La cojera en cerdos es de creciente interés en la producción porcina de América del Norte. Mycoplasma hyosynoviae en particular ha recibido más atención, en parte debido a esfuerzos diagnósticos más intensivos. La enfermedad ósea metabólica también ha sido un área de interés, debido a que han surgido problemas después de formulaciones más complejas para dietas de gestación y crecimiento-acabado.
Cojera debida a artritis infecciosa en cerdos en crecimiento-acabado
La mayoría de las bacterias analizadas en Causas bacterianas comunes pueden provocar artritis o contribuir a ella en cerdos individuales a cualquier edad, incluidos los cerdos en crecimiento y los adultos. Los brotes de infecciones bacterianas son más comunes cuando las fuentes o los grupos de cerdos se mezclan, se desplazan o están superpoblados; cuando se alojan en ambientes fríos y con corrientes de aire o calientes; o cuando están sujetos a cambios bruscos en el manejo y la alimentación.
Con la mayoría de las bacterias endémicas, las vías respiratorias superiores (también la vagina, la piel y el medio ambiente) de las cerdas pueden ser una fuente de infección para algunos lechones lactantes que pueden ser portadores del microorganismo y excretarlo a las cohortes después del destete o cuando los anticuerpos maternos disminuyen. Otras fuentes de infección son los cerdos de avanzada edad, la mezcla de cerdos con otras fuentes de cerdos y las introducciones laterales debido a una bioseguridad laxa.
Erysipelothrix rhusiopathiae
Los brotes de cojera debidos a la infección por Erysipelothrix rhusiopathiae (erisipela) es más común en la etapa de crecimiento-acabado. La muerte súbita de unos pocos cerdos afectados de forma inadecuada puede preceder a los signos clínicos agudos de fiebre, anorexia y resistencia a moverse. Las lesiones romboides (enfermedad cutánea en forma de diamante) se producen 2-3 días después de la infección aguda en algunos cerdos.
Está justificado el tratamiento agresivo precoz con antimicrobianos inyectables (p. ej., penicilina) y la vacunación con una bacterina muerta. Los antisueros frente a la erisipela pueden ser un complemento eficaz cuando estén disponibles.
Consúltese la descripción anterior sobre Causas bacterianas comunes; consúltese también Erisipela porcina.
Glaesserella parasuis
Glaesserella parasuis es otro microorganismo capaz de causar brotes agudos de infección en los cerdos, que se manifiesta como artritis, poliserositis fibrinosa o meningitis. Los factores de riesgo y la microecología son similares a los asociados con otras bacterias endémicas.
Consúltese la descripción anterior sobre Causas bacterianas comunes; consúltese también Enfermedad de Glässer.
Mycoplasma hyosynoviae
M hyosynoviae suele ser endémica en explotaciones porcinas; sin embargo, ha surgido como una importante causa infecciosa de cojera en cerdos de 10-30 semanas de edad. A medida que la inmunidad del calostro disminuye a las 6-10 semanas de edad, se produce más eliminación y más cerdos son sensibles a la infección. La morbilidad suele ser de baja a moderada; sin embargo, puede llegar al 50 % en cerdos sin experiencia inmunitaria previa o comprometidos. La mortalidad es muy baja.
En grupos de cerdos de cebo o en cerdas de reposición seleccionadas se desarrolla una cojera aguda, por lo general de las extremidades posteriores, que dura hasta 10 días. La artritis se puede exacerbar por un traumatismo o estrés, y los cerdos muestran dolor en las articulaciones principales (p. ej., codos, rodillas y corvejones), en las que también pueden desarrollarse hinchazones blandas fluctuantes.
La necropsia en casos de infección por M hyosynoviae en cerdos revela lesiones restringidas a las articulaciones, especialmente las rodillas y los corvejones. Las articulaciones afectadas contienen un exceso de líquido sinovial claro y amarillo que puede tener escamas de fibrina, así como una membrana sinovial edematosa amarillenta con sinovitis no supurativa e hipertrofia microscópica de las vellosidades. Las superficies articulares del hueso y los tejidos periarticulares no suelen estar afectados.
Se puede detectar M hyosynoviae en las articulaciones en el sacrificio o la necropsia en cerdos con enfermedad articular degenerativa (osteocondrosis); en estos casos, sin embargo, se considera una infección secundaria o coinfección más que un agente causal.
El diagnóstico de cojera en cerdos debido a M hyosynoviae se basa en la edad de aparición de los signos clínicos típicos, incluida la cojera en una o más patas que puede ir acompañada de hinchazón fluctuante alrededor de las articulaciones. Los cerdos suelen estar afebriles y no hay indicios de neumonía, pleuritis o peritonitis.
El diagnóstico definitivo de la infección por M hyosynoviae, que se basa en la detección del microorganismo y el examen histológico, exige la recogida de muestras de membrana y líquido sinovial de cerdos no tratados durante los 3-4 días posteriores a la aparición de los signos clínicos. No obstante, M hyosynoviae puede detectarse en articulaciones sanas y no siempre se recupera de las articulaciones afectadas.
