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Función inmunitaria excesiva en animales

PorIan Rodney Tizard, BVMS, BSc, PhD, DSc (Hons), DACVM
Revisado/Modificado jun 2020

Hay muchas formas en las que una función inmunitaria excesiva puede causar enfermedad o muerte. Estas incluyen respuestas innatas excesivas, respuestas adaptativas excesivas, enfermedades autoinmunitarias y tumores del sistema inmunitario.

Aunque la inflamación aguda es un proceso defensivo y fundamental para la inmunidad innata, puede producirse sin la provocación apropiada y en lugares donde causa malestar, daño tisular o enfermedad sistémica. Esto da lugar a una morbilidad significativa y a la consiguiente discapacidad.

Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica en animales

En infecciones graves o después de una lesión tisular masiva, entran en el torrente sanguíneo grandes cantidades de citocinas y oxígeno reactivo y radicales que causan una forma de shock conocida como síndrome de respuesta inflamatoria sistémica.

El shock séptico es el nombre que se da al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica causado por infecciones graves y asociado con traumatismos, isquemia y lesión tisular. Los animales con infecciones graves pueden generar grandes cantidades de citocinas, principalmente IL-1, TNF-alfa, IL-8 e IL-6. Esta liberación masiva de citocinas se ha denominado "tormenta de citocinas". Las dosis elevadas de citocinas son tóxicas e inducen acidosis, fiebre, liberación de lactato en los tejidos, descenso incontrolable de la presión arterial, elevación de las catecolaminas plasmáticas y, con el tiempo, lesión renal, hepática y pulmonar y muerte. El equilibrio procoagulante-anticoagulante está alterado, por lo que se potencia la actividad procoagulante endotelial, mientras que muchas vías anticoagulantes están inhibidas, lo que conduce a la CID y a la trombosis capilar.

Todos estos efectos se inician por la activación excesiva de los receptores de tipo toll, que conducen a una liberación masiva e incontrolada de citocinas. Las citocinas dañan las células endoteliales vasculares, activándolas de modo que se potencia la actividad procoagulante, lo que da lugar a la coagulación sanguínea. El óxido nítrico causa vasodilatación y descenso de la presión arterial. El daño generalizado del endotelio vascular finalmente provoca insuficiencia orgánica. El síndrome de disfunción orgánica múltiple es la etapa final del shock séptico grave. Se caracteriza por hipotensión, perfusión tisular insuficiente, hemorragia incoercible y fallo orgánico causado por hipoxia, acidosis tisular, necrosis tisular y trastornos metabólicos locales graves. El sangrado grave se debe a la CID. La sensibilidad de los mamíferos al shock séptico varía mucho. Las especies con macrófagos intravasculares pulmonares, como el gato, el caballo, la oveja y el cerdo, tienden a ser más propensas que los perros.