Los mosquitos son miembros de la familia Culicidae. Entre los géneros importantes están Aedes, Anopheles, Culex, Culiseta y Psorophora. Aunque son dípteros pequeños y frágiles, los mosquitos son probablemente uno de los artrópodos hematófagos más voraces. Se han descrito aproximadamente 300 especies en todo el mundo, de las cuales ~150 se localizan en las regiones templadas de América del Norte. Los mosquitos se encuentran en zonas tan diversas como las marismas saladas de las llanuras costeras, los neveros o pozos de nieve situados a una altura de 4300 m o las minas de oro de la India a 1100 m por debajo del nivel del mar. El volumen de agua en el que los mosquitos se reproducen varía desde el del interior de una lata vacía o de una oquedad de un árbol, hasta el de grandes charcos poco profundos con agua acumulada y estancada, ya sea por la lluvia o por nieve derretida.
Los mosquitos ponen sus huevos en la superficie del agua estancada (p. ej., Aedes y Psorophora spp) o en un sustrato (como el suelo húmedo), donde los huevos eclosionan después de que se inunde por la lluvia, la irrigación, el deshielo, etc. Los mosquitos en fase de larva se conocen como serpenteantes, mientras que en el estadio de pupa se conocen como giratorios. Estos estadios son siempre acuáticos y se encuentran en una amplia variedad de hábitats. Se pueden producir un gran número de mosquitos a partir de huevos puestos en una cantidad relativamente pequeña de agua. Algunas especies tienen varias generaciones por año. Los hábitos de vuelo de los mosquitos adultos varían según la especie; algunas Aedes sp migran a muchos kilómetros en busca de su hábitat larvario acuático. Con vientos fuertes, los mosquitos pueden ser transportados a grandes distancias. Algunas especies pasan el invierno en el estadio de huevos, mientras que otras lo hacen como adultos.
Patología de los dípteros de los animales
Solo las hembras de los mosquitos ingieren sangre de forma activa, ya que la necesitan para poner huevos. Los machos se alimentan de néctar, jugos de plantas y otros líquidos. Los mosquitos molestan a los animales de producción, causan pérdida de sangre y transmiten enfermedades. Al mismo tiempo, las toxinas inyectadas durante la picadura pueden causar efectos sistémicos. La alimentación de un gran número de enjambres de mosquitos puede provocar una anemia en los animales domésticos. Aunque se sabe que transmiten el paludismo, la fiebre amarilla, el dengue y la elefantiasis en personas, los mosquitos probablemente son más conocidos en medicina veterinaria como los hospedadores intermediarios del gusano del corazón canino (Dirofilaria immitis) y como el vector de las encefalitis virales equinas, incluido el virus del Nilo Occidental. Los perros y gatos rara vez se infectan con el virus del Nilo Occidental a través de la picadura de un díptero y permanecen asintomáticos. Actualmente no hay evidencia de que los perros o los gatos puedan infectarse con el virus Zika, otro virus transmitido por dípteros.
Anopheles quadrimaculatus es el hospedador intermediario del paludismo (Plasmodium spp) en las personas y en otros primates. Aedes aegypti es el mosquito de la fiebre amarilla, cuyo virus se transmite entre personas. Psorophora columbiae es una grave plaga en los animales de producción y también en las personas en los arrozales de Luisiana y Arkansas. Culex tarsalis es un importante vector de la encefalitis equina del oeste y se encuentra en el oeste, parte central y sur de EE. UU. Aedes vexans es una especie molesta importante que se encuentra en el medio oeste. Aedes albopictus es una especie asiática recientemente introducida en EE. UU., que también transmite la fiebre amarilla, el dengue y la encefalitis equina. Ciertos Mansonia spp son plagas graves de los animales de producción en Florida. En América Central y del Sur, la mosca hembra adulta Dermatobia hominis fija sus huevos en una especie del mosquito Psorophora, que entonces los transmite al hospedador mamífero durante la alimentación.
