La linfadenitis caseosa (LC) es una enfermedad bacteriana crónica y contagiosa que se manifiesta clínicamente como abscesos de los nódulos linfáticos periféricos y/o internos y de los órganos. El material purulento característico es muy espeso e inodoro. Mientras que la forma periférica se presenta como abscesos de nódulos linfáticos periféricos individuales o múltiples, la LC interna se suele manifestar como una pérdida crónica de peso y malestar general. El cultivo de lesiones activas de Corynebacterium pseudotuberculosis proporciona un diagnóstico definitivo. Cuando la eliminación de los animales del rebaño no es deseable, el tratamiento consiste en una terapia antimicrobiana constante y sostenida para reducir el número de lesiones supurativas activas y el aislamiento de otros miembros del rebaño hasta que las lesiones estén secas y/o resueltas.
La linfadenitis caseosa (LC) es una enfermedad crónica y contagiosa causada por la bacteria Corynebacterium pseudotuberculosis. Aunque la prevalencia de la LC varía según la región y el país, se encuentra en todo el mundo y supone una gran preocupación para los pequeños productores de rumiantes en América del Norte. La enfermedad se caracteriza por la formación de abscesos en o cerca de los principales nódulos linfáticos periféricos (forma externa) o dentro de los órganos internos y nódulos linfáticos (forma interna). Aunque tanto la forma externa como la interna de LC se producen en ovejas y cabras, la forma externa es más común en cabras y la forma interna es más común en ovejas.
Las pérdidas económicas de la LC incluyen la muerte, el decomiso y eliminación de los cadáveres infectados, la pérdida de piel y lana, la pérdida de ventas para los animales reproductores y el sacrificio prematuro de los animales afectados del rebaño. Una vez establecida en una granja o región (endémica), se mantiene principalmente por la contaminación del ambiente con lesiones supurativas activas, animales con la forma interna de la enfermedad que contaminan el ambiente a través de secreciones nasales o tos, la capacidad de la bacteria para sobrevivir las duras condiciones ambientales y la falta de estricta bioseguridad necesaria para reducir el número y prevenir la introducción de nuevos casos. Aunque la LC se suele considerar una enfermedad de ovejas y cabras, también se produce de forma más esporádica en caballos, ganado vacuno, camélidos, cerdos, rumiantes silvestres, aves y personas. Debido a su potencial zoonótico, se debe tener cuidado al manipular animales infectados o exudado purulento de lesiones activas drenantes.
Etiología y patogenia
C pseudotuberculosis es un cocobacilo grampositivo, facultativo e intracelular. Se han identificado dos biotipos basados en la capacidad de las bacterias para reducir el nitrato: un grupo nitrato negativo que infecta a las ovejas y a las cabras, y un grupo nitrato positivo que infecta a los caballos. Los aislados del ganado vacuno son un grupo heterogéneo. Todas las cepas producen una exotoxina llamada fosfolipasa D que favorece la diseminación de las bacterias al dañar las células endoteliales y aumentar la permeabilidad vascular. La bacteria tiene un segundo factor de virulencia, que es una capa lipídica externa que proporciona protección frente a las enzimas hidrolíticas en los fagocitos del hospedador. La replicación de las bacterias se produce en los fagocitos, que luego se rompen y liberan bacterias. El proceso continuo de replicación bacteriana, seguido de la atracción y posterior muerte de las células inflamatorias, forma los abscesos característicos asociados con la LC.
Para establecer la infección, C pseudotuberculosis debe penetrar en la piel o las membranas mucosas. El punto de entrada más frecuente es la piel después de una lesión que puede resultar de un corte, marcaje, corte de la cola, castración u otros peligros ambientales que causan un traumatismo cutáneo. El contacto con el material purulento que sale de las lesiones abiertas y activas suele servir como fuente de bacterias a través de estas fisuras en la piel. Aunque es menos común, la entrada a través de las membranas mucosas por inhalación o ingestión de la bacteria también sirve como medio de infección.
