Se cree que la fragmentación del proceso extensor de la falange distal se produce debido a un traumatismo, osteocondrosis o la presencia de centros de osificación separados. Las extremidades anteriores se afectan con mayor frecuencia que las posteriores. Los fragmentos de la fractura suelen ser intraarticulares, pero no suelen estar desplazados; pueden estar adheridos al tendón extensor. Los fragmentos pueden ser hallazgos incidentales, pero también pueden causar cojera. La estrecha asociación del proceso extensor con la articulación interfalángica distal puede provocar artritis secundaria si no se eliminan los fragmentos. Las fracturas pueden eliminarse mediante artroscopia o artrotomía; la eliminación artroscópica de pequeños fragmentos tiene un buen pronóstico. Con las fracturas grandes no tratadas se suele presentar un agrandamiento de la región del casco justo por encima del rodete coronario, lo que da como resultado el "casco de apoyo" o apariencia piramidal del casco. Los antiinflamatorios sistémicos pueden ser útiles para el tratamiento.