La falta de respuesta a la penicilina en los casos agudos se ha utilizado para diferenciar la infección por M hyosynoviae de la erisipela. A diferencia de la poliartritis causada por M hyorhinis, la infección por M hyosynoviae responde bien al tratamiento con tilosina y lincomicina si se administran rápido, y la tiamulina o la tetraciclina pueden ser eficaces donde estén registradas.
La artritis por micoplasma puede exacerbar los signos clínicos relacionados con la enfermedad articular degenerativa y con la osteoartrosis, y viceversa.
Cojera debida a osteomielitis en cerdos en crecimiento-acabado
La osteomielitis puede producirse en cerdos de cualquier edad. Si el integumento se lesiona, se desarrolla una sepsis y una lesión supurativa se extiende hacia el periostio y el hueso. Alternativamente, los organismos invaden el hueso desde la membrana sinovial de las articulaciones infectadas.
Muchos factores pueden aumentar la sensibilidad a la osteomielitis, incluidos los siguientes:
Un mal procesado o técnicas de inyección inadecuadas pueden iniciar abscesos que se pueden extender hacia el hueso adyacente.
Microfracturas subclínicas de hueso o placas de crecimiento asociadas con enfermedad metabólica ósea.
Rotura de la integridad de la pared del casco que inicia una celulitis y osteomielitis de un hueso de la falange.
Heridas por mordedura de orejas y flancos.
La mordedura de la cola que provoca infecciones locales que ascienden por el canal espinal y dan lugar a abscesos epidurales que pueden invadir y afectar a los cuerpos vertebrales.
Las lesiones y los signos clínicos de la osteomielitis pueden desarrollarse lentamente. Según el lugar de la infección, el cerdo puede volverse atáxico y, finalmente, paralizarse en las extremidades pélvicas. Si los huesos o las articulaciones de una extremidad están afectados, la enfermedad suele ser crónica y el cerdo presenta cojera a tres patas. El crecimiento cesa en los cerdos jóvenes.
Durante la necropsia, en el lugar de la lesión de la osteomielitis es evidente un pus caseoso, cremoso o verde. Con la infección por Trueperella pyogenes hay abundantes cavidades de pus semilíquido verde.
Otros microorganismos aislados de estos abscesos de osteomielitis pueden incluir estreptococos, estafilococos y enterobacterias. El tratamiento no suele ser factible, y los cerdos deben sacrificarse por razones humanitarias. Sin embargo, cuando sea aplicable, se puede mejorar la higiene y controlar o prevenir problemas como la caudofagia.
Cojera debida a osteocondrosis u osteoartrosis en cerdos en crecimiento
La cojera asociada con osteocondrosis u osteoartrosis puede volverse clínicamente relevante cuando el cerdo tiene 4-6 meses de edad. Las principales ramificaciones, sin embargo, están en primíparas, multíparas y verracos (consúltese Cojera en cerdas primíparas, multíparas y verracos).
Cojera debida al raquitismo en cerdos en crecimiento-acabado
El raquitismo es una enfermedad por deficiencia que afecta a los animales en crecimiento durante el periodo de crecimiento esquelético. Suele caracterizarse por huesos blandos y deformados o placas de crecimiento que son el resultado de una incapacidad para asimilar y utilizar el calcio y el fósforo normalmente, a menudo asociado a una cantidad inadecuada de vitamina D.
El raquitismo afecta a cerdos jóvenes de rápido crecimiento con un inicio clínico de apariencia típica (huesos blandos, extremidades dobladas) a ~10 semanas de edad. Sin embargo, las lesiones histológicas y los efectos de la enfermedad ósea metabólica pueden detectarse en cerdos tan jóvenes como los neonatos. La morbilidad es alta, y los cerdos afectados se vuelven cojos, anoréxicos y antirrentables.
En los casos de raquitismo, las extremidades están atrofiadas y arqueadas, las articulaciones están tumefactas y la cabeza puede parecer desproporcionadamente grande. Los huesos largos de las extremidades se pueden fracturar espontáneamente, dejando al cerdo gravemente cojo e incapaz de moverse. Las costillas pueden fracturarse. Algunos cerdos desarrollan paresia posterior y se sientan en el suelo si se fracturan los cuerpos vertebrales y se daña la médula espinal.
En la necropsia se deben diseccionar los huesos de cerdos con raquitismo para determinar si hay alguna fractura, o fracturas en proceso de cicatrización, principalmente las costillas, los húmeros y los fémures. Las uniones costocondrales de la mayoría de las costillas están agrandadas formando el llamado rosario raquítico (véase la fotografía sobre raquitismo), y las costillas se pueden doblar manualmente haciendo una fuerza moderada y romperse sin chasquido.
