La cinetosis se caracteriza por signos atribuibles a la estimulación de los sistemas nerviosos vestibular y autónomo, como la salivación excesiva y los vómitos. Los animales afectados también pueden bostezar, gemir o mostrar signos de inquietud y aprensión; aquellos gravemente afectados también pueden desarrollar diarrea. El mareo se observa mientras viajan por tierra, mar o aire, y los signos suelen desaparecer al cesar el movimiento del vehículo.
El principal mecanismo causante implica la estimulación del aparato vestibular en el oído interno, que tiene conexiones con el centro emético del tronco encefálico. La zona quimiorreceptora desencadenante (CTZ, del inglés chemoreceptor trigger zone) y los receptores histaminérgicos H1 están involucrados en esta vía en perros, pero parecen ser menos importantes en gatos. Pruebas recientes han revelado que los receptores de la sustancia P de la neurocinina 1 (NK1) en el centro emético desempeñan un papel importante en la cinetosis en perros y gatos y son más importantes que los receptores en la CTZ. El miedo al coche puede ser un factor adicional en perros y gatos, que desarrollan una respuesta condicionada al suceso; los signos pueden incluso observarse en un vehículo estacionado. En esta situación, puede ser necesaria una modificación conductual para eliminar este miedo, o el uso de fármacos con efecto sedante.
En algunos casos, la cinetosis puede superarse acostumbrando al animal a viajar. En otros, pueden utilizarse medicamentos ansiolíticos y antinauseosos con buenos resultados. Los antihistamínicos (como la difenhidramina, el dimenhidrinato, la meclicina y la prometacina) previenen el mareo, producen sedación e inhiben la salivación excesiva. Los derivados de la fenotiacina de acción central (como la clorpromacina, la proclorperacina y el maleato de acepromacina) tienen efectos antieméticos y sedantes. En los gatos, los antihistamínicos son ineficaces en el tratamiento de la cinetosis porque no tienen receptores histaminérgicos en la CTZ. La cinetosis en los gatos está probablemente mejor tratada con un antagonista alfa-adrenérgico (p. ej., la clorpromacina) en lugar de un antagonista H1 puro.
El maropitant, un antagonista del receptor NK1, es eficaz en el tratamiento de la cinetosis en los perros. Los receptores NK1 están localizados en el centro emético del tronco encefálico, máximo responsable de originar los vómitos y las náuseas de la cinetosis. Bloquear estos receptores es más eficaz que inhibir la CTZ. Por lo tanto, el maropitant es probablemente el fármaco de elección para tratar la cinetosis en los perros. Otro beneficio es que el tratamiento se administra solo una vez al día. El fármaco está aprobado y disponible en comprimidos y forma inyectable para su uso en perros, mientras que solo la forma inyectable está aprobada para su uso en gatos. Sin embargo, los gatos pueden mostrar comportamientos de aversión y dolor graves a la inyección subcutánea. Los gatos deben tener 16 semanas y los perros 8 semanas antes de que se les administre maropitant.
El fenobarbital y el diazepam se han utilizado para producir una sedación general si la ansiedad es un problema. La administración oral de uno de estos medicamentos varias horas antes de la salida, debe reducir o eliminar los signos de cinetosis (También ver Fármacos utilizados para controlar o estimular el vómito en animales monogástricos.)