logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Dermatofilosis en animales

(Infección por Dermatophilus, lana de palo, pedero frambuesa)

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado nov 2019

La dermatofilosis es una infección cutánea bacteriana que afecta a múltiples especies de animales en todo el mundo. Es más común en animales jóvenes o inmunodeprimidos o en animales expuestos crónicamente a condiciones húmedas. Los signos incluyen pelo enmarañado, costras y lesiones parecidas a verrugas que pueden tener una amplia distribución. El diagnóstico se realiza mediante citología de las lesiones o bien por cultivo bacteriano. La enfermedad se trata con antibióticos sistémicos, terapia tópica y cambios en el manejo de la cría para mantener a los animales secos.

La dermatofilosis es una infección bacteriana de la piel de los animales. Es frecuente en todo el mundo y está causada por Dermatophilus congolensis. El ganado vacuno, ovino, caprino y equino se ve afectado con mayor frecuencia, mientras que los cerdos, los perros y los gatos rara vez. Los términos generales para esta enfermedad incluyen "lana de palo" y "pedero frambuesa" (para las infecciones de las pezuñas). Aislamientos recientes en tortugas marinas pueden representar una nueva especie de Dermatophilus. También es una enfermedad común en los cocodrilos de granja y se ha descrito en los osos polares. Los pocos casos humanos comunicados se han asociado normalmente con el manejo de animales enfermos.

Etiología, transmisión y epidemiología de la dermatofilosis en animales

D congolensis es un actinomiceto anaerobio facultativo, grampositivo y no acidorresistente. Es la única especie actualmente aceptada del género, pero en un mismo grupo de animales puede haber una variedad de cepas durante un brote. Tiene dos formas morfológicas características: hifas filamentosas y zoosporas móviles. Las hifas se caracterizan por filamentos ramificados (1-5 micrómetros de diámetro) con terminaciones fragmentadas por tabicación transversal y longitudinal formando paquetes de células cocoides. Las células cocoides maduran a zoosporas flageladas ovoides (0,6-1 micrómetros de diámetro).

El hábitat natural de D congolensis es desconocido. Los intentos de aislarlo del suelo no han tenido éxito, aunque probablemente es un saprófito localizado en el suelo. Se cree que se transmite por contacto directo entre animales, a través de ambientes contaminados o posiblemente a través de insectos picadores. Se ha aislado solo del tegumento de varios animales y está restringido a las capas vivas de la epidermis. Se considera que los animales asintomáticos con infección crónica son el reservorio primario.

Factores como el humedecimiento prolongado causado por las lluvias, una elevada humedad, una alta temperatura y varios ectoparásitos que reducen o traspasan las barreras naturales del tegumento influyen sobre el desarrollo, la prevalencia, la incidencia estacional y la transmisión de la dermatofilosis. Las garrapatas y los piojos son los principales factores predisponentes en el ganado vacuno y ovino, respectivamente.

El microorganismo puede existir en forma inactiva dentro de la epidermis hasta que la infección se exacerba a causa de las condiciones climáticas. Las epizootias suelen producirse durante las temporadas de lluvias. La humedad facilita la liberación de zoosporas de las lesiones preexistentes y su penetración subsiguiente en la epidermis y el establecimiento de nuevos focos de infección. La humedad elevada también contribuye indirectamente a la difusión de las lesiones, ya que favorece el aumento de insectos que pican, especialmente moscas y garrapatas, que actúan como vectores mecánicos. Esquilar o introducir a un animal infectado en un rebaño o en una manada puede propagar la infección.

La dermatofilosis es contagiosa si existe una reducción de la resistencia sistémica o cutánea local, lo que favorece el establecimiento de la infección y la enfermedad subsiguiente.

Patogenia de la dermatofilosis en animales

Para causar la infección, las zoosporas de D congolensis deben llegar a contactar con una región de la piel donde la barrera cutánea sea deficiente. El eflujo respiratorio de concentraciones reducidas de dióxido de carbono desde la piel atrae a las zoosporas móviles a las áreas sensibles en la superficie cutánea. Las zoosporas germinan produciendo hifas que penetran dentro de la epidermis viva y posteriormente se difunden en todas direcciones desde el foco inicial. La penetración de las hifas causa una reacción inflamatoria aguda.

La resistencia natural a la infección aguda se debe a la fagocitosis de las zoosporas, pero una vez que la infección se ha establecido hay poca o ninguna inmunidad. En la mayoría de las infecciones agudas, la invasión filamentosa de la epidermis cesa en 2-3 semanas y las lesiones se curan espontáneamente.

