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Poliartritis por clamidia en grandes animales

(Serositis transmisible)

PorStephen B. Adams, DVM, DACVS
Última revisión/modificación abr 2022

La poliartritis por Chlamydia es una enfermedad infecciosa económicamente importante que afecta a ovejas, terneros, cabras y cerdos. La poliartritis por clamidia es frecuente en los corderos de cebadero y tiene una alta morbilidad pero una mortalidad muy baja. Los signos clínicos en todas las especies incluyen fiebre y cojera. El tratamiento antimicrobiano es eficaz.

La poliartritis por Chlamydia es una enfermedad infecciosa que afecta a ovejas, terneros, cabras y cerdos.

Etiología de la poliartritis por clamidia en grandes animales

Las cepas del agente causal de la poliartritis por clamidia, Chlamydophila (Chlamydia) pecorum (reclasificado de Chlamydophila [Chlamydia] psittaci), aisladas de las articulaciones afectadas de ovejas y terneros son idénticas; sin embargo, los antígenos específicos de la cepa en sus paredes celulares las diferencian de las cepas que causan abortos en ovejas y vacas (consulte Aborto en grandes animales).

El tracto GI es de gran importancia en la patogenia de la poliartritis por clamidias (consulte Infecciones intestinales por clamidias). La enfermedad se ha reproducido experimentalmente mediante inoculación oral. Ya que se puede recuperar Chlamydia de las heces de terneros y corderos clínicamente sanos, es muy probable que sea en el tracto digestivo donde el hospedador y el patógeno se mantengan en equilibrio. Si hay un desplazamiento a favor de las clamidias, se produce una infección sistémica y clamidemia; el último lugar de replicación es la membrana sinovial. El tracto GI también ha sido infectado después de inoculaciones intraarticulares experimentales.

Epidemiología de la poliartritis por clamidia en grandes animales

La poliartritis por Chlamydia se produce en corderos en pasto, en granjas y en cebaderos. La poliartritis clamidial de las ovejas fue descrita por primera vez en Wisconsin y desde entonces se ha reconocido en el oeste de EE. UU., Australia y Nueva Zelanda. La enfermedad se identificó en terneros de EE. UU., Australia y Austria, y en cerdos de Austria, Bulgaria y EE. UU. La incidencia de la enfermedad en las ovejas en el campo es más alta entre finales del verano y principios del invierno. La poliartritis por clamidia es frecuente en los corderos de cebadero y tiene una alta morbilidad pero una mortalidad muy baja. En ovejas y cabras, la morbilidad puede ser del 5-75 %. Las pérdidas económicas son el resultado de la reducción de las tasas de crecimiento y de los costes de tratamiento. La enfermedad afecta al ganado vacuno de todas las edades, pero los terneros de 4-30 días de edad están más gravemente afectados. Las clamidias se excretan en las heces y la orina, y se transmiten por ingestión o, en algunos casos, por inhalación.

Hallazgos clínicos de la poliartritis por clamidia en grandes animales

En ovejas y cabras, pueden producirse rigidez, cojera, hiporexia o anorexia y conjuntivitis. Las ovejas afectadas están deprimidas y reacias a moverse y suelen dudar en ponerse en pie y descansar sobre una o más extremidades; sin embargo, pueden "calentarse" tras un ejercicio forzado y perder algo de la rigidez y cojera.

Los terneros pueden tener fiebre, estar moderadamente alerta, y suelen mamar si se acercan a la madre y se los sostiene mientras lo hacen. Invariablemente presentan diarrea, que puede ser grave. Los terneros afectados adoptan una posición encorvada mientras están de pie, las articulaciones de las extremidades suelen estar hinchadas, y la palpación causa dolor. La afectación del ombligo y los signos nerviosos no son evidentes.

