto con el material purulento que sale de las lesiones abiertas y activas es la fuente de bacterias más frecuente a través de estas fisuras en la piel.

Aunque es menos común, la entrada a través de las membranas mucosas por inhalación o ingestión de la bacteria es otra vía de infección por C pseudotuberculosis.

Después de entrar en el organismo, las bacterias se mueven a los nódulos linfáticos a través del sistema linfático de drenaje regional. Internamente, las bacterias establecen la infección no solo en los nódulos linfáticos, sino también en las vísceras. El periodo de incubación varía de 1 a 3 meses, culminando con el desarrollo de abscesos encapsulados.

C pseudotuberculosis es resistente en el medio ambiente y puede sobrevivir en fómites como lechos y madera durante 2 meses y en el suelo durante 8 meses. La presencia de material orgánico, sombra y humedad favorecen y mejoran la supervivencia del organismo.

Hallazgos clínicos de la linfadenitis caseosa

El hallazgo clínico característico en los casos de linfadenitis caseosa externa es el desarrollo de abscesos en la región de los nódulos linfáticos periféricos. Los sitios comunes de desarrollo incluyen los nódulos submandibular, parotídeo, preescapular y prefemoral. Con menor frecuencia, se produce un absceso de los nódulos linfáticos supramamarios o inguinales, además de una localización ectópica ocasional a lo largo de la cadena linfática.

Si no se tratan, las lesiones de LC finalmente maduran y se convierten en abscesos supurativos abiertos. El material purulento de estas lesiones no tiene olor y su consistencia varía de blanda y pastosa (más común en cabras) a espesa y caseosa (más común en ovejas). Después del drenaje natural, la lesión cutánea se cura por cicatrización.

La recidiva de la LC es frecuente, pudiendo producirse meses después. En una oveja o una cabra con abscesos en zonas previamente afectadas por la enfermedad se debe sospechar la presencia de LC. Aunque otras bacterias pueden causar abscesos en estas localizaciones (y en otros animales), si existe algún diagnóstico previo de LC en una explotación o un lote, estos casos deben tratarse como LC recidivante hasta que se demuestre lo contrario.

La forma interna de LC se suele presentar como pérdida crónica de peso y retraso del crecimiento. La presencia de otros signos clínicos depende de los órganos afectados, que pueden incluir cualquiera de los sistemas y aparatos principales.

El absceso pulmonar es una forma común de afectación visceral en la LC interna; por tanto, pueden observarse signos de enfermedad crónica con tos, secreción nasal purulenta, fiebre y taquipnea con aumento de los sonidos pulmonares. La forma interna es más frecuente en ovejas y se ha denominado "síndrome de la oveja flaca".

La incidencia de abscesos y el desarrollo de signos clínicos con la forma externa o interna de LC aumentan con la edad.

Diagnóstico de la linfadenitis caseosa

  • Exploración física de las lesiones asociadas a los nódulos linfáticos.

  • Cultivo bacteriológico de las lesiones sospechosas.

  • Pruebas serológicas.

La presencia de un absceso externo en un pequeño rumiante es muy sugestiva de linfadenitis caseosa, especialmente en los nódulos linfáticos periféricos. Sin embargo, el diagnóstico definitivo es solo por cultivo bacteriológico de material purulento de un absceso intacto.

Aunque otros organismos piógenos como Trueperella pyogenes (anteriormente Arcanobacterium pyogenes), Staphylococcus aureus, Pasteurella multocida y anaerobios como Fusobacterium necrophorum pueden causar abscesos, los animales afectados deben mantenerse aislados en espera de los resultados del cultivo.

Los animales con abscesos viscerales suponen un mayor reto diagnóstico en la LC.

  • La radiografía y la ecografía pueden ser útiles para detectar lesiones internas.

  • El cultivo de un aspirado transtraqueal obtenido de un animal con neumonía puede ayudar a determinar si la LC es la causa.

