logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Abscesos podales en ovejas

Última revisión/modificación jun 2022

Pododermatitis (necrosis bulbar infecciosa, absceso del talón) en ovejas

La pododermatitis séptica es una infección necrosante o purulenta que afecta a los tejidos blandos interfalángicos distales y en ocasiones a la articulación. La incidencia suele ser esporádica, pero puede estar afectado hasta el 25 % del rebaño.

Los dos organismos identificados con mayor frecuencia en la pododermatitis séptica son Fusobacterium necrophorum y Trueperella pyogenes. En la mayoría de los casos, los abscesos podales pueden desarrollarse como una complicación de la dermatitis interdigital ovina por extensión del proceso necrótico al tejido subcutáneo y luego a la articulación interfalángica distal. También se suelen desarrollar después de la penetración de la piel interdigital por objetos cortantes (p. ej., nieve con costra o rastrojos congelados o duros de alfalfa y grano), contusión en el pie y lesión de la piel al resbalar sobre rocas congeladas, o incluso después de un descuido de la piel de la pezuña. Esta articulación es vulnerable a la infección en la cara interdigital donde la cápsula articular sobresale del borde de la corona y forma las bolsas dorsal y volar. En estos dos sitios, la cápsula articular está protegida solamente por la piel interdigital y por una mínima cantidad de tejido subcutáneo.

Los abscesos podales se desarrollan a menudo cuando la tierra y los pastos están húmedos o helados. La enfermedad provoca una cojera grave que por lo general se limita a una pata que la oveja no apoya en el suelo. Puede ser posible observar material necrótico a través de una abertura en la piel interdigital causada por la invasión bacteriana, pero con mayor frecuencia los senos inflamados se abren y drenan en uno o más puntos por encima de la corona. Si esto no ocurre, la tumefacción tendrá que ser punzada. En algunas circunstancias, el movimiento del dedo afectado es exagerado, indicando que se han roto los ligamentos de la articulación interfalángica distal. En estos casos es probable el desplazamiento del dedo durante la locomoción y una deformidad permanente.

Los signos clínicos comprenden cojera aguda, y las ovejas a menudo no soportan el peso de la extremidad afectada. La tumefacción de un dedo y los abscesos supurantes diferencian los abscesos de la pezuña del pedero.

El tratamiento precoz con antibióticos parenterales de larga acción es a veces eficaz y puede prevenir infecciones articulares. El tratamiento busca mantener la integridad de los ligamentos articulares mediante el drenaje de los abscesos y la aplicación de una preparación antibacteriana y un vendaje autoadhesivo. Esto reduce la tensión en los ligamentos, mantiene la lesión fuera del barro y contrarresta la infección microbiana. A pesar de que el pronóstico para una completa recuperación es malo, en la mayoría de los casos el pie se cura lo suficiente para permitir una locomoción adecuada. Una vez establecida la infección en la articulación, el tratamiento conservador no es efectivo. Sin embargo, se puede extirpar quirúrgicamente un dedo (si el otro dedo está sano) con un éxito relativamente bueno.

El control depende de un tratamiento precoz y mover la oveja para evitar las condiciones que conducen a la dermatitis interdigital ovina u otras causas de infección. Aunque se dispone de vacunas frente a F necrophorum, estas no han demostrado ser muy eficaces.

Laminitis séptica (absceso del dedo del pie, supuración lamelar) en ovejas

La laminitis séptica es una infección bacteriana grave de la matriz laminar de la pezuña limitada por lo general a la parte anterior del dedo y la pared abaxial. La enfermedad es esporádica y la causa variable, pero los casos debidos a Fusobacterium necrophorum y Trueperella pyogenes suelen ser más graves y extensos que aquellos en los que participan estreptococos y otros microorganismos. Los microorganismos probablemente penetran a través de fisuras entre la pared y la suela, y a través de fracturas verticales y horizontales del estrato córneo. En algunos casos, la infección es facilitada por la impactación de barro y heces, por sobrecrecimiento de la pezuña, o por la separación de la pared después de una laminitis.

Los signos clínicos de la laminitis séptica incluyen cojera grave y aguda. No suele haber tumefacción de las estructuras de los tejidos blandos; sin embargo, la oveja muestra signos de dolor a la palpación de la pezuña afectada. Si no se trata, puede haber un seno drenante por encima de la lesión en la corona, o el absceso puede encontrarse por encima de la planta del pie. La aplicación de presión en varias secciones de la planta con los pulgares provocará signos de dolor y ayudará a localizar la bolsa de infección. Las ovejas afectadas se suelen recuperar rápidamente después de recortar el cuerno para proporcionar el consiguiente drenaje. Si los signos de dolor persisten después del recorte de la pezuña, se puede pegar un pequeño taco de madera a la pezuña sana para reducir el apoyo de la pezuña afectada.