En las infecciones crónicas, los folículos pilosos afectados y las costras son sitios de infección persistente desde los cuales se producen invasiones intermitentes de los folículos pilosos y de la epidermis no infestados. El epitelio invadido se cornifica y se separa formando una costra. En las costras húmedas, la humedad aumenta la proliferación y liberación de zoosporas a partir de las hifas. Una concentración elevada de dióxido de carbono, causada por una población densa de zoosporas, acelera su escape a la superficie cutánea, completando así el singular ciclo biológico.

Hallazgos clínicos de la dermatofilosis en animales

La dermatofilosis se observa en animales de todas las edades, pero es más prevalente en los jóvenes, en animales expuestos permanentemente a la humedad y en los hospedadores inmunodeprimidos. Las lesiones en el hospedador pueden variar de agudas a crónicas. La edad, el sexo y la raza no parecen afectar a la sensibilidad del hospedador. El prurito es variable. La mayoría de los animales afectados se recuperan espontáneamente durante las 3 semanas posteriores a la infección inicial (siempre y cuando no se produzca la maceración crónica de la piel). Por lo general, el clima seco acelera la curación. Las lesiones cutáneas no complicadas se curan sin formación de cicatrices. Estas infecciones normalmente tienen poco efecto sobre la salud general del animal.

Los animales con infecciones generalizadas graves a menudo pierden condición corporal y presentan dificultad en el movimiento y la prensión si están afectados gravemente las pezuñas, los labios y el hocico; a estos animales a menudo se les envía al matadero como incurables. A veces se producen muertes, especialmente en terneros y corderos, debido a la enfermedad generalizada con o sin infección bacteriana secundaria e infestación secundaria por moscas o gusanos barrenadores. Las consecuencias económicas primarias son cueros dañados en el ganado vacuno, pérdida de lana en las ovejas y cojeras y pérdida de rendimiento en caballos con afectación grave alrededor de la zona de las cuartillas. El ganado vacuno con lesiones que cubran >50 % de la superficie corporal es probable que enferme gravemente.

Lesiones

La distribución de las lesiones macroscópicas de la dermatofilosis en ganado bovino, ovino y equino suele correlacionarse con los factores predisponentes que reducen o penetran las barreras naturales del tegumento.

En el ganado vacuno, las lesiones pueden observarse en tres etapas:

  • Etapa 1: pelos enmarañados como lesiones de pincel.

  • Etapa 2: formación de costras a medida que se unen las lesiones iniciales.

  • Estadio 3: acumulación de material queratinizado cutáneo que forma lesiones parecidas a verrugas de 0,5-2 cm de diámetro.

Las lesiones típicas consisten en penachos de pelo levantados y enmarañados. La mayoría de las lesiones asociadas con una humectación prolongada de la piel se distribuyen sobre la cabeza, las superficies dorsales del cuello y cuerpo, y las superficies laterales superiores del cuello y pecho. El ganado vacuno que permanece durante largos periodos en aguas profundas y lodo desarrolla lesiones en zonas como los pliegues cutáneos de las superficies flexoras de las articulaciones. En las vacas lecheras se pueden presentar lesiones a modo de pápulas exudativas y costrosas en la ubre. Las lesiones iniciadas por la picadura de moscas (vectores mecánicos) se encuentran principalmente en el dorso, mientras que las inducidas por garrapatas se encuentran sobre todo en la cabeza, las orejas, las axilas, la ingle y el escroto.

Las infecciones crónicas de la lana de palo se caracterizan por masas en forma de pirámides o material descamado mezclado con las fibras de lana. Las costras se localizan principalmente en las zonas dorsales del cuerpo e impiden el esquilado de las ovejas; las plantas espinosas a menudo predisponen a lesiones en los labios, las piernas y los pies. El "pedero frambuesa" es una dermatitis proliferativa que afecta a la piel desde la corona hasta el carpo o el corvejón.

Las lesiones en caballos con el pelaje largo del invierno son similares a las del ganado vacuno y se desarrollan con pelo apelmazado y lesiones en pincel que conducen a la formación de costras o de pus amarillo verdoso bajo las costras más grandes. Con el pelo corto de verano, el apelmazamiento y la formación de costras es poco común; la pérdida de pelo con un efecto de pincel fino puede ser extensa. La humectación persistente de los metacarpos en patios húmedos, establos o en pastos conduce a la infección de las extremidades inferiores; las extremidades blancas y los labios y la nariz blancos se ven más afectados. La enfermedad generalizada también está asociada a un tiempo prolongado bajo humedad. Los brotes se producen en granjas con caballos previamente afectados.

