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Cojeras en cerdas de reposición, reproductoras y verracos

PorJerry L. Torrison, DVM, PhD, DACVPM
Revisado/Modificado sept 2015

Después de un fallo reproductivo, la cojera suele ser la razón más importante para la eliminación del ganado reproductor del rebaño. La cojera en los cerdos reproductores puede dar lugar a lo siguiente: 1) una mayor tasa de reposición de los animales reproductores con el consiguiente aumento del riesgo de introducción de enfermedades; 2) una incapacidad para mantener un programa de reproducción debido a un grupo poco fiable de cerdos reproductores y, finalmente, un impacto en el flujo de cerdos en el área de cebo/acabado; 3) aumento de los costes de mantenimiento de animales reproductores adicionales; 4) peor rendimiento reproductivo debido a la sustitución regular de cerdas cojas por cerdas jóvenes; 5) menor crecimiento y menor eficiencia alimentaria en la progenie debido a una mayor proporción de cerdos producidos por cerdas primíparas; 6) la reducción de los lechones nacidos vivos debido a la mayor tasa de mortinatos en las cerdas cojas y la reducción del tamaño de la camada posterior debido a una ingesta deficiente de alimentos durante la lactación; 7) aumento de la mortalidad antes del destete debido a cerdas torpes y cojas que pisan o se tumban sobre los lechones; 8) reducción del peso al destete de los cerdos debido a la reducción de la ingesta de alimento de las cerdas en lactación; 9) reducción del valor de recuperación de las cerdas desechadas debido al aumento de la pérdida de peso durante la lactación y a la mortalidad de las cerdas; y 10) reducción de la fertilidad en verracos sanos que trabajan en exceso mientras que otros están cojos o están siendo reemplazados. En resumen, el impacto de la cojera en reproducción en el rendimiento biológico y económico de una granja puede ser sustancial.

Muchas enfermedades que afectan a los cerdos de cebo-acabado ( ver Cojeras en cerdos en lotes de cebo/acabado) también pueden afectar a las primíparas y verracos seleccionados como partidas para la reproducción. La artritis causada por Mycoplasma hyosynoviae, o erisipela aguda o crónica, puede ocasionar una cojera incapacitante. La poliartritis y la poliserositis causada por M hyorhinis se han producido en ocasiones en estos cerdos de más edad. Los cerdos adultos predispuestos y estresados pueden sucumbir a M hyorhinis con fiebre alta y una cojera más grave de la que se desarrolla en cerdos de transición. Asimismo, Haemophilus parasuis puede desarrollarse como una enfermedad epidémica aguda en cerdas jóvenes procedentes de rebaños libres de la bacteria después de entrar en un rebaño infectado endémicamente. Puede producirse una elevada morbilidad e incluso una mortalidad bastante refractaria al tratamiento.

Si el raquitismo o la debilidad esquelética fue un problema en la fase de crecimiento, los cerdos que pudieron ser afectados no deberían conservarse como lote para la reproducción. La marcha debería ser valorada como un factor a la hora de seleccionar animales reproductores. Los cerdos con anomalías en la conformación de sus extremidades o ambulación restringida o anormal deberían ser sacrificados. Se deben valorar los pies para observar la uniformidad entre ellos, la angulación de los dedos, al igual que la integridad de la pared, suela y talón. Si se identifica algún problema, incluyendo rasgos anormales como el crecimiento excesivo de los dedos mayores o secundarios en una línea particular de cerdos, estos cerdos también deben ser sacrificados.

Raquitismo, osteomalacia y osteoporosis:

Estos síndromes pueden afectar a uno o más grupos de edad de cerdos, con varias consecuencias clínicas. Muchos cerdos, incluyendo los reproductores, van a matadero antes de que su esqueleto haya madurado completamente; algunas placas de crecimiento son funcionales hasta los 3,5 años de edad y, por lo tanto, están predispuestas a cambios raquíticos u otras modificaciones.

La osteomalacia se caracteriza por un exceso de osteoide no mineralizado o mal mineralizado, que se forma mientras se produce (o no) la formación de hueso. Por lo tanto, la osteomalacia es el componente del raquitismo ( ver Raquitismo:) que afecta a la placa de crecimiento y se describe en cerdos jóvenes. Por el contrario, la osteoporosis se desarrolla cuando el hueso establecido pierde mineral y masa por un proceso de osteólisis, una patogenia diferente de la del raquitismo o de la osteomalacia.

