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Infecciones causadas por bacterias

Revisado/Modificado feb 2020

Las bacterias son microorganismos unicelulares microscópicos. En todo el mundo viven millones de tipos diferentes de bacterias. Algunas viven en el medio ambiente y otras viven en la piel, en las vías respiratorias, en la boca y en el tracto digestivo y urinario de los animales y las personas. Solo unos pocos tipos de bacterias causan enfermedades.

Formas de bacterias

Las bacterias suelen entrar en el torrente sanguíneo, pero por lo general solo un pequeño número de bacterias lo hace a la vez, y no se desarrollan signos. Además, la mayoría de las bacterias que entran en el torrente sanguíneo son eliminadas rápidamente por los glóbulos blancos. A veces, sin embargo, hay demasiadas bacterias para ser eliminadas fácilmente y se desarrolla una infección. Una infección que se extiende por todo el torrente sanguíneo se llama sepsis.

Bacteriemia y sepsis

La bacteriemia es la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo; la sepsis, también denominada septicemia, es una enfermedad resultante de la persistencia de microorganismos o sus toxinas en el torrente sanguíneo.

La bacteriemia temporal puede darse durante los procedimientos dentales, porque las bacterias que viven en las encías alrededor de los dientes son liberadas y entran en el torrente sanguíneo. Las bacterias también pueden entrar en el torrente sanguíneo desde el intestino, pero se eliminan rápidamente cuando la sangre pasa a través del hígado. Estos episodios transitorios no suelen ser graves.

La sepsis es menos frecuente que la bacteriemia. La sepsis puede desarrollarse cuando hay una infección en alguna parte del organismo, como los pulmones, el abdomen o las vías urinarias. La sepsis también puede producirse cuando la cirugía se realiza en un área infectada o en una parte del organismo donde suelen vivir las bacterias, como el intestino. La presencia de un cuerpo extraño, como una vía intravenosa o un tubo de drenaje, puede aumentar el riesgo de sepsis, y la posibilidad de sepsis aumenta cuanto más tiempo se deja el objeto en su lugar. Es más probable que se desarrolle la sepsis en animales con un sistema inmunitario deprimido u otro trastorno inmunitario. En raras ocasiones, las infecciones no bacterianas pueden causar sepsis.

Las bacterias circulantes pueden asentarse en lugares de todo el organismo si el tratamiento no se inicia rápidamente. Puede desarrollarse una infección en los tejidos que rodean el cerebro (meningitis), el saco que rodea el corazón (pericarditis), los huesos (osteomielitis), las articulaciones (artritis infecciosa) y otras áreas. Ciertos tipos de bacterias, como los estafilococos, pueden producir acumulaciones de pus que forman abscesos en los órganos que infectan.

Signos de sepsis

Dado que el organismo suele ser capaz de eliminar rápidamente un pequeño número de bacterias, la bacteriemia temporal rara vez causa signos. Cuando se desarrolla sepsis, los signos incluyen temblores, fiebre, debilidad, confusión, falta de apetito, vómitos y diarrea. También pueden estar presentes otros signos según el tipo y la localización de la infección inicial.

Diagnóstico de la sepsis

Una fiebre alta repentina en un animal que tiene una infección puede indicar sepsis. Las bacterias en el torrente sanguíneo suelen ser difíciles de encontrar simplemente examinando la sangre bajo un microscopio. Pueden ser necesarias varias muestras de sangre para establecer el diagnóstico; las muestras se envían a un laboratorio para su cultivo, un procedimiento para tratar de cultivar las bacterias para su identificación específica. Los cultivos de sangre pueden tardar varios días. Desafortunadamente, las bacterias no siempre pueden crecer en un cultivo de sangre, especialmente si el animal está tomando antibióticos. Los cultivos de otros líquidos y sustancias (como orina, líquido cefalorraquídeo, tejido de una herida y material expulsado de los pulmones) también pueden analizarse para detectar la presencia de bacterias.

Tratamiento y pronóstico de la sepsis

La bacteriemia causada por la cirugía o los procedimientos dentales no suelen necesitar tratamiento. Sin embargo, los animales con riesgo de desarrollar infecciones graves (como aquellos con enfermedad de las válvulas cardiacas o un sistema inmunitario debilitado) pueden recibir antibióticos para prevenir las bacterias y la sepsis antes de someterse a estos procedimientos.

