La osteocondritis disecante (OCD) de la articulación tarsocrural es común en muchas razas de caballos, especialmente los de sangre caliente y Standardbreds. La osteocondritis disecante de la articulación tarsocrural puede o no asociarse con cojera y se asocia con cantidades variables de derrame articular. El diagnóstico se confirma mediante analgesia intraarticular de la articulación tarsocrural si hay cojera, y la demostración de cambios radiológicos. Pocas de las lesiones habituales de la osteocondritis disecante en el corvejón se curan espontáneamente después de los 5 meses de edad, por lo que se suele recomendar la extirpación quirúrgica artroscópica. El pronóstico para el retorno completo a la función atlética después de la cirugía es bueno. Si no se tratan, los fragmentos pueden desprenderse, dando lugar a lesiones del cartílago y signos agudos de derrame y cojera.
Las lesiones de la osteocondritis disecante en la articulación tarsocrural se observan con mayor frecuencia en el borde intermedio distal de la tibia. Las lesiones en este lugar no causan cojera a menos que se produzca un derrame significativo o que los fragmentos se suelten. Los fragmentos desprendidos pueden alojarse en la parte dorsal de la articulación intertarsal proximal. La extirpación artroscópica de los fragmentos se suele asociar con un buen resultado.
Las lesiones de la osteocondritis disecante del extremo distal de la cresta troclear lateral se observan con mayor frecuencia en caballos pesados y Standardbreds. Las lesiones pueden ser grandes y, si están sueltas, causan un inicio agudo de cojera grave y derrame. Las lesiones grandes o sueltas deben extirparse artroscópicamente, e incluso las lesiones grandes pueden eliminarse con un buen pronóstico. El pronóstico está determinado por la extensión proximal y axial de la lesión.
Las lesiones de la osteocondritis disecante del maléolo medial suelen causar más cojera y derrame que las lesiones más comunes de la osteocondritis disecante en el borde intermedio distal de la tibia. Se suelen observar en la cara axial del maléolo medial y pueden pasarse por alto en las radiografías dorsoplantares. Se recomienda la extirpación artroscópica precoz de los fragmentos para prevenir el desarrollo de lesiones erosivas en la tróclea medial del astrágalo. La cirugía artroscópica suele tener un buen pronóstico de retorno a la función atlética.
Los fragmentos maleolares laterales suelen ser traumáticos y rara vez (1 %) son lesiones de la osteocondritis disecante.