Los melófagos ovinos (Melophagus ovinus), también conocidos como "garrapatas de ovinos", son uno de los parásitos externos de las ovejas más ampliamente distribuidos e importantes. También hay pupíparos que parasitan a los ciervos en América del Norte (Lipoptena depressa y Neolipoptena ferrisi).
Los melófagos son dípteros ápteros. El individuo adulto tiene ~7 mm de longitud, color marrón o rojizo y está cubierto con cerdas cortas. La cabeza es corta y ancha, y las patas son fuertes y están armadas con fuertes garras.
La hembra produce una sola larva completamente desarrollada, que se cementa a la lana y se transforma en crisálida en 12 h. Al cabo de ~22 días aparece una mosca joven. Las hembras viven 100-120 días, tiempo en el que producen ~10 larvas; los machos viven ~80 días. Todo el ciclo biológico transcurre en el hospedador. Los melófagos que se desprenden del hospedador suelen sobrevivir <1 semana y suponen poco peligro de infestación para un rebaño. El número de melófagos aumenta durante el invierno y principios de la primavera, épocas en las que el insecto se difunde rápidamente por el rebaño, especialmente cuando las ovejas están reunidas en espacios pequeños con el fin de recibir alimentos o refugiarse.
Patología de los melófagos ovinos
Para alimentarse, los melófagos ovinos perforan la piel con sus mandíbulas y chupan la sangre. Normalmente se alimentan en el cuello, el pecho, los hombros, los flancos y los cuartos traseros, pero no en el lomo, donde la lana presenta polvo y otros materiales de desecho. Su picadura produce prurito en gran parte del cuerpo del hospedador; las ovejas con frecuencia se muerden, rascan y frotan a sí mismas, y dañan de esta manera la lana. El vellón se hace fino, desigual y sucio. El excremento de los melófagos produce una pigmentación permanente de la lana, lo que probablemente reducirá su valor comercial. También causan un defecto que afecta al grado y valor de la piel de la oveja. Las ovejas infestadas, especialmente los corderos y las hembras preñadas, pueden perder la vitalidad y reducir su rendimiento. Las infestaciones numerosas pueden deteriorar de forma considerable el estado general del hospedador e incluso producir anemia. Los melófagos también transmiten Trypanosoma melophagium, un parásito protozoario no patógeno de las ovejas.
Diagnóstico de melófagos ovinos
Una inspección a fondo de la lana dañada y sucia, así como de la piel subyacente, revela la existencia de una infestación por la apariencia única de estas moscas peludas sin alas.
Tratamiento y control de melófagos ovinos
Los melófagos son sensibles a los productos químicos y a los baños.
Los insecticidas con actividad residual son necesarios para los melófagos emergentes.
El esquileo elimina muchas crisálidas e individuos adultos. Por lo tanto, esquilando a las madres antes de la parición y tratándolas posteriormente con insecticida para controlar los melófagos restantes, se puede reducir enormemente la posibilidad de que los corderos se infesten. Las ovejas normalmente se tratan después del esquileo, y los mejores resultados se obtienen si se usa un insecticida con actividad residual de ≥3-4 semanas Por este medio también pueden destruirse los melófagos que salen de las crisálidas. Los tratamientos modernos utilizados para el control de los piojos también los controlan.
La inmersión es igualmente un eficaz método de tratamiento. La inmersión completa de la oveja en tanques asegura la destrucción de todos los melófagos presentes, pero, en la mayoría de los casos, no destruye las crisálidas; se requiere un insecticida de larga acción para matar a los melófagos que acaban de emerger. Los grandes rebaños de ovejas en pastoreo deben tratarse en un tanque de inmersión de construcción permanente. Los rebaños más pequeños y los rebaños de granjas pueden tratarse con éxito en tanques de inmersión portátiles de hierro galvanizado o en tanques pequeños, tinas o bolsas de inmersión de lona.
La pulverización puede ser tan eficaz como la inmersión y es más conveniente en algunas áreas. Se suelen emplear con frecuencia presiones de 7-14 kg/cm2 para lana corta y de 21-28 kg/cm2 para lana larga.
A veces también se usa la ducha: las ovejas se introducen en un corral especial, donde reciben una ducha desde arriba y desde abajo hasta saturar el vellón. El líquido utilizado que ha caído se devuelve a la circulación y la concentración de insecticida utilizada es la misma que para la inmersión. La concentración del insecticida puede reducirse rápidamente y hacerse ineficaz si no se siguen estrictamente las instrucciones para restaurarla.
El chorro implica la aplicación forzada del insecticida por medio de un peine manual de chorros múltiples, que se pasa a través del vellón corto. Aunque es un poco más lento y menos eficaz que las inmersiones o los rociados, puede tener ventajas en el caso de rebaños más pequeños, pues es económico y no necesita una instalación permanente.
Las fórmulas de los piretroides más recientes para aplicación local o por rociado son fáciles de aplicar y muy eficaces.
El espolvoreado a presión se adapta bien a las prácticas de manejo durante la época del esquileo. Es rápido y económico, y evita mojar a los animales. Hay varios tipos de equipos disponibles comercialmente para el espolvoreado.