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Hipertricosis asociada a adenomas de la porción intermedia

(Hirsutismo)

PorDeborah S. Greco, DVM, PhD, DACVIM-SAIM
Revisado/Modificado jul 2019

La hipertricosis adquirida (crecimiento excesivo de pelo) se asocia invariablemente con la disfunción de la porción intermedia de la hipófisis (PPID). El diagnóstico definitivo se establece midiendo la concentración sanguínea de ACTH endógena, ya sea un valor basal o después de una prueba de estimulación de la hormona liberadora de tirotropina (TRH). La PPID se controla mediante la administración de pergolida oral. La hipertricosis puede tratarse mediante cortes frecuentes del cuerpo.

La hipertricosis es la capa de pelo largo que no se desprende que se desarrolla en los caballos de avanzada edad (por lo general de 18 años o más) y se asocia con la PPID causada por un adenoma de las células de la porción intermedia de la glándula hipofisaria. La definición de hipertricosis es un crecimiento de pelo por encima de lo normal. Esto contrasta con el hirsutismo, que se define como un aumento del crecimiento del pelo que se produce como consecuencia de un incremento de los niveles sanguíneos de andrógenos. Por lo tanto, la hipertricosis es el término más correcto para describir el aumento adquirido en la longitud del pelo y la falta de muda que se produce en los caballos con enfermedad hipofisaria.

Los caballos de cualquier raza pueden nacer con una mutación de pelaje rizado, y los caballos de raza Bashkir Curly tienen un pelaje más largo que el de la mayoría de los caballos. Sin embargo, el pelo de esos animales no cambia a medida que el animal envejece. Los adenomas hipofisarios pueden comprimir el hipotálamo suprayacente, que es el principal centro de regulación homeostática de la temperatura corporal, del apetito y de la muda cíclica del pelo. Además, los adenomas de la porción intermedia secretan cantidades incrementadas de alfa-MSH, un factor en el crecimiento del pelaje largo en invierno.

Hallazgos clínicos y lesiones de la hipertricosis

Los signos clínicos de la PPID incluyen:

  • Poliuria y polidipsia.

  • Tono muscular deficiente.

  • Debilidad.

  • Somnolencia.

  • Distribución anormal del tejido adiposo.

  • Hinchazón de la fosa periorbital.

  • Mayor susceptibilidad a las infecciones.

  • Hiperpirexia intermitente.

  • Hiperhidrosis generalizada.

Si la resistencia a la insulina también está presente, los animales afectados también tienen un alto riesgo de laminitis. La hipertricosis frecuentemente se vuelve evidente debido a la falta de muda del pelo que suele producirse de forma estacional y cíclica. Antes de que se observe hipertricosis generalizada, los caballos pueden tener pelo más largo en las patas, abdomen ventral y agarrotamiento de la garganta. Con el tiempo, el pelo de la mayor parte del tronco y las extremidades se vuelve largo (hasta 10-12 cm), anormalmente grueso, ondulado y, con frecuencia, enmarañado.

Tabla
Tabla

Los adenomas de la porción intermedia son los tumores hipofisarios más comunes en los caballos. Son de color amarillo a blanco, multinodulares y comprimen la porción nerviosa. Los caballos con PPID pueden presentar hiperglucemia (resistencia a la insulina) y glucosuria. No se sabe por qué algunos caballos con PPID se vuelven resistentes a la insulina y otros no. Sin embargo, el cortisol y otras hormonas que pueden estar presentes en concentraciones elevadas en los caballos con PPID son antagonistas de la insulina.

Los niveles plasmáticos de ACTH inmunorreactiva y alfa-MSH pueden variar de ligera a severamente incrementados. Las concentraciones de cortisol en sangre permanecen en el rango normal, pero carecen de un ritmo diurno normal y escapan a la supresión por la administración de dexametasona mucho más rápidamente que en animales sanos.

Diagnóstico de la hipertricosis

  • Medición de las concentraciones de ACTH endógena en reposo

La hiperglucemia y la insensibilidad a la insulina son sugestivas de adenoma hipofisario en caballos, pero debido a que se dan en caballos con síndrome metabólico equino u otros síndromes de desregulación de la insulina, no son diagnósticos de PPID. Otros hallazgos no específicos comprenden una neutrofilia absoluta o relativa, eosinopenia y linfopenia, lipemia, hipercolesterolemia y anemia leve normocrómica y normocítica. Es posible que las enzimas hepáticas estén incrementadas. Por lo general, los electrolitos son normales. El análisis de orina es normal, excepto por la glucosuria ocasional y un peso específico entre bajo y normal.

El diagnóstico definitivo se basa en pruebas sugerentes o en la medición de las concentraciones de ACTH endógena en reposo. La dexametasona (40 mcg/kg, IM) frecuentemente no suprimirá los valores de cortisol hasta al menos el 30 % del valor basal o hasta <1 mcg/dL, como se produce en los caballos sanos tras 12-20 horas de la administración. Además, las concentraciones de cortisol vuelven al 80 % o más de los valores basales 24 horas después de la administración de dexametasona en caballos con PPID. Los caballos sanos han suprimido los niveles de cortisol 24 horas después de la administración de dexametasona.