Las primíparas que tienen un desarrollo esquelético normal y son seleccionadas como reproductoras deben seguir satisfaciendo sus necesidades nutricionales, tanto para su propio esqueleto en crecimiento como, una vez preñadas, para el de los fetos en crecimiento. Esto puede derivar en osteomalacia si las cantidades de calcio, fósforo o vitamina D son inadecuadas o, en el caso de los minerales, inadecuadamente equilibradas. El problema se agrava aún más una vez que la cerda da a luz, debido a la secreción de calcio en la leche. La cerda primípara puede recurrir pronto a sus reservas esqueléticas y volverse osteoporótica. Dado que las cerdas pueden quedarse preñadas a los 7 días del destete, hay un periodo corto de recuperación de la masa esquelética entre un ciclo de cría y el siguiente, de modo que el esqueleto se vuelve progresivamente más débil. El ejercicio limitado también puede exacerbar la movilización de calcio y la pérdida ósea. En consecuencia, en las cerdas en gestación avanzada, durante la lactación, o pronto después del destete, los huesos que se han vuelto débiles son propensos a las fracturas. No es sorprendente que un número considerable de primerizas y cerdas de segundo parto sean descartadas debido a fracturas y cojera.

Los factores que pueden producir fracturas óseas incluyen el aprisionamiento de un miembro en o bajo las barras de la jaula de parto, la actividad durante el traslado de las cerdas de sus jaulas de parto, y las peleas cuando grupos nuevos de cerdas destetadas restablecen un orden social en la zona de cría o de gestación en condiciones de cría en grupos. Las cerdas montadas por otras cerdas que están en estro también son propensas a una lesión. Los sitios más frecuentes de fracturas son el húmero, el fémur, las vértebras lumbares y, en ocasiones, las costillas. Cualesquiera que sean los factores que provoquen las fracturas, las cerdas afectadas experimentan dolor, están gravemente cojas y sin ganas de moverse, o parapléjicas.

El diagnóstico se basa en una historia clínica de cojera grave o paraplejia en cerdas gestantes, lactantes o primíparas o cerdas recientemente destetadas. En ocasiones se puede detectar crepitación en las extremidades afectadas. Un examen neurológico puede ayudar a localizar lesiones espinales si una cerda está paralizada en las extremidades pélvicas. Las cerdas afectadas se deben descartar o sacrificar después de un diagnóstico inicial. La prevención a partir de una nutrición adecuada y ejercicio para cerdas jóvenes y adultas recorta el problema.

Osteomielitis y abscesos espinales:

Además de las causas sometidas a consideración en los cerdos de cebo-acabado, la osteomielitis también se puede desarrollar secundariamente a una fractura vertebral o una separación epifisaria. Es razonable suponer que puede ser una fuente de infección una "ducha" con microorganismos procedentes de heridas superficiales, abscesos, o del tracto respiratorio o GI. Trueperella pyogenes parece ser una causa frecuente de la supuración y de la formación de un absceso. Se ha descrito la osteomielitis de la epífisis radial en verracos jóvenes y cerdas.

La osteomielitis vertebral y los abscesos epidurales pueden causar diversos signos, incluidas cojera inespecífica, hipermetría, ataxia o parálisis flácida bilateral de las extremidades pélvicas. Excepto para la forma temporal del proceso infeccioso, clínicamente es difícil diferenciar un absceso destructivo u ocupante de espacio, de una fractura. Prescindiendo de la causa subyacente, la recuperación es improbable, y los cerdos se deberían eliminar.

Osteocondrosis y síndrome de debilidad de las patas (enfermedad articular degenerativa, condrodisplasia):

La enfermedad articular degenerativa (EAD) y el síndrome de debilidad de las patas son términos genéricos para un síndrome clínico que es una de las principales causas de cojera y descarte por cojera en el ganado reproductor porcino. Aunque estos trastornos se investigan más en cerdos de pura raza, pueden causar pérdidas elevadas en las explotaciones de cerdos comerciales. Dado el incremento en la escala de producción en muchas explotaciones y el cambio hacia los cerdos con un crecimiento más rápido, una mayor musculatura y un mayor peso en la finalización, la EDA y la debilidad de extremidades son situaciones críticas.