La poliartritis por clamidia se ha reconocido tanto en cerdos de avanzada edad como en lechones jóvenes. Los lechones afectados desarrollan fiebre y anorexia y pueden presentar catarro nasal, dificultad respiratoria y conjuntivitis. Esta enfermedad no se ha diferenciado claramente de otras infecciones causantes de poliserositis y artritis en los cerdos.

Lesiones

Los cambios tisulares más notables se producen en las articulaciones. No es frecuente advertir el engrosamiento de las articulaciones en los corderos; sin embargo, en los casos crónicos avanzados, las articulaciones de la rótula, el corvejón y el codo pueden estar ligeramente agrandadas. En los terneros, el edema subcutáneo periarticular a lo largo de las vainas de los tendones y los sacos sinoviales llenos de líquido y fluctuantes contribuyen a la distensión de las articulaciones. La mayoría de las articulaciones afectadas de corderos o terneros contienen un exceso de líquido sinovial turbio de color amarillo grisáceo. Las escamas y placas de fibrina en los recesos articulares afectados pueden adherirse firmemente a las membranas sinoviales. Las cápsulas de las articulaciones están engrosadas. El cartílago articular está liso y no hay erosiones o prueba de cambios compensatorios marginales. Las vainas de los tendones de los corderos y terneros gravemente afectados pueden estar distendidas y contener exudado amarillo grisáceo cremoso. Los músculos circundantes están hiperémicos y edematosos, con petequias en sus planos fasciales asociados.

Diagnóstico de la poliartritis por clamidia en grandes animales

  • Fiebre alta

  • Renuencia a moverse debido a la cojera en una o más articulaciones.

La anamnesis, la exploración clínica y los cambios anatomopatológicos en las articulaciones y otros órganos pueden ser valiosos en el diagnóstico de la poliartritis por clamidia. El examen citológico de los líquidos o tejidos sinoviales puede revelar cuerpos elementales de clamidias o inclusiones citoplasmáticas en las células. El aislamiento e identificación del agente causante a partir de las articulaciones afectadas confirman el diagnóstico. Los cultivos bacteriológicos de las articulaciones afectadas no suelen producir crecimiento; sin embargo, se pueden aislar ocasionalmente Escherichia coli o estreptococos. Si las articulaciones de terneros jóvenes presentan artritis y no existen lesiones en el ombligo, debe considerarse la poliartritis clamidial.

Las características clínicas y patológicas distinguen a la poliartritis clamidial de la mayoría de las otras afecciones que causan rigidez y cojera en los corderos. Los corderos con deficiencia mineral u osteomalacia no suelen presentar fiebre. La osteogénesis anormal en estos dos trastornos y las distintas lesiones de la enfermedad del músculo blanco son prácticamente patognomónicas. En artritis causadas por Erysipelothrix rhusiopathiae hay depósitos y picado de las superficies articulares, fibrosis periarticular y formación de osteofitos. La laminitis causada por el virus de la lengua azul puede diferenciarse clínica y etiológicamente. Es necesario realizar investigaciones microbiológicas detalladas para diferenciar la artritis por clamidia de la artritis por micoplasma.

Tratamiento y prevención de la poliartritis por clamidia en grandes animales

Si se inicia pronto, el tratamiento con penicilina de acción prolongada, tetraciclinas o tilosina parece ser beneficioso para la poliartritis por clamidia. Las lesiones más avanzadas no responden satisfactoriamente. La administración de clortetraciclina (150-200 mg/día) a los corderos afectados reduce la incidencia de poliartritis por clamidia en los cebaderos. No se dispone de vacunas aprobadas.

Puntos clave

  • La poliartritis por clamidia, la artritis y encefalitis caprina y la poliartritis por micoplasma en cabras son enfermedades infecciosas de los pequeños rumiantes que causan pérdidas económicas considerables.

  • Los procedimientos de manejo para disminuir o prevenir estas enfermedades son útiles para disminuir las pérdidas.

Para más información

  • Baird AN, Pugh DG. Sheep and Goat Medicine. 2nd ed. Elsevier Saunders, 2012.