La tricomoniasis es una enfermedad venérea del ganado vacuno caracterizada principalmente por muerte embrionaria precoz e infertilidad, provocando intervalos prolongados entre partos. Es probable que la distribución sea mundial. El diagnóstico se confirma con el aislamiento del microorganismo. Se han utilizado imidazoles para tratar a los toros, pero ninguno es seguro y eficaz al mismo tiempo. El control se realiza mediante el sacrificio de los toros infectados.
Etiología y epidemiología de la tricomoniasis en el ganado vacuno
El protozoo causante de la tricomoniasis, Tritrichomonas foetus, es piriforme y ppor lo general de dimensiones 10-15 × 5-10 micrómetros, pero existe un pleomorfismo considerable. Puede ser esférico cuando se cultiva en un medio artificial. En su extremo anterior hay tres flagelos de aproximadamente la misma longitud que el cuerpo del parásito. Una membrana ondulante se extiende a lo largo del cuerpo y está rodeada por un filamento marginal que continúa más allá de la membrana como flagelo posterior. Aunque T foetus puede sobrevivir a los procedimientos utilizados para la congelación del semen, muere por el desecado o las temperaturas elevadas.
T foetus se encuentra en las vías genitales del ganado vacuno. Cuando las vacas se cubren en monta natural con un toro infectado, el 30-90 % se infectan, lo que sugiere que existen diferencias entre las cepas. También parece existir una variación racial de la sensibilidad a la tricomoniasis. Los toros de todas las edades pueden permanecer infectados indefinidamente, pero esto es menos probable en los machos más jóvenes. Por el contrario, la mayoría de las vacas están libres de la infección en los 3 meses tras la cubrición. Sin embargo, la inmunidad no se prolonga durante mucho tiempo, de ahí que se produzca la reinfección. También se puede producir la transmisión cuando se utiliza semen de toros infectados en inseminación artificial.
Hallazgos clínicos de la trichomoniasis en el ganado vacuno
El signo clínico más frecuente de la tricomoniasis es la infertilidad causada por muerte embrionaria. Esto conduce a cubriciones repetidas, y que las personas que cuidan el ganado a menudo adviertan que hay vacas en celo cuando deberían estar preñadas. Esto, junto con unos bajos resultados en los diagnósticos de gestación (p. ej., mucha vacas "normales no gestantes" y cubiertas de forma tardía), suele ser la queja. Además del menor número de vacas que se estima que parirán durante la temporada regular de parición, se observa un mayor número de vacas con un diagnóstico del tracto reproductivo "anormal no gestante". Estos incluyen vacas con piometra, endometritis o feto momificado.
También se puede producir muerte fetal y abortos, pero no es tan frecuente como las pérdidas al comienzo de la gestación. Se ha encontrado T foetus en los cultivos vaginales tomados hasta los 8 meses de gestación y, aparentemente, pueden nacer terneros vivos de madres infectadas. En ocasiones, se desarrolla piometra después del apareamiento.
Diagnóstico de la tricomoniasis en el ganado vacuno
El diagnóstico se confirma por cultivo de T foetus.
Cortesía del Dr. John Campbell.
Cortesía del Dr. John Campbell.
La historia y los signos clínicos son útiles, pero esencialmente son los mismos que los de la campilobacteriosis genital bovina. La confirmación depende del aislamiento de T foetus, que puede ser difícil de distinguir de otras tricomonas residentes en el tracto digestivo. Los esfuerzos diagnósticos están dirigidos a los toros, dado que son estos los portadores más probables. Se aplica succión a una pipeta mientras se utiliza para raspar vigorosamente el epitelio en el fondo de saco prepucial. Alternativamente, se pueden utilizar lavados con una solución salina o de lactato de Ringer (sin conservantes). Los aspirados o lavados, concentrados mediante centrifugación, se examinan utilizando un microscopio de contraste de campo oscuro. Este material también se transfiere inmediatamente a la superficie de un medio de cultivo líquido como el medio Diamond. Se ha descrito un mayor éxito en el cultivo del microorganismos al emplear bolsas llenas de medio disponibles comercialmente. Además, se puede mejorar la precisión del diagnóstico si se realiza la incubación de los medios más allá de las 48 horas estándar. Tomar muestras cada 48 horas durante 10 días desde el fondo del tubo y visualizar las muestras a ×100-400 puede permitir evaluar los movimientos espasmódicos de T foetus.
Varios estudios han evaluado la posibilidad de utilizar pruebas de PCR para identificar T foetus directamente de las muestras prepuciales sin un cultivo intermedio. Algunos laboratorios están utilizando estas pruebas para reducir el tiempo necesario para el diagnóstico definitivo de tricomoniasis. Algunos laboratorios de diagnóstico están sugiriendo que el raspado se coloque en solución salina tamponada con fosfato antes de su transporte al laboratorio de diagnóstico. Una muestra preparada de esta manera puede examinarse eficazmente tanto para tricomoniasis como para campilobacteriosis utilizando una prueba específica de PCR.