La sepsis es muy grave y puede provocar un shock séptico. El tratamiento antibiótico debe comenzar inmediatamente, incluso si los resultados de las pruebas que confirman el diagnóstico aún no están disponibles. Un retraso en el inicio del tratamiento antibiótico disminuye en gran medida las posibilidades de supervivencia del animal. Inicialmente se seleccionan uno o más antibióticos en función de las bacterias con mayor probabilidad de estar presentes, lo cual depende de dónde comenzó la infección. A menudo se administran juntos dos o tres antibióticos que son eficaces frente a una amplia gama de bacterias para aumentar las posibilidades de matarlas antes de que se conozca la identidad del agente infeccioso. Más tarde, cuando los resultados de la prueba estén disponibles, es posible que sea necesario cambiar el antibiótico por uno que sea más eficaz frente a las bacterias específicas que causan la infección. A veces puede ser necesaria la cirugía para eliminar la fuente de la infección.

Shock séptico

El shock séptico es una afección potencialmente mortal causada por una infección en el torrente sanguíneo (sepsis o envenenamiento de la sangre) en la que la presión arterial desciende peligrosamente y muchos órganos funcionan mal debido a un flujo sanguíneo inadecuado. Los animales con recuentos bajos de glóbulos blancos o una enfermedad crónica tienen un mayor riesgo de desarrollar shock séptico.

El shock séptico está causado por sustancias producidas por el sistema inmunitario para combatir una infección (citocinas) y por toxinas producidas por algunas bacterias. Estas sustancias hacen que los vasos sanguíneos se ensanchen o dilaten, lo que provoca una disminución de la presión arterial. El flujo sanguíneo a los órganos vitales, especialmente a los riñones y al cerebro, se reduce aunque el organismo intente compensarlo aumentando tanto la frecuencia cardiaca como el volumen de sangre bombeada. Finalmente, las toxinas y el aumento del trabajo de bombeo debilitan el corazón, lo que reduce aún más el flujo sanguíneo. Las paredes de los vasos sanguíneos pueden tener fugas, lo que permite que el líquido escape del torrente sanguíneo a los tejidos, causando hinchazón. En los pulmones esta pérdida e hinchazón causa dificultad para respirar.

Signos de shock séptico

Los primeros signos de shock séptico pueden incluir desorientación, escalofríos, aumento rápido de la temperatura, piel caliente, pulso rápido y respiración rápida o jadeo. Disminuye la producción de orina. Los tejidos con un flujo sanguíneo deficiente liberan un exceso de ácido láctico en el torrente sanguíneo. Cuando la sangre se vuelve más ácida, muchos órganos diferentes funcionan mal. En etapas posteriores, la temperatura corporal a menudo cae por debajo de lo normal.

Diagnóstico del shock séptico

A medida que el shock séptico empeora, los órganos internos continúan fallando. Por ejemplo, los riñones pueden disminuir mucho o dejar de producir orina, permitiendo que los productos de desecho metabólicos (como el nitrógeno ureico) se acumulen en la sangre. Los problemas en los pulmones pueden causar dificultad para respirar y un nivel reducido de oxígeno en la sangre. El corazón puede fallar, dando lugar a retención de líquidos e inflamación de los tejidos. Además, se pueden formar coágulos de sangre dentro de los vasos sanguíneos.

La confirmación del diagnóstico de shock séptico puede necesitar un análisis sofisticado de varias muestras de sangre. Los resultados de estos análisis suelen identificar niveles altos o bajos de glóbulos blancos, un nivel disminuido de oxígeno, menos plaquetas de lo normal, exceso de ácido láctico y niveles elevados de productos metabólicos de desecho. Un electrocardiograma (ECG) puede mostrar irregularidades en el ritmo cardiaco, lo que indica un suministro inadecuado de sangre al corazón. Se realizan cultivos de sangre para identificar los microorganismos infectantes. Dado que hay otras causas de shock además de la sepsis, pueden ser necesarias pruebas adicionales.

Tratamiento y pronóstico

Tan pronto como aparezcan los signos de shock séptico, se administran grandes cantidades de fluidos por vía intravenosa para aumentar la presión arterial. Se administran fármacos para aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, corazón y otros órganos. También se administra oxígeno.

Después de tomar muestras de sangre para cultivos de laboratorio, se administran altas dosis de antibióticos por vía intravenosa. Como en la sepsis, se pueden administrar dos o tres antibióticos juntos para aumentar las posibilidades de matar la bacteria. Una vez que se han identificado las bacterias específicas que causan la infección, es posible que sea necesario cambiar el antibiótico.

La cirugía puede ser necesaria para drenar abscesos o para eliminar cualquier tejido muerto, como tejido gangrenoso del intestino. A pesar de todos los esfuerzos, muchos animales con shock séptico no sobreviven.