El remodelado óseo en el raquitismo es inadecuado y las radiografías muestran que los huesos largos están escasamente mineralizados. Una insuficiencia de calcificación y osificación endocondral produce engrosamiento e irregularidad de las placas de crecimiento y cartílagos de crecimiento de la epífisis, en los cuales se pueden observar hemorragias si se realizan cortes en bloque de los huesos largos con una sierra de cinta. En los casos crónicos de raquitismo, los huesos se pueden cortar con un cuchillo.
El análisis óseo puede confirmar la pérdida de densidad normal y contenido de cenizas (calcio, fósforo). Un aumento repentino en los decomisos de canales o decomisos parciales debido a fracturas de huesos de extremidades, costillas o vértebras en el momento del sacrificio debe desencadenar una investigación nutricional de la ración.
El análisis de la ración es útil para diagnosticar el raquitismo, pero el error nutricional puede haberse corregido cuando se realiza la prueba. Es posible que los lotes actuales de alimento se hayan mezclado correctamente o con diferentes lotes de ingredientes, lo que dificulta la vinculación de causa y efecto. Mantener muestras congeladas de cada lote de alimento es una buena práctica para hacer análisis retrospectivos.
Aunque las raciones se pueden corregir y la administración de vitamina D se puede dar parenteralmente, no existe tratamiento eficaz para el raquitismo, y los intentos de criar un gran número de cerdos afectados han sido económicamente desastrosos. El sacrificio de los cerdos afectados puede ser, por tanto, la alternativa más rentable.
Cojera debida a trastornos de las pezuñas en cerdos en crecimiento-acabado
En ocasiones, los cerdos de cebo-acabado presentan un sobrecrecimiento o contusiones y fisuras en la tapa o la suela de las pezuñas. El tipo y estado del pavimento es quizá el factor único más importante que determina si las lesiones se desarrollan o resuelven.
Los suelos con espacios amplios entre las rejillas permiten que los dedos caigan entre las láminas, lo que causa lesiones.
Los suelos que se mantienen demasiado húmedos pueden ablandar la pared de la pezuña, haciéndola más propensa a traumatismos.
Los suelos demasiado lisos destruyen el equilibrio entre el crecimiento y el desgaste del estrato córneo.
Los suelos demasiado rugosos dañan la pared de la pezuña, el rodete coronario o la piel por encima de la pezuña, lo que permite que los agentes infecciosos penetren en la pezuña o en las articulaciones adyacentes y provoquen la formación de abscesos.
Una deficiencia absoluta o intermitente de biotina en cerdos produce una queratina débil y escamosa que hace que las paredes de la pezuña sean sensibles al agrietado. La piel escamosa acompaña a las lesiones de las pezuñas y suele producir un bajo rendimiento reproductivo en el lote. Como las cerdas jóvenes se preparan para la reproducción, puede ser útil suplementar con biotina. Las tasas de inclusión recomendadas de biotina son 250-400 mcg/kg de alimento completo.
Las deficiencias de oligoelementos o los desequilibrios también pueden contribuir al compromiso de la pared de la pezuña y a la formación de la epidermis del talón en cerdos. La intoxicación por selenio puede causar tumefacción y necrosis del rodete coronario, además de signos más generalizados como anorexia o incluso parálisis. La intoxicación por selenio puede causar desprendimiento de pezuñas en los cerdos.
Cojera debida a miopatía nutricional en cerdos en crecimiento-acabado
En los sistemas actuales con una adecuada preparación y conservación de la ración, la miopatía nutricional es infrecuente. Las muertes inesperadas son más típicas de la deficiencia de selenio o vitamina E en cerdos que la miopatía nutricional; sin embargo, a veces los cerdos se encuentran postrados y son incapaces de levantarse y caminar.
En la necropsia puede haber diversos cambios anatomopatológicos evidentes en casos de miopatía nutricional, como masas musculares pálidas; sin embargo, las hemorragias epicárdicas (enfermedad del corazón de mora) y un hígado pálido y cicatrizado con una superficie irregular (hepatosis dietética) son signos frecuentes. La prevención incluye la suplementación de la ración con selenito hasta el límite legal de 0,3 ppm de selenio, así como la suplementación con vitamina E.
Puntos clave
Como en todas las demás etapas del desarrollo, la artritis infecciosa debida a agentes como Mycoplasma, Glaesserella y Erysipelothrix es una causa frecuente de cojera en cerdos en crecimiento y acabado.
La osteocondrosis puede manifestarse como epífisis o articulaciones inflamadas y causar cojera en cerdos de crecimiento rápido.
El raquitismo es una enfermedad ósea nutricional frecuente y prevenible de los cerdos jóvenes; para el diagnóstico son necesarios los análisis de minerales en la ración y los huesos.
Para más información
Madson DM, Ensley SM, Gauger PC, et al. Rickets: case series and diagnostic review of hypovitaminosis D in swine. J Vet Diagn Invest. 2012;24(6):1137-1144. doi:10.1177/1040638712461487