La osteocondrosis es una afección específica del desarrollo que representa la principal causa de EDA. La osteocondrosis es un defecto en el desarrollo del cartílago de las placas de crecimiento o del cartílago articular en los cerdos en crecimiento. La patogenia de la osteocondrosis se conoce cada vez más, pero todavía de forma incompleta. En la osteocondrosis, las placas de crecimiento son más propensas a fracturarse debido a las áreas de cartílago hipertrófico retenido que focalmente engrosan y debilitan el cartílago. Las lesiones se desarrollan cuando el cartílago articular de la cara interior de la superficie articular se vuelve necrótica, aparentemente debido a la pérdida de aporte vascular. El cartílago necrótico interfiere con el avance del frente de osificación y la osificación irregular resultante subyacente a las superficies del cartílago que soporta el peso es propensa a la fisuración ("lengüetas" de cartílago desplazados u osteocondrosis disecante), exponiendo el hueso endocondral y causando dolor y cojera. Las lesiones del desarrollo tienen una prevalencia muy alta en los cerdos jóvenes, pero en su mayoría se resuelven con la edad y el desarrollo posterior.

La osteocondrosis se manifiesta aparentemente en todas las principales razas de cerdos pura raza y razas híbridas comerciales. La condrodisplasia da lugar a la deformación de los huesos largos, especialmente del cúbito. Los cerdos que tienen deformidad en valgo o carpos permanentemente flexionados tienden a ser inadecuados para la venta como animales reproductores y pueden presentar cojera. Además, la epifisiólisis y la separación epifisaria se pueden precipitar por el debilitamiento de las placas de crecimiento subyacentes y dar lugar a una cojera incapacitante.

A pesar de que las lesiones que preceden o se desarrollan en la EAD, o que desembocan en deformidades de la extremidad, empiezan a desarrollarse en cerdos jóvenes, los problemas clínicos no se suelen producir hasta que los cerdos tienen >4-8 meses de edad. Con frecuencia, se afectan los cerdos de crecimiento más rápido, más musculados y más pesados. Al cabo de un tiempo algunos cerdos (si no son sacrificados) se recuperan de los episodios de cojera, pero pueden quedar deformidades. Los signos clínicos cambian dependiendo del lugar y la extensión de las lesiones y pueden variar desde rigidez y un paso acortado o afectado por una deformidad angular de la extremidad, a una cojera a tres patas, o una incapacidad para mantenerse en pie. Con más frecuencia, estos animales presentan sobrepeso, acentuando la cojera debido a lesiones bilaterales que afectan a múltiples articulaciones en el mismo cerdo. Los cerdos que "andan" con los carpos flexionados suelen tener una EAD grave en los codos, y los cerdos que "pliegan" sus miembros pélvicos bajo su abdomen en una posición que recuerda a "un elefante de circo balanceándose sobre una pelota" con frecuencia tienen EAD que afecta las rodillas, los huesos tarsotibiales o a las articulaciones en las apófisis intervertebrales.

Si se ha producido la separación de la epífisis de la cabeza femoral, el cerdo tiene dificultad para mantenerse en pie e inicialmente no utilizará la extremidad afectada. Un cerdo que tiene separación unilateral de la tuberosidad isquiática también tiene dificultad para mantenerse en pie y tendencia a deslizarse; si ambas tuberosidades están afectadas, el cerdo tiene una marcha saltando durante unos pocos pasos después de ser levantado y luego se colapsa. La gravedad de los signos clínicos en cualquiera de estas afecciones varía y las articulaciones con lesiones menos extensas parecen protegerse en la marcha si son más dolorosas que otras articulaciones degenerativas. Las lesiones articulares graves también se han visto en cerdos que no parecían estar cojos.

En los cerdos que tienen deformidades en las extremidades (p. ej., condrodisplasia que afecta la placa de crecimiento cubital distal), se ven placas de crecimiento engrosadas, irregulares en las radiografías o en la necropsia. En las articulaciones degenerativas hay un exceso de sinovia amarilla, y las vellosidades sinoviales pueden haber proliferado. Hay varias irregularidades de las superficies articulares, incluidos pliegues en el cartílago, fisuras en el cartílago, colgajos de cartílago y, en casos graves, cráteres y hueso subcondral expuesto. En casos crónicos se forman osteofitos, los fragmentos de cartílago desenganchados quedan encastrados en la sinovia y empiezan a osificarse, y los cráteres se llenan de fibrocartílago. Si las articulaciones vertebrales están afectadas, las vértebras finalmente se fusionan. Las placas de crecimiento que están más gravemente afectadas por la condrodisplasia son las de la parte distal del cúbito y las costillas, mientras que las articulaciones con mayor frecuencia afectados por la EAD incluyen el codo, la rodilla, y el corvejón, o las articulaciones sinoviales intervertebrales.