Una vez que las bacterias han entrado en el organismo, se mueven a los nódulos linfáticos a través del sistema linfático de drenaje regional. Internamente, las bacterias establecen la infección no solo en los nódulos linfáticos, sino también en las vísceras. El periodo de incubación varía de 1 a 3 meses, culminando con el desarrollo de abscesos encapsulados. C pseudotuberculosis es resistente en el medio ambiente y puede sobrevivir en fómites como lechos y madera durante 2 meses y en el suelo durante 8 meses. La presencia de material orgánico, sombra y humedad favorecen y mejoran la supervivencia.
Hallazgos clínicos
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
El hallazgo clínico característico en los casos de linfadenitis caseosa externa es el desarrollo de abscesos en la región de los nódulos linfáticos periféricos. Los sitios comunes de desarrollo incluyen los nódulos submandibular, parotídeo, preescapular y prefemoral. Con menor frecuencia, se produce un absceso de los nódulos linfáticos supramamarios o inguinales, además de una localización ectópica ocasional a lo largo de la cadena linfática. Si no se tratan, estas lesiones finalmente maduran y se convierten en abscesos supurativos abiertos. El material purulento de estas lesiones no tiene olor y su consistencia varía de blanda y pastosa (más común en cabras) a espesa y caseosa (más común en ovejas). Una vez se ha producido el drenaje natural, la lesión cutánea se cura por cicatrización.
La recidiva es frecuente, pudiendo producirse meses después. Se debe sospechar mucho de LC en una oveja o cabra con abscesos en estas regiones. Aunque otras bacterias pueden causar abscesos en estas localizaciones (y en otros animales), debido a las ramificaciones de la presencia de esta enfermedad dentro de un rebaño, estos casos deben tratarse como LC hasta que se pruebe lo contrario.
La forma interna de LC se presenta con mayor frecuencia como pérdida crónica de peso y retraso del crecimiento. La presencia de otros signos clínicos depende de los órganos afectados, que pueden incluir cualquiera de los sistemas y aparatos principales. El absceso pulmonar es un sitio común de afectación visceral en la LC interna; por lo tanto, pueden observarse signos de enfermedad crónica con tos, secreción nasal purulenta, fiebre y taquipnea con aumento de los ruidos pulmonares. La forma interna es más común en ovejas y se ha denominado "síndrome de la oveja flaca".
La incidencia de abscesos y el desarrollo de la enfermedad clínica, tanto en la forma externa como interna, aumenta con la edad.
Lesiones:
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
Cortesía del Dr. Sameeh Abutarbush.
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
En las ovejas, los abscesos suele tener el aspecto laminado clásicamente descrito como "aros de cebolla" en la sección transversal, con capas fibrosas concéntricas separadas por un exudado caseoso espeso. En las cabras, los abscesos están menos organizados y el exudado puede ser blando y pastoso.
Diagnóstico
Exploración física de las lesiones asociadas a los nódulos linfáticos.
Cultivo bacteriológico de las lesiones sospechosas.
Pruebas serológicas.
Cortesía del Dr. Kevin Washburn.
La presencia de un absceso externo en un pequeño rumiante es muy sugestivo de linfadenitis caseosa, especialmente en las localizaciones de los nódulos linfáticos periféricos. Sin embargo, el diagnóstico definitivo es solo por cultivo bacteriológico de material purulento de un absceso intacto. Aunque otros organismos piógenos como Trueperella pyogenes (anteriormente Arcanobacterium pyogenes), Staphylococcus aureus, Pasteurella multocida, y anaerobios como Fusobacterium necrophorum pueden causar abscesos, los animales afectados deben mantenerse aislados en espera de los resultados del cultivo.
Los animales con abscesos viscerales suponen un mayor reto diagnóstico. La radiografía y la ecografía pueden ser útiles para detectar lesiones internas. El cultivo de un aspirado transtraqueal obtenido de un animal con neumonía puede ayudar a determinar si la LC es la causa. Excluir otras causas de pérdida crónica de peso y malestar general ante una nutrición adecuada y buen apetito, como la enfermedad de Johne, la parasitosis y la mala dentición, despiertan aún más sospechas.
