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Enfermedad quística ovárica luteal en vacas

PorJonathan Statham, VetMB, FRCVS, DCHP
Revisado/Modificado mar 2023

La enfermedad quística ovárica luteal se caracteriza por ovarios agrandados que contienen uno o más quistes cuyas paredes son más gruesas que las de los quistes foliculares debido a la presencia de un revestimiento de tejido luteal. La proporción entre la incidencia de quistes foliculares y lúteos varía mucho debido a las diferencias en las habilidades diagnósticas de cada veterinario. La enfermedad del ovario lúteo quístico se suele definir como la presencia de una estructura ovárica llena de líquido >25 mm de diámetro, con un diámetro de la pared >3 mm, que persiste >10 días en ausencia de un cuerpo lúteo y que por lo general se asocia con signos reproductivos anormales. La formación normal de lagunas en el cuerpo lúteo puede clasificarse incorrectamente como enfermedad del ovario lúteo quístico.

Etiología y patogenia de la enfermedad del ovario quístico lúteo

Se cree que las causas básicas de los verdaderos quistes lúteos son las mismas que para los quistes foliculares. La liberación de hormona luteinizante (LH) puede ser algo mayor que la que se produce cuando se desarrollan quistes foliculares y puede ser suficiente para iniciar la luteinización de los folículos, pero inadecuada para provocar la ovulación. Los quistes lúteos pueden ser una extensión de los quistes foliculares al ser el folículo no ovulatorio parcialmente luteinizado espontáneamente o como respuesta al tratamiento hormonal.

Hallazgos clínicos de la enfermedad del ovario quístico lúteo

Los quistes lúteos se acompañan de una conformación normal y comportamiento de anestro. La palpación rectal revela un útero inactivo característico de la fase luteal del ciclo estral. Los quistes lúteos se reconocen como protuberancias redondeadas suaves, fluctuantes, que sobresalen de la superficie del ovario. Suelen ser estructuras únicas.

Los quistes lúteos se diferencian de los quistes foliculares a partir de las características palpables tanto de su estructura como del útero y, hasta cierto punto, por el comportamiento de la vaca. La prueba de progesterona y el examen ecográfico pueden ayudar a tal diferenciación; con cualquier método, sin embargo, la decisión diagnóstica final sigue siendo algo subjetiva.

Al tratar de romper manualmente la estructura quística, el quiste folicular explota o se rompe bajo presión mínima, mientras que los quistes lúteos no pueden por lo general romperse tras aplicar una fuerza razonable. Ambos tipos de quistes responden potencialmente al tratamiento con hormona luteinizante o GnRH; sin embargo, la PGF2alfa lisará algunos quistes lúteos y por lo general todas las estructuras del cuerpo lúteo del diestro.

Tratamiento y control de la enfermedad quística ovárica luteal

El tratamiento preferido para la enfermedad de los ovarios quísticos lúteos son las dosis luteolíticas de PGF2alfa, si se puede establecer un diagnóstico correcto. Se espera un celo normal en 3-5 días después del inicio del tratamiento. La limitación principal de este tratamiento es la dificultad para estimar de forma precisa la cantidad de tejido luteal presente. Si la estructura que se diagnostica como un quiste lúteo es en realidad un cuerpo lúteo en desarrollo (a veces llamado cuerpo lúteo quístico; consulte Enfermedad quística del ovario y cuerpo lúteo quístico en vacas), puede no responder, porque las vacas lecheras no se vuelven muy sensibles a la acción luteolítica de PGF2alfa hasta el día 6 después del estro.

El examen ecográfico es cada vez más frecuente en la clínica moderna y facilita el diagnóstico de las estructuras ováricas. Los quistes lúteos también responden al tratamiento con hCG y GnRH que es eficaz frente a los quistes foliculares; sin embargo, el siguiente celo puede retrasarse hasta 21 días después del tratamiento.

No se recomienda la rotura manual de los quistes lúteos debido al riesgo de trauma y hemorragia. Debido a que las prácticas de detección del celo son deficientes en muchas granjas lecheras, el tratamiento preferido para los quistes foliculares y lúteos es la administración de progesterona/prostaglandina intravaginal o el protocolo de inseminación artificial a tiempo fijo Ovsynch. Este protocolo estimula la cubrición programada en las vacas afectadas después del tratamiento.