Se han investigado muchas causas potenciales de la EAD u osteocondrosis. Hay pruebas de un componente genético, porque dentro de las razas se ha identificado que los verracos específicos tienen una progenie con una mayor incidencia de osteocondrosis. Habitualmente resultan afectadas las razas y las líneas de cerdos que son pesados y bien musculados, principalmente en los perniles; sin embargo, los cruces para hibridar vigor (p. ej., para crear híbridos musculares de crecimiento más rápido) no resuelven el problema. Los cerdos de crecimiento más rápido en un grupo parecen tener mayor propensión para desarrollar lesiones, tanto en las placas de crecimiento como en las articulaciones, pero las lesiones son comparables una vez los cerdos de crecimiento más lento alcanzan el peso corporal de sus homólogos de crecimiento más rápido. La hormona del crecimiento puede afectar al metabolismo del condrocito y, con ello, influir en la aparición de las lesiones articulares.

La investigación sobre la manipulación de las concentraciones de energía, proteína, y minerales en la ración con la finalidad de influir sobre el desarrollo de lesiones no ha sido concluyente, incluso contradictoria. Ninguno de los desequilibrios o deficiencias de nutrientes, que solían asociarse con las lesiones del cartílago o del hueso (calcio, fósforo y vitaminas A, C y D), parecían exacerbar la osteocondrosis. La deficiencia o el exceso de zinc y manganeso pueden ser factores causales en la osteocondrosis, pero hay una escasez de pruebas de la investigación.

El estrés de la mezcla de cerdos parece tener poco impacto en la frecuencia de la osteocondrosis, pero se ha encontrado que los traumatismos causados por la manipulación o las condiciones de alojamiento afectan a la osteocondrosis clínica. La tasa de eliminación debida a cojeras de cerdas mantenidas en superficies duras es menor que la referida a las mantenidos sobre láminas, pero los beneficios de colocar cerdos con EAD en suelos de tierra o pasto no están claros. Aunque estos cerdos normalmente se vuelven clínicamente sanos en 6 semanas, son portadores potenciales de los síndromes.

Dado que la osteocondrosis y la EAD interfieren en la eficiencia de la producción, el pronóstico de los cerdos afectados es malo. En el mejor de los casos, se recomiendan estas prácticas: no seleccionar cerdos de reposición cojos o con una mala conformación, proporcionar unas raciones adecuadas para el crecimiento de un esqueleto fuerte, alojar a las primíparas en corrales de ≥1,1 m2 por animal y promover el ejercicio en suelos no resbaladizos. En lotes problemáticos se recomienda proporcionar un periodo de "habituación" externo. Esto comprende la adquisición de primerizas <75 kg de peso vivo, restringiendo su consumo de alimento para reducir su tasa de crecimiento, proporcionando ≥1,1 m2 por animal en corrales de suelo sólido o solo cubierto parcialmente con láminas, y retardar la reproducción hasta que tengan 8-10 meses de edad, y mantener alojadas las primerizas en corrales hasta el parto. Si se compra la reposición, se debe seleccionar un lote de cría conveniente y rechazar a los cerdos inferiores en el momento en que llegan a la granja.

Trastornos de las pezuñas:

Las lesiones de las patas pueden ser bastante frecuentes y graves entre las cerdas y los verracos y se ha demostrado que causan cojera y reducen la productividad y la longevidad de los animales reproductores. Las lesiones específicas que se asocian particularmente con la cojera incluyen lesiones de la línea blanca, grietas de la planta del talón y sobrecrecimiento del talón con erosiones, pero cualquiera de las lesiones puede ser significativa en casos individuales.

Al igual que con los cerdos en fase de finalización, el tipo y la condición de la suela son importantes con respecto al desarrollo de la lesión. El tipo de alojamiento y el tratamiento también son factores de riesgo importantes para varios tipos de lesiones de la pezuña. La nutrición, incluida la calidad del agua, puede afectar la tasa de crecimiento y la calidad de la pared córnea y del epitelio del talón.