El examen histopatológico revela las hifas ramificadas características, con tabicado multidimensional, células cocoides y zoosporas en la epidermis. Los microorganismos normalmente son abundantes en las lesiones activas, pero pueden ser escasos o estar ausentes en las lesiones crónicas.

Diagnóstico de la dermatofilosis en animales

  • La prueba diagnóstica más práctica es el examen citológico de lesiones recientes.

El diagnóstico presuntivo de dermatofilosis depende en gran medida de la aparición de lesiones en animales clínicamente enfermos y de la demostración de D congolensis en citologías o cortes histológicos de las costras. El diagnóstico definitivo se establece mediante la demostración del microorganismo en preparaciones citológicas, el aislamiento mediante cultivo y/o la biopsia de piel. Se ha desarrollado una técnica de inmunoflurorescencia indirecta y una prueba de ELISA de dilución simple para amplios estudios serológicos y epidemiológicos.

La prueba diagnóstica más práctica es el examen citológico de costras frescas y/o frotis de impresión de la parte inferior de las lesiones recién avulsionadas. Las costras frescas se desmenuzan con un bisturí estéril y se colocan sobre un portaobjetos con varias gotas de suero salino. El portaobjetos se deja secar al aire y luego se tiñe con una tinción rápida de Giemsa o Romanowsky. Los microorganismos observados bajo el aceite de inmersión presentan 2-6 hileras paralelas de cocos grampositivos como si fuesen raíles de tren. Los diagnósticos diferenciales incluyen la dermatomicosis en la mayoría de las especies, las verrugas y la dermatosis nodular contagiosa en el ganado vacuno, el ectima contagioso en las ovejas y la dermatofitosis y las enfermedades descamativas inmunomediadas en los caballos (p. ej., pénfigo foliáceo).

Tratamiento y control de la dermatofilosis en animales

  • Antibióticos tópicos y sistémicos, junto con cambios en el manejo de la cría para mantener al animal seco

Anteriormente se pensaba que los animales con infección aguda normalmente se curaban rápida y espontáneamente, por ello el tratamiento estaba indicado solo por razones estéticas en animales productores de alimentos. Sin embargo, en ciertas partes del mundo, la enfermedad se asocia con una morbilidad y mortalidad significativa, pérdida de la condición corporal, disminución de la producción de leche y aumento del recuento de células somáticas en la leche. En caballos se recomienda el tratamiento porque estas lesiones pueden interferir con actividad diaria y son dolorosas.

Los organismos son sensibles a una amplia gama de antimicrobianos: eritromicina, espiramicina, penicilina G, ampicilina, cloranfenicol, estreptomicina, amoxicilina, tetraciclinas y novobiocina. En animales de producción, el uso tópico de sulfuro de cal es un coadyuvante rentable del tratamiento antibacteriano. Los insecticidas aplicados externamente se usan a menudo para controlar a los insectos que pican.

En los caballos, las lesiones deben remojarse y eliminarse suavemente. La terapia con champú antibacteriano tópico es eficaz como terapia adyuvante. Se recomienda la clorhexidina, que no es irritante.

Aislar o sacrificar animales clínicamente afectados y controlar ectoparásitos son los métodos que se utilizan para romper el ciclo infeccioso. Es importante prevenir la maceración crónica de la piel y mantener secos a los animales. Los niveles de zinc deben controlarse en la alimentación del ganado vacuno, ya que los brotes se han asociado con deficiencias de zinc.

Riesgo zoonótico de la dermatofilosis en animales

La dermatofilosis puede transmitirse a las personas. El contacto directo con un animal infectado puede provocar infecciones en las manos y en los brazos. Los animales afectados deben manipularse con guantes y se recomienda lavarse bien las manos con un jabón antibacteriano después del contacto con un animal infectado.

Puntos clave

  • La dermatofilosis es una enfermedad bacteriana de la piel, y afecta a las áreas clave del dorso y de las extremidades. El microtraumatismo y la enuresis crónica son factores desencadenantes claves de la enfermedad.

  • La citología rutinaria a partir de costras o frotis de impresión bajo las costras es la prueba diagnóstica más rentable. El microorganismo se observa mejor bajo aceite de inmersión.

  • El tratamiento requiere antibióticos tópicos y sistémicos (si es posible y legal). El antimicrobiano tópico de elección es la clorhexidina.

  • Los cambios en el manejo que mantienen al animal seco son importantes.

Para más información