La pitiriasis rosada (dermatitis pustulosa de la psoriasis) es una enfermedad esporádica de etiología desconocida de los cerdos, por lo general de 8-14 semanas de edad, pero ocasionalmente de tan solo 2 semanas y muy rara vez en cerdos de 10 meses. Pueden estar afectados uno o más animales de una lechada.
Fotografía de la extremidad trasera de un cerdo con pitiriasis rosada. Obsérvense las múltiples lesiones, que incluyen lesiones pequeñas en forma de anillo en fase inicial y las más antiguas, anillos más grandes, que se expanden desde el centro.
Cortesía del Dr. Ranald D. A. Cameron.
Fotografía de las lesiones de pitiriasis rosada en el abdomen ventral y las extremidades posteriores en un cerdo joven. Obsérvese el aspecto abultado y rojo con escamas secas en la parte central que indica la cicatrización desde el centro, ya que las lesiones en forma de anillo se extienden hacia fuera.
Cortesía del Dr. Ranald D. A. Cameron.
Fotografía del abdomen y flanco de un cerdo con pitiriasis rosada. Obsérvense las lesiones típicas en forma de anillo con perímetros rojos elevados y áreas centrales en curación.
Cortesía del Dr. Ranald D. A. Cameron.
Los signos clínicos debidos a la pitiriasis rosada suelen ser leves, pero se han descrito anorexia y diarrea transitorias. Las primeras lesiones cutáneas se caracterizan por pequeñas pápulas eritematosas que rápidamente se expanden hasta formar un anillo con bordes distintivos elevados y enrojecidos. Las lesiones se agrandan en la periferia y pueden unirse con otras lesiones adyacentes. El centro de la lesión es plano y está cubierto con escamas similares a las del salvado, que se superponen a la piel normal. Las lesiones se producen predominantemente en el abdomen ventral y en la parte interna de los muslos; sin embargo, en ocasiones pueden aparecer en el dorso, el cuello y las patas. La ausencia de prurito es característica, y la recuperación se produce de forma espontánea en 6-8 semanas. El tratamiento suele considerarse innecesario.
El diagnóstico por lo general puede hacerse a partir de las lesiones características, pero las pruebas de laboratorio, el cultivo y la biopsia de tejido pueden analizarse para diferenciarla de la dermatomicosis, la epidermitis exudativa, la dermatosis vegetante y la viruela porcina.
La enfermedad se considera parcialmente hereditaria, aunque se desconoce el modo de herencia; se afectan más comúnmente los cerdos de raza Landrace. La enfermedad no se parece clínica o anatomopatológicamente a la pityriasis rosea in humans.
Las lesiones parecen ser más extensas en los cerdos criados en elevadas densidades de población con alta temperatura y humedad ambiental. En estas condiciones, es frecuente la infección bacteriana secundaria (p. ej., por Staphylococcus hyicus). El tratamiento tiene poco valor y no afecta al curso de la enfermedad; no obstante, puede ser recomendable el tratamiento dirigido a controlar las infecciones secundarias.