En ausencia de abscesos accesibles para cultivo bacteriológico, el diagnóstico definitivo de los casos activos de linfadenitis caseosa es un reto. Aunque se dispone de muchas herramientas diagnósticas, los resultados de estas pruebas deben interpretarse con precaución y teniendo en cuenta la historia del rebaño, la presencia o ausencia de infección activa dentro del rebaño o el estado de vacunación. En muchos laboratorios de diagnóstico se dispone de una prueba de inhibición de la hemólisis sinérgica (IHS) que detecta anticuerpos frente a la fosfolipasa D exotoxina. Los títulos positivos indican infecciones resueltas en el pasado, exposición reciente, vacunación reciente o lesiones activas o su desarrollo. Los títulos de 1:256 o superiores se han correlacionado en estudios anteriores con la presencia de abscesos activos en desarrollo; sin embargo, en un estudio más reciente, un título alto se correlacionó poco con la presencia o el desarrollo de abscesos durante un periodo de 18 meses.
Cuando el estado de un animal con un título positivo es dudoso, el título debe repetirse en 2-4 semanas. Si el título está aumentando y se observan signos clínicos de abscesos, se puede suponer que la causa es la LC. Pueden producirse resultados falsos negativos si la prueba se realiza en las primeras 2 semanas después de la exposición antes de que el animal haya seroconvertido. Además, los animales con abscesos crónicos aislados pueden tener un resultado falso negativo. Los títulos del calostro normalmente desaparecen a los 3-6 meses de edad, por lo que las pruebas serológicas de los corderos o los cabritos menores de 6 meses de edad se deben interpretar con precaución.
Tratamiento y control
Tratamiento
Tratamiento antimicrobiano (intralesional y/o sistémico).
Cuidados de soporte.
Control
Estrictas medidas de bioseguridad.
Eliminación de animales enfermos del rebaño.
Vacunación.
Desinfección del equipo de esquileo y otros instrumentos utilizados para los procedimientos de producción (castración, marcado de orejas, etc.) entre animales.
Eliminación de riesgos en el entorno que puedan lesionar la piel potencialmente.
Examen previo a la compra para detectar lesiones, detección serológica y un periodo de cuarentena antes de la introducción de nuevos animales.
Una vez que se ha establecido el diagnóstico de linfadenitis caseosa, es necesaria la educación del propietario, destacando la naturaleza persistente y recurrente de la enfermedad. El enfoque más práctico para los animales comerciales infectados con LC es eliminarlos del rebaño. Sin embargo, los animales con abscesos supurativos no deben enviarse a instalaciones de venta hasta que el drenaje haya cesado y la herida haya cicatrizado. El tratamiento de los animales individuales debe realizarse desde el conocimiento de que la LC no se considera una enfermedad "curable". Los animales con valor genético o emocional se tratan principalmente por razones estéticas y para limitar su infectividad al resto del rebaño. Las opciones de tratamiento incluyen punción y drenaje, extirpación quirúrgica, inyección de formol en las lesiones, antibióticos sistémicos y antibióticos intralesionales.
Si los abscesos externos se perforan y drenan, la cavidad debe lavarse con una solución de yodo diluida y el animal debe aislarse en un área que pueda ser desinfectada hasta que la lesión deje de drenar y cicatrice. El material purulento drenado debe recogerse y eliminarse cuidadosamente. Las soluciones diluidas de lejía y clorhexidina son desinfectantes eficaces de superficies duras y fómites, pero la presencia de material orgánico en estas superficies las inactiva y reduce drásticamente o impide su eficacia. Los abscesos accesibles intactos pueden extirparse quirúrgicamente; sin embargo, esta opción es más cara y, a menudo, existen abscesos no detectados que continúan desarrollándose. Las tasas de recidiva con la punción o con la extirpación quirúrgica son altas.