  • La exclusión de otras causas de pérdida crónica de peso y malestar general ante una nutrición adecuada y buen apetito, como la enfermedad de Johne, la parasitosis y la mala dentición, despierta aún más sospechas.

Si los abscesos no son accesibles para la toma de muestras y el cultivo bacteriano, el diagnóstico definitivo de los casos activos de LC es difícil. Aunque se dispone de muchas herramientas diagnósticas, los resultados de estas pruebas deben interpretarse con precaución y teniendo en cuenta la historia del rebaño, la presencia o ausencia de infección activa dentro del rebaño o el estado de vacunación.

En muchos laboratorios de diagnóstico se dispone de una prueba de inhibición de la hemólisis sinérgica (IHS) que detecta anticuerpos frente a la exotoxina fosfolipasa D. Los títulos positivos indican infecciones por LC resueltas en el pasado, exposición reciente, vacunación reciente o lesiones activas o su desarrollo. Los títulos de 1:256 o superiores se han correlacionado en estudios anteriores con la presencia de abscesos activos en desarrollo; sin embargo, en un estudio más reciente, un título alto se correlacionó escasamente con la presencia o el desarrollo de abscesos durante un periodo de 18 meses (1).

Cuando el estado de un animal con un título de LC positivo es dudoso, el título debe repetirse en 2-4 semanas.

  • Si el título está aumentando y se observan signos clínicos de abscesos, se puede suponer que la causa es la LC.

  • Los resultados falsos negativos son posibles si la prueba se realiza en las primeras 2 semanas después de la exposición antes de que el animal haya seroconvertido. Además, los animales con abscesos crónicos aislados pueden tener un resultado falso negativo.

Los títulos derivados del calostro suelen seguir presentes hasta los 3-6 meses de edad, por lo que las pruebas serológicas de los corderos o los cabritos menores de 6 meses de edad se deben interpretar con precaución.

Tratamiento y control de la linfadenitis caseosa

Tratamiento

  • Antimicrobianos (intralesionales o sistémicos).

  • Cuidados de apoyo

Una vez que se ha establecido el diagnóstico de linfadenitis caseosa, es necesaria la educación del propietario, destacando la naturaleza persistente y recurrente de la enfermedad.

El abordaje de tratamiento más práctico para los animales comerciales infectados con LC es eliminarlos del lote o la explotación. Sin embargo, los animales con abscesos supurativos no deben enviarse a instalaciones de venta hasta que el drenaje haya cesado y la herida haya cicatrizado.

El tratamiento de los animales individuales debe realizarse desde el conocimiento de que la LC no se considera una enfermedad curable. Los animales con valor genético o emocional se tratan principalmente por razones estéticas y para limitar su infectividad al resto del rebaño.

Las opciones de tratamiento de la LC incluyen punción y drenaje, extirpación quirúrgica, inyección de formol en las lesiones, antibióticos sistémicos y antimicrobianos intralesionales.

Si los abscesos externos se perforan y drenan, la cavidad debe lavarse con una solución de yodo diluida y el animal debe aislarse en un área que pueda ser desinfectada hasta que la lesión deje de drenar y cicatrice. El material de drenaje debe recogerse y eliminarse cuidadosamente para minimizar la contaminación ambiental.

Las soluciones diluidas de lejía y clorhexidina son desinfectantes eficaces de superficies duras y fómites. Sin embargo, dado que la presencia de material orgánico en estas superficies las inactiva, se deben limpiar las superficies antes de desinfectarlas.

Los abscesos accesibles intactos pueden extirparse quirúrgicamente; sin embargo, esta opción es más cara y, a menudo, existen abscesos no detectados que continúan desarrollándose. Las tasas de recidiva con la punción o con la extirpación quirúrgica son altas.

La práctica de inyectar los abscesos con formol debe desaconsejarse rotundamente, porque la FDA prohíbe el uso fuera de registro de un carcinógeno potente en animales de abasto.

