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Muerte embrionaria y fetal, aborto y desarrollo fetal anómalo en el ganado vacuno

PorJonathan Statham, VetMB, FRCVS, DCHP
Revisado/Modificado mar 2023

La pérdida de la gestación no es infrecuente en vacas lecheras, con las siguientes estimaciones:

  • En el periodo embrionario temprano (desde la concepción hasta el reconocimiento materno de la gestación a los 14-19 días después de la fertilización), 35-40 %.

  • En el periodo embrionario tardío (desde el reconocimiento materno de la gestación hasta los 28 días) y de 28 a 42 días, 5-10 %.

  • En el periodo fetal (desde los 42 días hasta el parto normal), 11 %.

Etiología de la pérdida reproductiva en el ganado vacuno

Las diversas causas de pérdida de gestación en el ganado vacuno incluyen enfermedades infecciosas, mala nutrición, gestación gemelar, genética e inflamación.

Los virus, las bacterias (como rickettsias y clamidias), los mohos, los protozoos u otros agentes infecciosos pueden atacar la placenta o el feto o ambos a la vez. Algunos de estos microorganismos alcanzan el útero a través de la circulación sanguínea materna; otros (como en el caso de las infecciones venéreas) se transmiten durante la cubrición.

El aborto infeccioso puede ser esporádico o un problema del rebaño. Los problemas del rebaño suelen asociarse con pérdidas significativas y pueden causarlos la rinotraqueítis infecciosa bovina, la diarrea vírica bovina, la brucelosis, la leptospirosis (varios serotipos), la campilobacteriosis, la tricomoniasis, la anaplasmosis, los ureaplasmas, los micoplasmas, y otros.

Los abortos micóticos suelen estar causados por especies de Aspergillus spp o Mucor spp, que llegan al útero vía sanguínea y causan aborto a finales de la gestación. En muchos de estos fetos, la piel no está afectada; en otros se pueden apreciar lesiones similares a la tiña. La placenta suele estar gravemente afectada con necrosis de los cotiledones y engrosamiento de las áreas intercotiledonarias. El diagnóstico se basa en la identificación del hongo mediante cultivo de los tejidos fetales o placentarios, examen histológico de tales tejidos o exploración directa de los cotiledones después de lavarlos con una solución de hidróxido de potasio. Los abortos micóticos son casi siempre esporádicos, y el único medio de controlarlos consiste en reducir la exposición a los hongos.

Las pérdidas esporádicas pueden estar causadas por Listeria spp (una bacteria que en ocasiones puede estar presente en el ensilado cuando su pH es >7); diversas bacterias como Haemophilus spp, Trueperella pyogenes, Staphylococcus aureus, Bacillus cereus, Pasteurella multocida, Pseudomonas aeruginosa, Streptococcus bovis, Chlamydia spp y otros; o virus (p. ej., la lengua azul o el virus Schmallenberg).

Las causas no infecciosas de aborto son numerosas. Las más comunes incluyen los siguientes:

  • Genes recesivos o letales (o ambos) que dan lugar a trastornos como malformación vertebral cervical, hidrocefalia, osteopetrosis (enfermedad de huesos de mármol), artrogriposis (síndrome del ternero torcido) y otros más, algunos no completamente identificados.

  • Tóxicos (p. ej., nitratos excesivos en el alimento o el agua), ciertas agujas de pino, plantas venenosas (p. ej., altramuces, plantas productoras de swainsonina) o micotoxinas (alimentos mohosos).

  • Desequilibrios hormonales en la madre gestante.

  • Lesiones que afectan a la vaca gestante.

  • Deficiencias nutricionales, particularmente de vitamina A, vitamina E o selenio (o ambos), yodo y manganeso.

El estrés por calor en el ganado puede causar la muerte embrionaria precoz y reducir la tasa de gestación del rebaño. El mecanismo por el cual el estrés por calor afecta a la supervivencia embrionaria es complejo. El estrés por calor puede interrumpir el desarrollo embrionario temprano. Los efectos del estrés por calor sobre la supervivencia embrionaria disminuyen a medida que los embriones avanzan en su desarrollo. El estrés por calor el día 1 o los días 1-3 después de la cubrición reduce la supervivencia embrionaria. Por el contrario, las vacas superovuladas parecen ser más resistentes al estrés por calor en términos de inicio de la gestación.

Diagnóstico de la pérdida reproductiva en el ganado vacuno

Los diagnósticos rigurosos de las pérdidas reproductivas contribuyen a los antedecentes acumulativos de la explotación y proporcionan criterios para evaluar el impacto en el rendimiento de la explotación, así como la necesidad de la instauración de medidas preventivas. En la mayoría de los casos se necesita ayuda del laboratorio. Las muestras de alta calidad tienen que seleccionarse cuidadosamente y conservarse de la forma adecuada para enviarlas a un laboratorio de diagnóstico veterinario para su análisis. Incluso si se cumplen estos criterios, es posible que no se detecte la causa exacta de un aborto, especialmente si no es infeccioso.

Las técnicas necesarias para el diagnóstico de laboratorio del aborto pueden incluir pruebas serológicas y examen del feto y la placenta. Sin embargo, un diagnóstico definitivo de aborto bovino sigue siendo complicado porque a menudo el agente causal provocó una infección en una vaca meses antes y ya no está presente o es detectable cuando se produce el aborto.

Prevención y control de la pérdida reproductiva en el ganado vacuno

Tabla
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Varios factores son cruciales para evitar y controlar tanto el aborto y como el desarrollo de terneros con patologías.

  • La medición y el manejo del estado de salud del rebaño, los límites apropiados y las medidas de bioseguridad del ganado comprado y los programas de vacunación son esenciales.

  • Un programa nutricional equilibrado ayuda a controlar las pérdidas asociadas con déficits minerales o vitamínicos y con una mala calidad de los alimentos, como son los cereales y los forrajes enmohecidos.

  • La selección genética y el registro riguroso ayudan a descubrir y eliminar líneas portadoras de genes recesivos o letales.

  • La estabulación y las instalaciones adecuadas reducen la incidencia de accidentes y proporcionan un entorno propicio para una salud óptima.

  • El ganadero y el veterinario deben trabajar juntos para evaluar el rendimiento reproductor de la explotación, desarrollar programas genómicos y de inmunización para las necesidades específicas de la explotación y diagnosticar y controlar posibles problemas generales de la explotación.

Para reducir con éxito el estrés por calor, el entorno de la vaca debe modificarse para mantener la temperatura corporal de la vaca dentro de un rango normal: 38,5-39,3 °C. Los enfoques comunes incluyen proporcionar sombra y ventiladores o aspersores para promover el enfriamiento por evaporación. Desde el punto de vista táctico, puede ser aconsejable evitar la reproducción en las épocas más calurosas del año.

La presencia de enfermedades infecciosas en un rebaño puede trastornar y reducir la eficiencia reproductora causando muerte embrionaria o fetal, así como enfermedad y muerte de los terneros neonatos. Un programa completo de vacunación no eliminará todos los problemas reproductivos; sin embargo, puede evitar las pérdidas asociadas con infecciones específicas.