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Dermatitis atópica felina

PorSandra Diaz, DVM, MS, DACVD
Revisado/Modificado ago 2020

La dermatitis atópica felina (DAF) es similar a la DAC. Es una enfermedad pruriginosa en la que los gatos afectados presentan una reacción de hipersensibilidad a alérgenos ambientales inhalados o por contacto. La edad de comienzo es variable, pero normalmente es <5 años. Los signos pueden ser estacionales o no. Los gatos de pura raza pueden tener un mayor riesgo en comparación con los Domésticos de pelo corto. Al igual que en los perros, el prurito en los gatos puede tener varias presentaciones clínicas (p. ej., dermatitis miliar, alopecia simétrica, complejo granuloma eosinofílico, prurito en cabeza y cuello) que son compatibles con un diagnóstico de una DA pero que deben diferenciarse de otras enfermedades con signos clínicos similares.

Los diagnósticos diferenciales para la dermatitis atópica felina incluyen:

Una revisión exhaustiva del historial del gato y un examen dermatológico y físico completo, junto con la búsqueda de pulgas por peinado, raspados cutáneos y cultivos de hongos, son los primeros pasos obligatorios. El diagnóstico de la DA se realiza cuando se eliminan los diagnósticos diferenciales. La respuesta a los glucocorticoides es excelente al inicio del tratamiento, pero puede disminuir según avanza el tiempo.

Las pruebas de alergia intradérmicas y los procedimientos de hiposensibilización en los gatos son similares a los utilizados en los perros, pero los resultados de las pruebas intradérmicas son más difíciles de leer porque las reacciones son menos intensas y se desvanecen antes en los gatos. Las mismas recomendaciones de evitación para los perros se aplican a los gatos. El tratamiento sintomático incluye el control de las infecciones secundarias y el uso de fármacos antipruriginosos. La formulación aprobada de ciclosporina para uso en gatos es líquida; la dosis es de 7 mg/kg y puede administrarse PO o con los alimentos. Después de 30 días, la dosis puede reducirse a días alternos en ~70 % de los gatos y a dos veces por semana en ~50 % de los gatos. La respuesta a la inmunoterapia es similar a la de los perros; se aconseja a los propietarios que mantengan el tratamiento hasta transcurrido 1 año del comienzo antes de decidir sobre su utilidad.

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