Diagnóstico de los dípteros de los animales
Los dípteros adultos se recolectan con mayor frecuencia usando trampas para mosquitos en el campo y no se encuentran en los animales. Los mosquitos adultos tienen 3-6 mm de longitud y son delgados, con cabezas pequeñas esféricas y patas largas. Las venas de las alas, el cuerpo, la cabeza y las patas están cubiertas con pequeñas escamas en forma de hojas. Las largas antenas filamentosas tienen 14-15 segmentos y son plumosas en los machos de la mayoría de las especies. También tienen probóscides diseñadas para lacerar los vasos sanguíneos pequeños y chupar la sangre almacenada. La identificación de la plétora de especies de mosquitos (estadios adultos, larvarios y pupales) debe realizarla preferentemente un entomólogo.
Tratamiento y control de los dípteros de los animales
El control a gran escala de los dípteros requiere la eliminación sistemática y la modificación de los ambientes acuáticos y semiacuáticos.
La protección de algunas especies animales (como los perros) de las picaduras de dípteros se puede lograr con repelentes e insecticidas registrados.
El control de los mosquitos en un área determinada implica la cooperación de muchos individuos y puede llevarse a cabo con éxito si se cuenta con personal experimentado y equipos apropiados. Deben eliminarse o reducirse las zonas que puedan servir como lugares de reproducción para las larvas de mosquito. Además, los programas de área suelen incluir un uso extensivo de larvicidas; sin embargo, los larvicidas de mosquitos pueden alterar el equilibrio ecológico normal dentro de un ecosistema. Recientemente ha tenido éxito el uso de diversas especies de peces como controles ecológicos. En el caso de una eclosión masiva de mosquitos adultos, especialmente cuando existe la posibilidad de que transmitan enfermedades, puede ser necesario aplicar un insecticida activo contra los insectos adultos.
Se aconseja proceder con cautela cuando se emprendan programas de tratamiento de áreas, porque otros muchos organismos (p. ej., peces, langostinos y abejas) pueden quedar expuestos a los efectos de los insecticidas. Debe consultarse a un entomólogo oficial local sobre los materiales apropiados para su uso en los animales o dentro de las instalaciones. Estos programas a gran escala suelen coordinarlos agencias regionales para la lucha contra los mosquitos u otros organismos gubernamentales.
Es difícil para los productores individuales proteger a sus animales; rociar aerosoles residuales sobre los animales no impide que las hembras que se alimentan se posen, y los repelentes actualmente disponibles no proporcionan suficiente protección durante las eclosiones masivas. La protección contra los mosquitos adultos puede lograrse aplicando un insecticida en forma superficial, y en algunos casos aérea, durante la época de eclosión máxima. Según las condiciones locales, esta protección puede durar muy poco. A los animales valiosos se les debe albergar en establos cerrados o locales protegidos con mosquiteras, cuyo interior se haya fumigado con un insecticida aprobado para destruir los mosquitos existentes. Puede lograrse un alivio temporal mediante un rociado o "pincelado" de materiales disponibles comercialmente.
Se debe evitar pasear a las mascotas o que corran libremente a primera hora de la mañana o a primera hora de la noche, momento de mayor abundancia de mosquitos adultos, con el fin de reducir la exposición a sus picaduras. El imidacloprid se ha utilizado para la prevención tópica y para el tratamiento de garrapatas, pulgas y mosquitos en los perros y cachorros de ≥7 semanas de edad, con >0,91 kg de peso. Se ha demostrado que repele a las hembras de dípteros adultos durante un periodo de hasta 4 semanas. Desafortunadamente, no puede emplearse en gatos. Los mosquitos no se sienten atraídos por la luz; por eso, los aparatos de electrocución no son efectivos en el control de los mosquitos, e incluso pueden ser perjudiciales, ya que pueden destruir insectos beneficiosos que se alimenten de mosquitos.
Una combinación de dos compuestos, el imidacloprid y la permetrina, actúa para repeler y matar las muchas especies de mosquitos hematófagos que a menudo se alimentan en los perros. De manera similar, una combinación de fipronil y permetrina en una solución para aplicación localizada ha demostrado ser segura y eficaz en perros para controlar las infestaciones por dípteros. La aplicación mensual de estos productos repelen y matan a los mosquitos, lo que impide su actividad hematófaga y ayuda ostensiblemente a prevenir la transmisión de organismos como Dirofilaria immitis de perro a perro. Estos productos no deben usarse en gatos.