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Miopatías traumáticas, toxicas y anestésicas en caballos

PorStephanie J. Valberg, DVM, PhD, DACVIM-LAIM, DACVSMR
Revisado/Modificado may 2022

Miopatía fibrótica

La miopatía fibrótica describe una anomalía clásica de la marcha que se desarrolla cuando los caballos se lesionan los músculos semitendinoso y semimembranoso en el punto de inserción tendinosa durante el ejercicio, que requiere giros bruscos y paradas por deslizamiento. El traumatismo (p. ej., atraparse un pie en una cerca), las inyecciones intramusculares y una forma congénita son otras causas potenciales de miopatía fibrótica.

Los músculos afectados en los casos agudos están calientes y dolorosos a la palpación profunda. Crónicamente las áreas endurecidas dentro del músculo pueden representar fibrosis y osificación. La anomalía biomecánica asociada suele ser más evidente durante la marcha y se caracteriza por un cese brusco de la fase anterior de la zancada de la extremidad afectada, lo que hace que la pata se mueva bruscamente hacia el suelo en lugar de continuar su movimiento hacia adelante. El tranco tiene una fase anterior corta con una marcha característica de golpeteo de cascos. La biomecánica refleja una cojera mecánica de las extremidades posteriores que restringe la función normal. El dolor no suele ser una característica de la miopatía fibrótica crónica. Las actividades séricas de CK y AST suelen estar levemente aumentadas.

Además de la palpación, el diagnóstico puede confirmarse mediante ecografía, termografía o gammagrafía. La evaluación con microscopio óptico de las biopsias musculares suele ser normal en los casos agudos. Crónicamente es evidente la sustitución fibrosa de las fibras musculares. Los casos agudos pueden beneficiarse del reposo y el tratamiento con frío seguidos de una ecografía de calentamiento profundo y un estiramiento controlado. Los casos crónicos pueden requerir la escisión quirúrgica o la sección transversal de la parte fibrótica del músculo o la tenotomía de la inserción tibial del tendón semimembranoso.

Ionóforos

Los ionóforos se añaden habitualmente a los alimentos de los rumiantes por sus propiedades de promoción del crecimiento y coccidiostáticos. Los caballos, sin embargo, son 10 veces más sensibles a los efectos tóxicos de los ionóforos en los alimentos que el ganado vacuno. Cuando los alimentos de los equinos se contaminan inadvertidamente con ionóforos o los caballos comen alimentos para el ganado vacuno, algunos animales pueden morir de forma aguda con signos similares a los de los cólicos, mioglobinuria, hipopotasemia, arritmia cardiaca y taquipnea. La secuela crónica más común es la cardiomiopatía.

Hipertermia maligna

La mutación del gen del receptor de rianodina (RYR1) en caballos Cuarto de Milla ( See also page Rabdomiólisis por esfuerzo crónica) puede causar reacciones mortales bajo anestesia general que se caracterizan por una marcada hipertermia, acidosis, trastornos electrolíticos y necrosis muscular. Desafortunadamente, una vez que se desarrolla un episodio fulminante, es difícil prevenir el paro cardiaco. El diagnóstico se basa en los signos clínicos y las pruebas genéticas. El pretratamiento con dantroleno (4 mg/kg, PO, una vez 30-60 min antes de la anestesia) es el único medio potencial para prevenir un episodio.

Miopatía posanestésica

Después de la anestesia los caballos pueden desarrollar dolor muscular intenso y debilidad en uno o más grupos musculares. La hipoperfusión de grupos musculares comprimidos con la consiguiente alta presión intracompartimental es el factor causante más importante de la afectación muscular focal. El músculo tríceps dependiente se afecta con mayor frecuencia después de la anestesia en decúbito lateral, mientras que los músculos longissimus dorsi y glúteo suelen estar afectados en caballos que han estado en decúbito supino Las miopatías generalizadas pueden desarrollarse en caballos hipotensos durante la anestesia. Cuanto mayor sea la duración de la anestesia, mayor será el riesgo.

Los signos clínicos pueden hacerse evidentes cuando los caballos intentan mantenerse en pie o pueden retrasarse hasta 2 horas. Una postura del codo caída, típica de la parálisis del nervio radial, caracteriza la miopatía del tríceps. La miopatía glútea provoca la falta de voluntad para soportar peso sobre las extremidades posteriores. Los caballos pueden parecer angustiados, con sudoración profusa, taquicardia y taquipnea. El grado del agotamiento depende de la gravedad de lesión del músculo Los músculos afectados pueden notarse muy duros y mostrar tumefacción localizada. La CK sérica puede ser normal inmediatamente después de que el caballo se ponga de pie, pero aumenta sustancialmente y alcanza su punto máximo ~4 h después de la anestesia. El alivio del dolor se consigue mediante la sedación con detomidina, combinada con analgésicos opioides y AINE. Las infusiones continuas de detomidina o butorfanol pueden ser beneficiosas para el control del dolor en los casos graves. La fluidoterapia ayuda a mantener la perfusión renal y la producción de orina y asegura una adecuada perfusión muscular. El pronóstico de la miopatía unilateral suele ser bueno, aunque con una lesión grave puede haber fibrosis muscular residual, que puede comprometer la función. El pronóstico de la miopatía generalizada es más reservado.

La prevención requiere minimizar el tiempo bajo anestesia general, colocar cuidadosamente al caballo en la mesa de operaciones y mantener la presión arterial >60 mmHg mediante fluidoterapia IV y agentes inótropos como la dobutamina (1-5 mcg/kg/min IV).

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