Los estudios sugieren que entre el 90-95 % de los toros infectados serán positivos al cultivo y que tres cultivos sucesivos a intervalos semanales detectarán ~99,5 % de los toros infectados. También pueden tener un valor diagnóstico la descarga vaginal (después del tratamiento de la piometra) o el moco vaginal (obtenido hacia el final de la fase lútea).
El número de toros que deben muestrearse y cultivarse para asegurar que son negativos depende de la prevalencia de las pérdidas de fetos en el rebaño. Con más vacas en celo y retrasadas, la frecuencia del muestreo deberá incrementarse para mejorar la probabilidad de que los toros sean negativos al protozoo.
Tratamiento y control de la tricomoniasis en el ganado vacuno
Se han utilizado imidazoles para tratar a los toros, pero ninguno es seguro y eficaz al mismo tiempo.
El control se realiza mediante el sacrificio de los toros infectados.
Se han utilizado varios imidazoles para tratar a los toros con tricomoniasis, pero ninguno es seguro y eficaz al mismo tiempo. Probablemente el ipronidazol sea el más eficaz, pero, debido a su reducido pH, causa con frecuencia abscesos estériles en las zonas de inyección. Además, los toros son posiblemente propensos a la reinfección después de un tratamiento con éxito. La resistencia al ipronidazol también puede ser un motivo de preocupación. El problema mayor, no obstante, es que el éxito del tratamiento se mide mediante la repetición del muestreo, lo que puede significar que individualmente un toro puede que nunca se considere negativo de forma definitiva. Por lo tanto, no se puede dar una recomendación sin reservas para el uso del toro.
El control consiste en eliminar la infección del lote de toros a través del sacrificio y reemplazo por toros vírgenes o diagnosticando y eliminando los toros positivos. En toros viejos las pruebas repetidas pueden ser insatisfactorias, y sería prudente sacrificarlos a todos. La reinfección se previene exponiendo solo los toros no infectados (limpios) a vacas no infectadas (limpias). Se supone que las vacas limpias son las que tienen terneros al pie (aunque algunas vacas infectadas puedan tener un ternero vivo) y las novillas vírgenes. En situaciones en las que varios rebaños se mezclan en el mismo cercado, se debe tener precaución para asegurar que las vacas y las novillas no se expongan a toros potencialmente infectados en la ganadería de origen antes de que regresen a su zona de pasto habitual.
T foetus se puede eliminar de forma segura del semen con dimetridazol.
Las vacunas desarrolladas hace tiempo para su empleo en vacas y evaluadas a nivel de campo, no resultaron muy efectivas, especialmente si no hay otras medidas de control. Sin embargo, la eficacia de las vacunas de células enteras de T foetus se han revisado recientemente de forma extensa. Aunque hay alguna evidencia que sugiere que la vacunación oportuna mejora el rendimiento reproductivo en las novillas, hay una clara falta de evidencia de que la vacunación reduzca los "resultados asociados con los toros".
Bioseguridad de la tricomoniasis en el ganado vacuno
Una vez que se ha establecido un diagnóstico de tricomoniasis, todos los esfuerzos para eliminar o tratar el microorganismo probablemente serán infructuosos si no se toman medidas importantes de bioseguridad. Aunque T foetus puede eliminarse de forma segura del semen con dimetridazol, el uso de inseminación artificial como estrategia reproductiva para evitar el uso de toros no disminuirá suficientemente el riesgo de reinfección si no se establece una estrategia importante de bioseguridad. La mezcla de grupos reproductores, incluso dentro de una misma ganadería, puede provocar el mantenimiento de vacas y toros portadores. Los grupos de animales infectados y potencialmente infectados deben separarse del grupo de los reproductores "limpios". Además, la costumbre del arrendamiento de toros adultos o la compra de vacas adultas puede ser suficiente para crear una brecha en la bioseguridad, permaneciendo el microorganismo en el rebaño y pudiendo producir posteriormente un brote de fallo reproductivo. El veterinario del rebaño debe ser capaz de crear un protocolo de bioseguridad específico para el rebaño en cuestión.
Puntos clave
La tricomoniasis (infección por Tritrichomonas foetus) en el ganado vacuno causa principalmente muerte embrionaria precoz e infertilidad.
El diagnóstico se confirma por cultivo del microorganismo.
No existe un tratamiento seguro y eficaz, por lo que el control se realiza mediante el sacrificio de los toros infectados y una bioseguridad rigurosa.