Las fracturas de la falange primera/proximal (F1) pueden producirse en cualquier tipo de caballo utilizado para el deporte. Pueden ser pequeñas fracturas osteocondrales en "astillas" a lo largo del margen dorsal de la superficie articular proximal, sagital (completa o incompleta) o conminuta. Otra categoría comprende los fragmentos de la cara proximal palmar o plantar de la P1, que pueden estar asociados con osteocondrosis.
Las fracturas en "astillas" de la cara dorsoproximal de P1 suelen implicar la cara medial de la articulación y se producen en caballos que se ejercitan a gran velocidad. Estas fracturas suelen tener origen traumático y son el resultado de la hiperextensión de la articulación del menudillo. La cojera aguda y el aumento del derrame en la articulación del menudillo, junto con la sensibilidad a la flexión firme del menudillo, son signos clínicos de que puede estar presente una fractura y está indicada la exploración radiográfica. En las razas que no son de carreras puede haber una fractura en astilla en las radiografías, pero su importancia clínica debe determinarse con analgesia diagnóstica antes de ser implicada como fuente de cojera.
Cortesía del Dr. Matthew T. Brokken.
La causa de las fracturas osteocondrales proximopalmar y proximoplantar es cuestionable; se piensa que son de osteocondrosis, o que son fracturas. Las fracturas axiales se clasifican como fracturas de tipo I y suelen ser articulares. Las fracturas de tipo II se localizan abaxialmente y suelen presentar un cartílago articular mínimo. Las fracturas de tipo I por lo general se asocian con cojera rápida con signos clínicos similares a los de las fracturas dorsoproximales P1. Estas fracturas son más frecuentes en la extremidad posterior, y a menudo se necesita analgesia diagnóstica intraarticular para implicar estas fracturas como causa de cojera.
Cortesía del Dr. Matthew T. Brokken.
El diagnóstico se confirma mediante radiografía. Pueden ser necesarias varias proyecciones radiográficas oblicuas para asegurar la visibilidad de las fracturas. Para las fracturas osteocondrales palmar o plantar, las radiografías oblicuas con el haz elevado ~20° de la horizontal pueden ser más útiles para la identificación. El diagnóstico de fracturas sagitales o conminutas de la P1 suele ser sencillo, con cojera y tumefacción marcadas. Las fracturas sagitales cortas e incompletas pueden ser más difíciles de diagnosticar y pueden requerir vistas radiográficas especiales de dorsopalmar/plantar y/o gammagrafía nuclear en las etapas iniciales, porque la línea de fractura puede ser difícil de detectar radiográficamente.
Las fracturas osteocondrales en "astillas" se pueden extirpar artroscópicamente con un pronóstico excelente si no existen otras anomalías dentro de la articulación. Las fracturas sagitales de la P1 comunes no desplazadas pueden repararse mediante la fijación interna utilizando tornillos colocados en forma retrasada mediante incisiones punzantes. Las fracturas P1 más complejas suelen requerir una reducción abierta y reparación mediante tornillos de tracción para permitir una realineación precisa de la superficie articular del menudillo para limitar la artritis posoperatoria. Se debe prestar especial atención a la configuración de la fractura para asegurar que todos los componentes estén incorporados en la reparación. En algunas circunstancias, la TC puede ayudar a un diagnóstico preciso y a la reconstrucción de la fractura. El tratamiento conservador de las fracturas gravemente conminutas implica la inmovilización con un escayola o de fibra de vidrio hasta 12 semanas, con o sin el uso de clavos de transfijación a través del tercer hueso metacarpiano/tarsal. Las complicaciones de la reparación de una fractura de la P1 incluyen el fracaso del implante, una mala alineación en el lugar de la fractura que conduce a una artritis secundaria y laminitis de la extremidad contralateral.
Cortesía del Dr. Matthew T. Brokken.
Las fracturas de la falange segunda/media (F2) son más frecuentes en los caballos Cuarto de Milla y suelen afectar a las extremidades posteriores. Mientras que las fracturas osteocondrales en "astillas" son frecuentes fuera de la zona proximal de la P1, las fracturas osteocondrales son relativamente infrecuentes fuera de la P2. Las fracturas más comunes de la P2 son fracturas de la eminencia palmar/plantar de la P2 proximal o fracturas conminutas. El tratamiento de la mayoría de las fracturas de la P2 consiste en la fijación interna con una combinación de placas y tornillos y/o con un clavo de transfijación. Suele haber cojera residual presente y depende del grado de osteoartritis que se desarrolle en la articulación interfalángica distal y, en menor medida, en la articulación interfalángica proximal (si no está artrodesada en la reparación de la fractura). El pronóstico depende de la comodidad del caballo después de la estabilización de la fractura para limitar el riesgo de laminitis de la extremidad contralateral.