La práctica de inyectar los abscesos con formol debe desaconsejarse enérgicamente, porque la FDA tiene tolerancia cero para el uso distinto del indicado en la etiqueta de un carcinógeno potente en animales destinados al consumo humano. Se ha investigado la eficacia de la terapia antimicrobiana sistémica y, más recientemente, la terapia antimicrobiana intralesional. Debe tenerse en cuenta aquí que el uso de cualquier antimicrobiano para el tratamiento de la LC no está indicado en la etiqueta; por lo tanto, es obligatorio el cumplimiento estricto de las pautas publicadas sobre los tiempos de supresión y una relación establecida entre veterinario y paciente. La administración a largo plazo de penicilina G procaína y rifampicina ha tenido éxito en algunos casos. La penicilina sola, aunque eficaz in vitro, es improbable que penetre en la cápsula de los abscesos desarrollados, como ocurre con muchos, si no la mayoría, de los antimicrobianos hidrosolubles o moderadamente liposolubles.
Los estudios recientes han demostrado que la administración de una dosis de tulatromicina a 2,5 mg/kg, ya sea SC directamente en la cavidad del absceso, o dos dosis a 2,5 mg/kg, administradas al mismo tiempo, una SC y otra intralesional, puede resolver las lesiones sin perforar el absceso. Además, se pueden alcanzar concentraciones eficaces de tulatromicina dentro de los abscesos amurallados causados por C pseudotuberculosis después de una dosis única de 2,5 mg/kg, SC. La propiedad altamente liposoluble de la tulatromicina puede ser particularmente útil en los casos de LC interna, cuando los abscesos no son accesibles para otras formas de tratamiento. A pesar de la eficacia de la administración intralesional y parenteral de tulatromicina en muchos casos, la recidiva sigue siendo un problema. Por lo tanto, el uso de estos fármacos no puede considerarse curativo, sino más bien una alternativa aceptable para tratar los casos de LC cuando el sacrificio del rebaño no es una opción aceptable para el propietario.
Debido a la naturaleza del microorganismo causante, los medios comunes de exposición, la cronicidad de la enfermedad y la dificultad para eliminar completamente el microorganismo de los animales individuales, el control de la LC se centra en medidas estrictas de bioseguridad. Los objetivos primordiales de cualquier programa de control son eliminar la enfermedad del rebaño y reducir el número de casos nuevos, ya sea por la propagación de la enfermedad o por su introducción en la granja.
Idealmente, los animales identificados como infectados deben ser sacrificados inmediatamente. Si es posible, los animales afectados se deben aislar del resto de la manada y no alimentarlos con una dieta rica en proteínas. La diligencia en esta práctica finalmente dará lugar a una disminución de la prevalencia, ya que los animales que desarrollan casos activos son identificados y eliminados y dado que no se introducen nuevos animales incubando la enfermedad en las instalaciones.
Cuando la eliminación mediante el sacrificio no es una opción viable para el propietario, el control de la LC es, en el mejor de los casos, un reto. Una estrategia de control es dividir los rebaños o rebaños en grupos "limpios" e "infectados" y eliminar a los animales más viejos y menos valiosos genéticamente.
Los corderos y cabritos de madres infectadas pueden criarse con calostro pasteurizado y leche lejos de los animales infectados. Sin embargo, la forma interna de LC y los animales que incuban la enfermedad pueden mantener la infección dentro del grupo "asintomático limpio" y limitar el éxito de este enfoque.