Se ha investigado la eficacia de tratar la LC con antimicrobianos sistémicos y, más recientemente, se han investigado los antimicrobianos por vía intralesional. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el uso de cualquier antimicrobiano para el tratamiento de la LC no está indicado en el registro; por tanto, es imprescindible el cumplimiento estricto de las pautas publicadas sobre los tiempos de retirada y una relación establecida entre veterinario y paciente.

La administración a largo plazo de penicilina G procaína y rifampicina ha tenido éxito en algunos casos de LC. La penicilina sola, aunque eficaz in vitro, es improbable que penetre en la cápsula de los abscesos desarrollados; lo mismo ocurre con muchos antimicrobianos hidrosolubles o moderadamente liposolubles.

La propiedad altamente liposoluble de la tulatromicina puede ser particularmente útil en los casos de LC interna, cuando los abscesos no son accesibles para otras formas de tratamiento.

Los estudios han demostrado que la administración fuera de registro de una dosis de tulatromicina a 2,5 mg/kg, SC directamente en la cavidad del absceso, o dos dosis de tulatromicina a 2,5 mg/kg, inyectadas al mismo tiempo, una SC y otra intralesional, puede resolver las lesiones de LC sin necesidad de puncionar el absceso (2). Además, se pueden alcanzar concentraciones eficaces de tulatromicina dentro de los abscesos encapsulados debidos a C pseudotuberculosis después de una dosis única de 2,5 mg/kg, SC (2).

Otro estudio realizado por los mismos investigadores encontró que una dosis de 20 mg/kg de oxitetraciclina inyectada directamente en jaulas de tejido inoculadas con C pseudotuberculosis eliminó el crecimiento bacteriano en estas cámaras en 48 horas. Sin embargo, una sola dosis de 20 mg/kg de oxitetraciclina, IM, no eliminó el crecimiento de C pseudotuberculosis en jaulas de tejido inoculadas (3).

A pesar de la eficacia de la administración intralesional y parenteral de tulatromicina y oxitetraciclina en muchos casos de LC, la recidiva sigue siendo un problema. Por tanto, el uso de estos fármacos no puede considerarse curativo; sin embargo, pueden ser una alternativa aceptable para tratar los casos de LC cuando el sacrificio del rebaño o el lote no es una opción aceptable para el propietario.

Control

  • Estrictas medidas de bioseguridad.

  • Eliminación de animales enfermos del rebaño o lote.

  • Vacunación

  • Desinfección del equipo de esquileo y otros instrumentos utilizados para los procedimientos de producción (castración, crotalado de orejas, etc.) entre animales.

  • Eliminación de riesgos en el entorno que puedan lesionar la piel potencialmente.

  • Examen previo a la compra para detectar lesiones, detección serológica y cuarentena antes de la introducción de nuevos animales.

Debido a la naturaleza del microorganismo causante, los medios comunes de exposición, la cronicidad de la enfermedad y la dificultad para eliminar completamente el microorganismo de los animales individuales, el control de la LC se centra en medidas estrictas de bioseguridad.

Los objetivos primordiales de cualquier programa de control de la LC son eliminar la enfermedad del rebaño o lote y reducir el número de nuevos casos que surjan bien por transmisión de la enfermedad dentro de la explotación o por introducción de la enfermedad en la explotación.

Lo ideal sería eliminar inmediatamente a los animales identificados como infectados por LC. Si es posible, los animales afectados se deben aislar del resto de la manada y no alimentarlos con una dieta rica en proteínas. La diligencia en esta práctica finalmente dará lugar a una disminución de la prevalencia, ya que los animales que desarrollan casos activos se identifican y se eliminan, siempre que no se introduzcan nuevos animales que incuben la enfermedad en las instalaciones.

Cuando la eliminación mediante el sacrificio no es una opción viable para el propietario, el control de la LC es, en el mejor de los casos, un reto. Una estrategia de control es dividir los rebaños o lotes en grupos limpios e infectados y eliminar a los animales más mayores y menos valiosos genéticamente.

