Los tumores caninos venéreos transmisibles (TVT) tienen una apariencia de coliflor, pedunculados, nodulares, papilares o multilobulados. Estas neoplasias varían de tamaño desde un nódulo pequeño (5 mm) a una masa grande (>10 cm) y es firme aunque friable. La superficie está con frecuencia ulcerada e inflamada y sangra fácilmente. El tumor venéreo transmisible puede encontrarse de forma aislada o múltiple, y está casi siempre localizado en los genitales. El tumor se trasplanta de un sitio a otro y de un perro a otro por contacto directo con la masa. Puede trasplantarse en la piel adyacente y en la mucosa oral, nasal o en la conjuntiva.
El tumor puede surgir en la profundidad de la cavidad prepucial, vaginal o nasal y ser difícil de observar en una exploración superficial. Esto puede conducir a errores en el diagnóstico cuando se asume incorrectamente que la hematuria o la epistaxis se deben a otras causas. Al inicio, los TVT crecen rápidamente, y lo hacen con más rapidez en los perros neonatos e inmunodeprimidos. La metástasis es infrecuente (5 %) y puede producirse sin un tumor genital primario presente. Cuando se producen las metástasis, lo suelen hacer en los nódulos linfáticos regionales, pero también tienen lugar en el riñón, bazo, ojo, cerebro, hipófisis, piel y tejido subcutáneo, nódulos linfáticos mesentéricos y peritoneo.
Debido a sus poblaciones homogéneas de células grandes y redondas, con sus núcleos característicos localizados centralmente, los TVT se suelen diagnosticar fácilmente por un examen citológico de aspirados con aguja fina, por frotis o por evaluación histopatológica en una biopsia. Los TVT pueden ser difíciles de distinguir de otros tumores de células redondas, especialmente de linfosarcomas, cuando se encuentran en localizaciones extragenitales. Las células de los TVT contienen elementos nucleares largos, específicos e intercalados (LINE) insertados corriente arriba del gen myc, que pueden diferenciarse de otras neoplasias usando un ensayo de detección basado en PCR. En comparación con el diagnóstico citológico o histológico, la PCR mejora la precisión diagnóstica y puede facilitar la decisión de cuándo interrumpir la quimioterapia.
El TVT tiene una distribución mundial, con informes de casos clínicos de todos los continentes excepto la Antártida. En la mayor parte del norte y centro de Europa, así como en América del Norte, el TVT es infrecuente. Sin embargo, el TVT es enzoótico en el resto del mundo, con una mayor prevalencia en los ambientes urbanos más tropicales y subtropicales (p. ej., América Central y del Sur, el Lejano Oriente y Oriente Medio, y partes de África). El TVT es el tumor canino más común en las Bahamas, Japón e India.
Aunque puede producirse una regresión espontánea, los TVT suelen crecer de forma progresiva si no se tratan de forma apropiada. La escisión quirúrgica completa, la radioterapia y la quimioterapia son tratamientos eficaces; sin embargo, la quimioterapia se considera como el tratamiento de elección. Se ha descrito que el sulfato de vincristina (0,5-0,7 mg/m2, por vía IV, una vez por semana durante 3-6 semanas) es eficaz. La tasa de regresión del tumor se correlaciona negativamente con el tamaño del tumor, la edad avanzada y la estación. Por lo general, se puede esperar la remisión total hacia el sexto tratamiento. La adriamicina (30 mg/m2 para perros de >10 kg; 1 mg/kg para perros de ≤10 kg; IV, una vez cada 3 semanas) y la radioterapia han sido eficaces para aquellos animales que no responden a la vincristina.
El pronóstico de total remisión con quimioterapia o radioterapia es bueno, excepto si hay metástasis de otros órganos diferentes de la piel. La escisión quirúrgica completa a menudo no puede lograrse debido a la localización anatómica de muchos de estos tumores. La recidiva es probable en tales casos excepto si se utiliza radioterapia o quimioterapia coadyuvante.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre el tumor venéreo transmisible canino.