Actualmente, las vacunas comerciales de LC están autorizadas para su uso en ovejas y cabras. Estas vacunas solo deben usarse en las especies para las que están autorizadas, ya que se han descrito reacciones adversas en cabras a las que se les administró la vacuna para ovejas. El cumplimiento estricto de los programas de vacunación de acuerdo con el etiquetado del fabricante puede ayudar a reducir la prevalencia y la incidencia de la LC en los rebaños. Sin embargo, es importante enfatizar que la eficacia de estas vacunas no es del 100 % y la vacunación no eliminará a los animales infectados. Se debe considerar la vacunación de los animales jóvenes de reposición y los animales infectados más viejos se deben sacrificar gradualmente según lo permita la economía. Una vez que la enfermedad tiene una prevalencia baja, la vacunación debe ser interrumpida, y todos los animales seropositivos no vacunados se deben sacrificar. No se recomienda la vacunación en rebaños "limpios" o que no tengan antecedentes de LC.
Los riesgos de transmisión de enfermedades entre animales deben reconocerse al esquilar o sumergirlos, y las prácticas de manejo deben ajustarse en consecuencia. Los animales con lesiones notables deben ser esquilados en último lugar y las cuchillas de la esquiladora deben desinfectarse entre animales. Los esquiladores deben reconocer los peligros asociados con el contacto con material purulento y la posibilidad de actuar como vectores mecánicos, ya sea en la ropa o a través del equipo, para la diseminación de la bacteria a nuevos animales. Además, las soluciones del tanque de inmersión deben mantenerse tan frescas como sea posible, porque C pseudotuberculosis pueden sobrevivir dentro de ellos y servir como fuente de infección en ovejas recién esquiladas que presentan abrasiones en la piel.
Los propietarios deben retirar los elementos peligrosos (alambre de espino, clavos expuestos, comederos con aristas) del ambiente para disminuir las lesiones y la transmisión potencial de LC por la presencia de bacterias en estos fómites.
Una de las formas más comunes de introducir el CL en un rebaño o grupo previamente "limpio", o reintroducirlo en uno en el que el LC se ha reducido o eliminado, es mediante la adición de animales de reposición. A menudo, los animales de otras granjas que son asintomáticos al llegar están incubando la enfermedad y luego manifiestan la infección semanas o meses después. Es peligroso comprar animales de fuentes con antecedentes desconocidos para mantener un rebaño "limpio". Los animales recién llegados deben examinarse a fondo para detectar signos clínicos de LC, como abscesos o cicatrices cerca de los nódulos linfáticos periféricos. Deben permanecer aislados del resto del rebaño o grupo hasta que se determine su estado serológico, y solo los animales que sean seronegativos sin evidencia de lesiones de LC presentes o pasadas deben poder ingresar en el rebaño.
Puntos clave
La linfadenitis caseosa es una enfermedad crónica que es difícil, si no imposible, de eliminar en un animal individual. El tratamiento antimicrobiano sostenido puede conducir a la resolución aparente de las lesiones, pero la recidiva es frecuente. La forma interna de LC se caracteriza clínicamente como una pérdida crónica de peso, es difícil de diagnosticar definitivamente ante mortem y sirve como un medio para mantener, sin saberlo, animales potencialmente infecciosos dentro del rebaño.
A pesar del éxito descrito con varios tratamientos antimicrobianos junto con estrictas medidas de bioseguridad, la eliminación de los animales afectados del rebaño sigue siendo la mejor manera de eliminar la linfadenitis caseosa. Los protocolos de vacunación pueden ayudar a reducir el número de casos nuevos dentro de un rebaño, pero el cumplimiento rígido de las instrucciones de la etiqueta del fabricante es primordial para la eficacia.
En situaciones en las que la eliminación de los animales afectados no es deseable, la división de los animales "limpios" y los "infectados" en rebaños separados, el tratamiento antimicrobiano inmediato, el aislamiento de los animales con lesiones activas y el sacrificio de los animales infectados de edad avanzada pueden conducir finalmente a una disminución de la prevalencia de LC.
Los ganaderos/pastores de rebaños limpios deben evaluar cuidadosamente las posibles incorporaciones de animales mediante un examen minucioso para detectar posibles lesiones de LC, pruebas serológicas y establecer periodos obligatorios de cuarentena antes de la introducción en el rebaño.