Los corderos y cabritos de madres infectadas por LC pueden criarse con calostro pasteurizado y leche alejados de los animales infectados. Sin embargo, la forma interna de la LC y los animales que incuban la enfermedad pueden mantener la infección dentro del grupo "limpio", limitando así el éxito de este enfoque.

Vacunación

Actualmente, las vacunas comerciales de LC están autorizadas para su uso en ovejas y cabras. Estas vacunas solo deben usarse en las especies para las que están registradas, ya que se han descrito reacciones adversas en cabras a las que se les administró la vacuna registrada para ovejas.

El cumplimiento estricto de los programas de vacunación de acuerdo con el registro del fabricante puede ayudar a reducir la prevalencia y la incidencia de la LC en los rebaños o lotes. Sin embargo, la eficacia de estas vacunas no es del 100 %, por lo que la vacunación no evitará que los animales se infecten.

Conviene considerar la vacunación de los animales jóvenes de reposición y sacrificar gradualmente a los animales infectados de mayor edad según lo permita la situación económica. Una vez que la LC tiene una prevalencia baja en la explotación, se debe interrumpir la vacunación y sacrificar a todos los animales seropositivos no vacunados. No se recomienda la vacunación en rebaños o lotes limpios o que no tengan antecedentes de LC.

Prevención de la transmisión

Los riesgos de transmisión de la LC entre animales deben reconocerse al esquilar o aplicar baños, y las prácticas de manejo han de ajustarse en consecuencia.

  • Los animales con lesiones de LC se deben esquilar en último lugar.

  • Las cuchillas de esquilar se han de desinfectar entre animales.

  • Los esquiladores deben comprender los riesgos asociados con el contacto con material purulento y el potencial de actuar como vectores mecánicos, ya sea en la ropa o a través del equipo, para la transmisión de la bacteria a nuevos animales.

  • Las soluciones de inmersión en tanque deben mantenerse tan frescas como sea posible, porque C pseudotuberculosis puede sobrevivir en ellas y servir como fuente de infección en ovejas recién esquiladas que presentan abrasiones en la piel.

Los propietarios deben retirar los elementos peligrosos (alambre de espino, clavos expuestos, comederos con aristas) del ambiente para disminuir las lesiones y la transmisión potencial de la LC por estos fómites.

Prevención de introducción

Una de las formas más comunes de introducir la LC en un rebaño o lote previamente libre de la enfermedad, o reintroducirlo en uno en el que la LC se ha reducido o eliminado, es mediante la adición de animales de reposición. A menudo, los animales de otras granjas que son clínicamente normales al llegar están incubando la enfermedad y luego manifiestan la infección semanas o meses después.

Adquirir animales de fuentes con antecedentes desconocidos es peligroso para mantener un rebaño o lote limpio. Los animales recién llegados deben examinarse a fondo para detectar signos clínicos de LC, como abscesos o cicatrices cerca de los nódulos linfáticos periféricos. Deben permanecer aislados del resto del rebaño o grupo hasta que se determine su estado serológico, y solo los animales que sean seronegativos sin evidencia de lesiones de LC presentes o pasadas deben poder ingresar en el rebaño.

Puntos clave

  • La linfadenitis caseosa es una enfermedad crónica que es difícil de eliminar en un animal individual o lote.

  • La forma interna de linfadenitis caseosa se caracteriza como una pérdida crónica de peso, es difícil de diagnosticar definitivamente ante mortem y sirve como reservorio de animales potencialmente infecciosos dentro del rebaño o lote.

  • El sacrificio de los animales afectados es la mejor manera de eliminar la linfadenitis caseosa de la explotación.

  • Cuando se adopta, el tratamiento incluye drenaje de abscesos, antimicrobianos sistémicos e intralesionales y aislamiento.

  • Antes de la introducción en la explotación o en el lote, los nuevos animales deben ser examinados, serológicamente analizados de linfadenitis caseosa y puestos en cuarentena.

References