Las infecciones bacterianas de la pezuña se pueden desarrollar en cerdos de cualquier edad, pero causan serias pérdidas en los cerdos de cría. Las infecciones bacterianas son a menudo una secuela de las lesiones del pie que permiten la penetración de bacterias en las estructuras sensibles subyacentes de la pezuña. Las infecciones de la pezuña se producen tanto en sistemas de confinamiento como de semiconfinamiento, con una morbilidad del 20-68 %. Con frecuencia solo está afectada una extremidad, y la cojera evoluciona hasta el punto en que el cerdo tiene una cojera a tres patas.

Las lesiones se suelen desarrollar gradualmente y la pata está hinchada. Las lesiones varían en gravedad y pueden incluir erosiones del talón, separación a lo largo de la línea alba, erosiones en la parte anterior del casco, erosiones de la suela, fisuras verticales de la pezuña, úlceras necróticas profundas, senos en la banda coronaria y fibrosis crónica. Se ha aislado una mezcla de microorganismos procedentes de las lesiones o identificados en extensiones a partir de las lesiones y de secciones de tejido. Estos incluían Trueperella pyogenes, Fusobacterium necrophorum, Borrelia suilla y una mezcla de cocos y bacilos gramnegativos y grampositivos.

Se establece un diagnóstico a partir de los signos clínicos y de un examen completo de las pezuñas. Idealmente, el examen completo del pie debe hacerse en un cerdo tumbado o adecuadamente sujeto. Si hay un problema en el lote, todas las cerdas deben ser examinadas. Siempre que sea posible, las patas de los cerdos de los rebaños afectados deben evaluarse en el matadero. El examen superficial de algunas lesiones menos extensas puede conducir a conclusiones inapropiadas de causa-efecto. Por lo tanto, para asegurar que las lesiones son suficientemente graves para ser la causa de la cojera, algunos cerdos se deben sacrificar para diagnosticar el problema y hay que seccionar sus pies o quitar las pezuñas tras sumergir el pie en agua a 60 °C durante 60 min para determinar si están afectados los tejidos blandos y los huesos del pie.

El tratamiento con penicilina de las infecciones aparentes en pies se realiza de forma habitual (200 000 UI en la lesión o 600 000 UI, IM), pero no se ha demostrado la efectividad y el éxito disminuye con la cronicidad de la lesión. La prevención es una estrategia más productiva a largo plazo, e implica mejorar la naturaleza y la limpieza del suelo, reducir la humedad, volver a allanar las áreas ásperas y abrasivas y asegurar una nutrición adecuada para la salud de las pezuñas. Mientras las cerdas jóvenes de reposición maduran, un suplemento con biotina y trazas minerales mejora la calidad y resistencia del casco, y se recomienda su uso en cerdas reproductoras.

Traumatismo:

El traumatismo relacionado con un sobreesfuerzo puede causar, en cerdas, desinserción de los tendones musculares y osteítis proliferativa en el epicóndilo humeromedial y el trocánter mayor del fémur. La mezcla de cerdas primíparas o cerdas antes o después de la cría o en el destete suele provocar que los cerdos se lesionen al restablecer un orden social. Esto puede ocasionar directamente fracturas de huesos largos, o abrasiones de la piel que pueden causar infecciones bacterianas secundarias.

Las lesiones traumáticas también pueden ser el resultado del movimiento de grupos hacia y desde las instalaciones de partos, especialmente los movimientos de las primíparas hacia el parto. Las primíparas suelen ser más ansiosas y caprichosas que las cerdas viejas. Llevar un útero pesado y grávido sobre un suelo potencialmente resbaladizo a cierta distancia representa un riesgo suficientemente alto de lesión sin añadir otros factores estresantes. El movimiento debe ser tranquilo y deliberado, con pequeños grupos de primíparas y cerdas movidas a la vez para reducir las posibles lesiones.

Las cerdas estabuladas en establos con láminas de hormigón pueden desgarrar sus pezuñas cuando intentan estar de pie. El tratamiento con los antibióticos apropiados, la protección de la herida con un apósito y el aislamiento en un corral de hospital que tenga un lecho limpio y profundo debería permitir la cicatrización de la lesión. La prevención mediante el recorte de espolones alargados es una práctica de manejo prudente y simple.