Los caballos con PPID presentan un incremento en la concentración plasmática de ACTH endógena 10 minutos después de la administración IV de 1 mg de TRH, y se cree que la prueba de estimulación de la TRH es el medio más sensible para detectar un tumor hipofisario. Las concentraciones de ACTH <110 pg/mL después de la TRH son normales, mientras que aquellas >200 pg/mL se consideran positivas. Los valores de 110-200 pg/mL son equívocos, y a los caballos se les debe reexaminar más tarde si los resultados se sitúan dentro de ese rango.

Los caballos experimentan un aumento estacional de la concentración de ACTH endógena en otoño (de agosto a noviembre en el hemisferio norte). Los caballos sanos son menos propensos a tener una disminución de la concentración de cortisol en respuesta a la administración de dexametasona y también pueden mostrar una respuesta exagerada a la TRH en otoño. Por esta razón, solo se debe examinar la concentración de ACTH endógena entre agosto y diciembre y compararla con los valores normales específicos de la estación. Las pruebas evocadoras no se recomiendan en otoño debido al alto porcentaje de falsos positivos y solo deben realizarse entre enero y julio.

Los diagnósticos diferenciales comprenden síndromes que producen debilitamiento crónico (p. ej., la atención y la nutrición precarias, el parasitismo y las enfermedades sistémicas crónicas). La PU/PD deben diferenciarse de las ocasionadas por la enfermedad renal crónica o por la diabetes insípida. La hiperglucemia, la glucosuria y la PU/PD han de diferenciarse de las causadas por la diabetes mellitus primaria. Las concentraciones elevadas de insulina o un aumento de la proporción de glucosa a insulina deben diferenciarse de la hiperinsulinemia primaria (síndrome metabólico equino). Los feocromocitomas pueden ocasionar hiperhidrosis, hiperglucemia y taquipnea, aunque por lo general no son funcionales y solo se encuentran de manera incidental en la necropsia.

El diagnóstico diferencial de la hipertricosis incluye ser de la raza Bashkir Curly o tener una anomalía congénita del pelaje rizado. A algunos caballos, especialmente a los ponis, les crecen pelajes extremadamente largos en invierno que pueden confundirse con hipertricosis. Sin embargo, lo mudarán y volverán a su pelo normal en primavera. No existe otra afección reconocida en la que los caballos adultos adquieran un pelaje largo y rizado además de la PPID. Por esta razón, la hipertricosis puede considerarse una prueba diagnóstica positiva para la PPID.

Tratamiento de la hipertricosis

  • Pergolida.

  • Buen cuidado.

Los caballos con PPID son relativamente frágiles, con una función inmunitaria deficiente; por lo tanto, la mayoría requiere una atención diligente para una buena cría. La pergolida, un agonista dopaminérgico, es actualmente el único agente que ha demostrado disminuir las concentraciones de ACTH endógena en caballos con PPID. Las dosis iniciales son de 2-4 mcg/kg, PO, cada 24 horas. Esto suele dar lugar a una dosis de 0,5-1 mg/día. Si esta cantidad no mejora los signos clínicos y las pruebas endocrinológicas, puede aumentarse gradualmente. Los efectos adversos descritos del tratamiento con pergolida incluyen depresión y anorexia. A menudo, estos signos son transitorios y se resuelven con el tiempo. Si no es así, la dosis puede disminuirse temporalmente o dividirse y administrarse dos veces al día.

Aunque no se ha documentado que su uso mejore los signos clínicos cuando se administra sola, la ciproheptadina, a dosis de 0,25 mg/kg, PO, cada 12-24 horas, puede ejercer efectos sinérgicos cuando se combina con pergolida, y la combinación puede producir resultados mejores que los obtenidos con pergolida sola. El trilostano, un inhibidor competitivo de la 3-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa, no se ha investigado adecuadamente en caballos, aunque su uso ha mejorado los resultados clínicos. La hipertricosis puede tratarse mediante cortes frecuentes del cuerpo. Esto también puede disminuir el aumento de la sudoración que puede estar presente en los caballos con pelaje largo.

Puntos clave

  • La hipertricosis, que se desarrolla en algunos caballos de avanzada edad, está causada invariablemente por una disfunción de la porción intermedia de la hipófisis. El pelo largo se puede controlar mediante cortes frecuentes del cuerpo. La PPID se trata mediante la administración de pergolida oral. Dado que los caballos con PPID son más mayores y están comprometidos, también requieren una excelente cría en general, con especial atención a los dientes, los cascos y la prevención de cargas parasitarias elevadas.

  • La PPID causa otras enfermedades más graves que la hipertricosis, como la desmitis, la tendinitis y una mayor susceptibilidad a las infecciones. Los caballos con hipertricosis deben someterse a pruebas para detectar la presencia de resistencia a la insulina, que puede acompañar a la PPID y provocar laminitis.